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Aprobados todos los inmigrantes

El derroche de las subvenciones dinerarias en España no tiene nada que ver con la asistencia y ayuda a los más desfavorecidos, es un trasvase de los que se ganan el pan todos los días con el sudor de su frente, igual empresarios que empleados, a quienes pueden  representar votos cautivos como contraprestación a esa facilidad económica que se les hace para vivir sin trabajar y tener la mente ociosa para maquinar cómo permanecer así toda su vida.

Cumpliendo con su deber de ser guardianes de la legalidad vigente, el mes pasado, la Policía Nacional interrumpió en un examen para conseguir la nacionalidad española, identificando a todas las personas que estaban realizando las pruebas, comprobando si quienes concurrían a los exámenes eran las personas que decían ser, a fin de que no hubiera suplantación de ningún tipo.

Esta actuación es algo normal en cualquier examen del tipo que sea, desde obtener el carné de conducir hasta presentarse a un juicio, pasando por los exámenes universitarios o la búsqueda de trabajo en cualquier empresa.

Podemos, ya sabemos que el comunismo nunca abandona democráticamente el poder, muchos de cuyos dirigentes han pasado de ganar novecientos euros al mes y vivir en un piso de cuarenta metros cuadrados, a hacerlo en casas señoriales con piscina, asistenta e ingresar importes de cinco cifras de euros mensuales, han saltado como resortes ante esta actuación policial y han plasmado, por escrito, su oposición a esas verificaciones porque pretenden que los exámenes se conviertan en una entrada indiscriminada de inmigrantes a los que, sin más, se les conceda la nacionalidad española.

Es más, su descaro y ausencia de pudor ante quienes se levantan todos los días para ir a trabajar llega a tal punto que han puesto una queja al Defensor del Pueblo, retorciendo las leyes y acogiéndose a que «esta identificación colectiva no tiene ninguna base ni sustento legal». No hubiera habido que llegar a esa situación si se les hubiera exigido la acreditación previa antes de dejarlos pasar a realizar el examen correspondiente, eso sí, ayudados por la Policía Nacional ante posibles altercados por parte de quienes aquí llegan con una mentalidad desconocida por nosotros por agresiva desde la cuna. Por cierto, las pruebas se hicieron en el Instituto Cervantes. Y ¿quién es el director de ese instituto, cuya razón social robaron a Alcalá de Henares?

Y como las encuestas cada vez les son más desfavorables, han arremetido contra el Gobierno, del que forman parte -poli bueno vs poli malo- a fin de que conteste a estas preguntas:

¿Por qué no se realizan las comprobaciones de identidad por el personal docente o el personal administrativo del Centro de Estudios donde se realiza el examen?

¿Tiene el Gobierno conocimiento de que se estén realizando este tipo de identificaciones colectivas por parte de la Policía Nacional en los exámenes para acceder a la nacionalidad?

Si se están realizando de esta forma, ¿en base a qué norma se realizan?

Si la identificación a la que alude el programa es un caso aislado, ¿Va el Gobierno a investigar lo sucedido? ¿Va a tomar medidas al respecto? ¿Qué clase de medidas?».

El Gobierno actual pretende nacionalizar la mayor cantidad posible de personas extranjeras procedentes de países africanos y latinoamericanos más pobres que España, viendo en ellos una mina de votos a su favor a través de concederles unas subvenciones dinerarias de todo tipo y sanidad pública gratis de por vida, a costa de los impuestos de todos los ciudadanos españoles que trabajan, situación que, en justicia, debería ser en reciprocidad a lo que los españoles pueden recibir en los países de los que proceden esos inmigrantes, como sucede entre los países de la Unión Europea.

Los últimos en incorporarse a esa invasión silente son los siguientes colectivos:

Los hijos y nietos de exiliados de la guerra civil, que en su mayoría no saben ubicar España en el mapa, la mayoría procedentes de Latinoamérica, entre cuyos progenitores existen casos de huida por delitos de sangre.

Los procedentes del “efecto llamada” de la nueva Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como la del Sólo sí es sí, que puede abrir la puerta a la regularización de inmigrantes en vez de su expulsión, pudiendo convertirse en una vía para obtener papeles, trabajo y ayudas económicas, incluso a través de fraudes y denuncias falsas.

Personas de procedencia africana, sobre los sesenta años de edad, que llegan en coche, barco o avión, de forma legal, muchos de ellos con diferentes tipos de incapacidades presuntas, con documentos falsos emitidos por la mafia correspondiente de haber cotizado durante muchos años en sus países de origen y a los que, igualmente, se les facilita un contrato laboral ficticio en España; permanecen así dos o tres años, pasando a cobrar una espléndida jubilación en España por un importe que les da para vivir muy confortablemente en sus países de origen, dónde vuelven y a dónde se les envía la pensión desde nuestra Seguridad Social, esa que presenta un déficit que la sitúa en quiebra técnica y que, más bien antes que después, le recortará a usted la suya.

Porque la solución al tema de las pensiones no se va a producir porque vengan más emigrantes de esas procedencias y pocas ganas de trabajar o se alargue la edad de jubilación; como dice Niño-Becerra, en términos económicos ni es necesaria más población ni es sostenible, la solución ha de venir por «un aumento exponencial de la productividad obtenido por la implementación de tecnologías cada vez más sofisticadas desarrolladas por un capital crecientemente concentrado».

Porque lo que verdaderamente pretenden Podemos y el PSOE es:

  • Que cada vez haya más nacionalizados procedentes del tercer mundo, sin que conozcan nada de España ni se incardinen en la sociedad española y en su democracia.
  • Que haya que subvencionarlos, con un doble objetivo: Obtener su voto agradecido a cambio; y debilitar a la clase media y alta de la sociedad española aumentando los impuestos para poder atender a estos inmigrantes.
  • Que se consideren españoles a todos los efectos, con lo que disminuirán las estadísticas de delitos de todas clases que estas personas pudieran cometer.
  • Que otra alternativa religiosa eclipse y se expanda por encima de la tradicional iglesia católica europea.
  • Que aumenten las organizaciones paraestatales paralelas de ayudas, ideas y resto de lavados cerebrales a favor de su causa, por si algún día tienen que refugiarse en ellas en vez de volver a sus anteriores trabajos de novecientos euros mensuales antes de entrar en política.
  • Desgastar lo más posible al ciudadano que trabaja para que piense sobre la mínima diferencia que existe entre el que lo hace, duro y con esfuerzo, y el que no lo hace, y llegue a la conclusión de que no merece la pena levantarse temprano para aportar valor añadido a la sociedad e incorporarse a la pléyade de subvencionados que, por obligación si quieren seguir comiendo y disfrutar de la posición que mantienen, han de votar a quienes les facilitan esa situación, alejándolo de la otrora socialdemocracia fundamental en su día para la convivencia democrática en España.
  • Y tener prestas sus “huestes” para tomar la calle -ya veremos cómo- cuando llegue su momento.

Pero no se preocupen, o preocúpense seriamente, porque el Gobierno ha tomado de facto el poder de todos los resortes que cualquier estado tiene para que todos seamos teóricamente iguales ante la ley, pero no de forma práctica a los ojos de quien la aplica.

Todo a un euro – 011

011 – Marrocanos

La noticia: Es muy probable que en las próximas elecciones generales el tema económico sea decisivo en inclinar hacia uno u otro lado el fiel de la balanza, con la vista puesta en la reducción de las pensiones, diez millones de votantes amenazados por el dispendio gubernamental.

Desde hace tiempo el sanchismo y el comunismo español quieren rebajar la edad de voto a los dieciséis años; ahora, con la guerra en Ucrania, Podemos exige la regularización de medio millón de ilegales sin papeles y, junto con los sindicatos horizontales de izquierda, se niegan a bajar los impuestos a fin de que la ciudadanía pierda menos poder adquisitivo del que sufre en estos momentos.

Circula por internet un video de una mujer inequívocamente marroquí que, textualmente, dice así: “Yo quiero hablar, por favor, amigo, Marruecos, vota PSOE porque si tu votas VOX se acaba el cachondeo en España, no más ayudas, no comedor, no derechos. Aquí con PSOE tienes todo y marrocanos (literal) viven bien, si tu no quieres ir para Marruecos con una mano delante y otra mano detrás, necesitas al PSOE, recuerda PSOE, no votando por el partido de VOX porque el VOX no quiere gente como nosotros aquí en España, ¿qué pasa? VOX no quiere el derecho para las personas musulmanas ¿me estás entendiendo? Tu necesitas votar al PSOE para poder seguir vivienda aquí en España con ayudas, con pagas, con libros, con tiendas, con médicos, con todo, por favor, PSOE”.

Entre errores políticos y económicos, ausencia en los principales foros internacionales y descontento de los ciudadanos, auspiciados únicamente por los que anteponen la fe política a la razón y sostenidos por los enemigos internos de la propia España, mal debe estar empezando a ver las cosas el Gobierno para ir preparando la ampliación de sus votos cautivos vía subvenciones a determinados colectivos que no piensan aportar nada al Estado durante toda su vida, pero que les ayudarán a permanecer en el poder.  

La España despoblada

Estados Unidos, todavía, es la nación más importante del mundo. La llegada de inmigrantes para la repoblación de sus territorios y así construir una nación grande y poderosa, siguió las mismas pautas de las conquistas guerreras de la Edad Media europea, el asentamiento de las gentes en las tierras sometidas y las rentas feudales. Hoy día situaciones semejantes serían los territorios despoblados e impuestos nacionales.

El cine ha mostrado, una y mil veces, las vicisitudes de los colonos para llegar a su tierra prometida, las penurias hasta conseguir un terreno en el que establecerse y empezar una nueva vida que colmara sus necesidades más perentorias. Y hemos visto cómo, durante sus largos viajes, cuidaban los plantones de árboles frutales, las semillas de maíz y de trigo, los animales que, además de utilizarlos como transporte de carga, lo eran como inicio de rebaños con los que alimentarse y establecerse como rancheros.

En los últimos días, el presidente del Gobierno ha anunciado dos noticias que, en mi opinión, pudieran tener relación entre ellas si alguien tuviera el valor de ponerse a trabajar sobre su viabilidad y la decisión, política y económica, de implantarla:

  • España necesita la llegada de doscientos mil inmigrantes al año para poder sostener nuestra economía. Es de suponer que no están pensando que esos inmigrantes sean biólogos, físicos, matemáticos, ingenieros, catedráticos y personas cualificadas de ese nivel y procedencia inglesa, canadiense, japonesa, sueca, norteamericana o alemana.
  • Con el título de Pueblos con futuro: un plan para la cohesión y transformación del país, el Gobierno destinará 10.000 millones del Plan de Recuperación Europeo para luchar contra la despoblación y llevar la innovación y sostenibilidad a la España rural, creando oportunidades de emprendimiento en esas áreas. Para quien todavía piensa en pesetas, decir que equivale a más de un billón (con b) y medio de pesetas.

En España tenemos un problema con la inmigración: La tasa de paro de los marroquíes que hay en España es del 43%, sólo superados por los subsaharianos con el 59%. Todos ellos reciben sanidad gratis, educación gratis, subvenciones dinerarias mensuales sin contraprestación alguna, ayuda para vivienda, vales para comida y otra serie de prebendas que se pagan con los impuestos de todos los ciudadanos, españoles y extranjeros, que se esfuerzan y trabajan cada día para sacar adelante su familia y al país en su conjunto.

La España Rural y 10.000 millones de euros es el marco ideal para que el Estado facilite a los inmigrantes, de todas las razas, colores, religiones y procedencia, un terrenito, lo labren, lo siembren, hagan sus casitas y se hagan un porvenir, trabajando, siempre trabajando, como ciudadanos de bien. A estas personas, también se podrían añadir aquellos que se encuentran en paro permanente, cobrando durante años del Estado y, en muchas ocasiones, trabajando en dinero negro.

Sería un dinero bien empleado, de forma nominativa y directa, sin intermediarios ni organizaciones interpuestas, con un diseño jurídico y fiscal ad hoc, claro, transparente, en el que no quedaría tinta de ningún tipo entre las uñas de nadie.

Con ello se conseguiría dar una nueva vida a esos pueblos hoy casi despoblados, que necesitarían dotarse de servicios de todo tipo, desde productos de alimentación a lugares de ocio, pasando por escuelas y conexiones informáticas, abriendo así las posibilidades de crecimiento a esos lugareños.

Por otra parte, se dejarían de pagar subvenciones por estar sin hacer nada, evitando el refrán de “gente parada, malos pensamientos”, aportando valor añadido al país de acogida y construyendo juntos un futuro de paz y concordia. A ver si el Gobierno aprovecha esta oportunidad.

LA SOTA DE sOROS

No me voy a remontar a los años de la Guerra Civil. Yo nací en la segunda parte de la gobernanza de Franco. Todos teníamos claro que vivíamos en una dictadura (blanda ya en aquellos momentos) y que no podías escribir ni comentar nada contra Franco, la Falange y la Iglesia. Y que la policía te podía tranquilizar (de tranca) en cualquier momento y sin aviso previo.

Hicimos la Transición. Perdón, que creíamos eterno, entre hermanos, cooperando todos, desde Carrillo hasta Fraga, incluso Blas Piñar aceptó la democracia, en un fraternal abrazo en donde quedaron saldadas afrentas mutuas del pasado.

Hemos vivido bien, progresando adecuadamente, hasta que ocho votos masones de última hora hicieron Secretario General del PSOE a Zapatero. Con él volvieron a aparecer términos olvidados: Azules, rojos, comunistas, fascistas, independentistas, miserables, piojosos, antiespañoles, centralistas, hembrismo disfrazado de feminismo, república, guerracivilismo, Franco (los que nacieron después del año 1990 no habían oído hablar de él ni sabían quién fue) y otros similares que abrieron las heridas que ya considerábamos cerradas para siempre.

Pero la cosa ha ido peor, mucho peor, con la vuelta al marxismo en el año 2019 de la mano de Pedro Sánchez, ese personaje que miente más que parpadea, que va a llevar España a la quiebra económica, a su desmembramiento como nación y a una autarquía que, en once meses de legislatura, está cercenando la democracia y la libertad, con su valido comunista Pablo Iglesias, que no sé qué secreto guardará para que complazca vía Decreto Ley cuantas indicaciones le sugiere.

Hemos llegado a una situación en la que, al contrario que con Franco, ahora puedes esperar una agresión física de cualquiera, menos de la policía, y no puedes escribir ni comentar nada sin repasarlo media docena de veces, cambiar palabras, sentido de las frases y las comas de sitio, de tal forma que no molestes lo más mínimo a la tupida red censora que el Dúo Diabólico que nos manda ha montado en la mayoría de los medios de comunicación, a través de subvenciones (uno de los grandes males de este país) o de infiltrados políticos en interés de la causa socialista,

La gente necesita creer en algo, confiar en alguien; de ahí, las creencias religiosas y los postulados políticos. La palabra “socialista” tiene en España la impronta que dejó la socialdemocracia de los años de Felipe González, de libertad, diálogo, entendimiento, constitucionalidad, propiedad privada, desarrollo empresarial y equidad en el reparto de cargas, tiene un “valor de mercado” por sí misma, con independencia que quien se encuentre al frente de ese Partido Político. Eso genera, y así seguirá pasando en el futuro, una base mínima de votos que le deberían permitir gobernar con otros partidos más centrados y defensores de la Constitución, sin recurrir a extremismos comunistas ni separatistas, que están utilizando a Pedro Sánchez como una “sota” -del latín subtus, debajo, o sea, que sota viene a significar: lo que está debajo. ¿Y qué hay debajo de los reyes y caballeros? Pues un sirviente, un lacayo, un paje, etc… Para este viaje no hubiera hecho falta alforjas. Cuando nos demos cuenta tendremos la hoz, en el cuello o en la mano.

La verdad es que ha sido un año muy difícil, en todos los aspectos, tanto a nivel nacional como internacional. En España debemos destacar tres grandes bloques de problemas:

  • Tema coronavirus: En España no ha habido transparencia, coherencia ni se han consultado especialista médicos ni comerciales en la compra de material, se actuó tarde y se ha tratado de evitar la responsabilidad del Gobierno traspasando las competencias a las comunidades autónomas, diecisiete reinos de taifas que, si el Gobierno Central lo hizo mal, las comunidades autónomas lo están haciendo peor. Remito al lector a mi libro UN CUENTO GUBERNAMENTAL, en el que se recogen datos, citas, artículos y referencias documentadas, con el único propósito de dejar constancia para el futuro de la verdad sobre el tema, principalmente en España, en la que, aprovechando la desgracia, se ha tratado de limitar la libertad de expresión, del control parlamentario y de cualquier crítica al Gobierno, de prohibir las autopsias y tratar de ocultar los miles de muertos, no permitiendo fotografías ni reportajes televisivos de las morgues ni de ningún familiar de los fallecidos.
  • Política: Vuelve a haber dos bandos enfrentados claramente: Una derecha débil y desunida, sin un líder de prestigio e incapaz de movilizar a la ciudadanía. Y una izquierda frentepopulista instalada en el Gobierno, cuyo objetivo es derrocar la monarquía, abolir la Constitución, implantar una república federal de países independientes (País Vasco, Cataluña, Galicia, Andalucía y Castilla), controlando el poder ejecutivo, legislativo, judicial y de los medios de comunicación, e implantando un “Ministerio de la Verdad” que en realidad es una censura acerca de cualquier crítica a sus actuaciones. A ello hay que añadir la delicada situación diplomática con Marruecos, con varios frentes abiertos con ese país y ninguno de ellos favorable a España.
  • El presidente del Gobierno se ha instalado en una mentira constante. Aquello que dijo al principio de Legislatura de “(…) combatir la desafección política ciudadana con ejercicios claros de transparencia, mecanismos estrictos de control y garantías en la rendición de cuentas”, ha quedado reducido a una presentación de 41 páginas, modelo power point de un consultor juniors, autoproclamando la bondad de su actuación, examen de complacencia que no aborda ni uno solo de los problemas existentes, en un año en el que se han destruido un millón de empleos, han cerrado casi cien mil empresas, los muertos por coronavirus son muchos miles más que los reconocidos oficialmente, la Deuda Pública ha alcanzado una cifra impagable y el control estatal filocomunista es cada día más palpable.

Ha pasado desapercibida una noticia: The New York Times es uno de los periódicos más importantes del mundo, ganador del Premio Pulitzer en 125 ocasiones. Generalmente, se adelanta a las noticias y es el primero en presentarse allí dónde sabe que hay, o va a haber, conflicto. Para enero 2021 está previsto que amplíe su cobertura informativa en Madrid, tanto en instalaciones como en número de periodistas. Ahí lo dejo.

Hoy es treinta y uno de diciembre del año 2020, un muy mal año para todos. Como decía mi padre, “San Silvestre, coge el año y vete”. Y, si es posible, llévate de la política a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias, antes que esto acabe como el rosario de la aurora.

Países grandes y poderosos

Juan llegó de ilegal a Estado Unidos de América. Contrató un barco que lo dejó a un kilómetro de las playas de Florida; fue nadando hasta la orilla, llevando consigo un pequeño petate que contenía su ropa de calle; salió de la playa como si fuera un bañista más y se perdió entre la multitud de gente que allí había.

No me pregunten cómo ni con qué medios, pero hizo un viaje de 1150 millas, 1850 kilómetros hasta llegar a Nueva York. Allí se acomodó en Harlem, el barrio negro, en donde localizó una vivienda medio abandonada, hizo una conexión ilegal a la luz de la calle y empezó a buscarse la vida … Uno de los conocidos en su travesía americana le proveía de relojes Rolex falsos, teléfonos móviles chinos a bajos precios, además de vender pequeñas dosis de cocaína al menudeo.

No habían pasado muchos días cuando tres “armarios” que parecían salidos de un combate de pesos pesados, lo rodearon y le gritaron: ¡¡White, you bastard, son of a bitch, slag, fuck you, this is our neighborhood, you’ll find out!! Le dieron tal paliza que quedó tendido en medio de la calle, sin que nadie se acercara a ayudarle. Como pudo, medio arrastrándose, llegó a un hospital; allí le pidieron su tarjeta de crédito para cobrar por adelantado la atención sanitaria que le debían prestar; como no tenía, no lo atendieron; volvió a la calle, solo, mal herido y sin apenas poder mantenerse de pie; lo vio un coche policía y lo llevaron a un hospital de beneficencia de las Hermanas de la Caridad, donde le cuidaron y sanaron.

Cuando estuvo casi recuperado, la policía le pidió su identificación, pasaporte, domicilio y resto de datos de cualquier ciudadano americano. Salió como pudo de ese interrogatorio, haciendo ver que no dominaba el idioma, que su inglés no iba más allá del “my tailor is rich” del bachillerato franquista español. Como vio lo que se le podía venir encima, se escapó del hospital como había visto en las películas; y hasta ahí llegó el tema. La policía lo detuvo en veinticuatro horas, no sin antes darle otra paliza por haberles hecho frente y resistirse a su detención.

El juicio rápido se realizó en setenta y dos horas; el fiscal general del condado, elegido por voto ciudadano y sin dependencia jerárquica de nadie, le acusó de: Inmigración ilegal, ocupación de propiedad privada versus comunismo al atentar contra la propiedad privada, tráfico de drogas, venta de productos falsos, ausencia de licencia para ejercer el comercio, hurto a los bienes públicos por el enganche a la luz del municipio, desfalco al erario por no declaración de ingresos, resistencia a la autoridad y resarcimiento de los medios públicos técnicos y humanos para su detención, justicia y cumplimiento de pena, en su caso. Resultado: Diez años de prisión, sin licencias parciales ni redención, con libertad condicional a las tres quintas partes de la pena, bajo el control y seguimiento de un funcionario estatal.

Pedro estaba en Macao, antigua colonia portuguesa, trabajando en un casino de los que se llama “Las Vegas de Asia”. Un día se puso de acuerdo con un cliente para ganar un dinero extra en la mesa de juego. Lo pillaron sobre la marcha y tuvo que salir huyendo a toda prisa. Entró en China, en la provincia de Guangxi, dentro de un fardo de los que todos los días llegaban llenos de comida a China con destino a los más altos jerarcas del Partido Comunista Chino.

A este le duró poco la aventura; en cuarenta y ocho horas le habían detenido las autoridades chinas. Le acusaron de ser un espía del capitalismo imperialista, además de no trabajar para el pueblo y tratar de vivir a su costa. Sentencia rápida y sin posibilidad de recurso de alzada: Cadena perpetua.

Pepe llegó a Arabia Saudí a trabajar en el AVE a la Meca. Cuando se acabaron las obras y venció su permiso de trabajo, había aprendido algo de árabe y decidió quedarse a vivir allí. Cristiano desde la cuna, de algo tenía que vivir; y no se le ocurrió nada más que vender Biblias en una pequeña banqueta como la de los antiguos argentarios romanos, en dónde podría captar más adeptos y hacer más proselitismo: a la puerta de una mezquita. No hizo falta que llegara la policía, es más, yo creo que vieron los hechos y pasaron de largo: Furibundos islamistas apalearon al infiel hasta dejarlo sin sentido. Fue más tarde cuando lo recogió un coche, sin distintivo de ningún tipo, y nunca más de él se supo.

Mohamed Lamine, africano, él se autoproclama negro, inmigrante ilegal en Badalona (España), se dedica a “mantero”, venta de productos falsificados, no está dado de alta en la Seguridad Social, no paga impuestos de ningún tipo, extiende su “negocio” a las puertas de los empresarios a los que hace competencia, que pagan sus impuestos y están cerrados la mayoría de ellos por el tema del coronavirus, tiene la sanidad gratis, las medicinas gratis, los colegios gratis, vive de okupa, y es el cabecilla de los inmigrantes ilegales de la nave incendiada en la ciudad barcelonesa en la que, por una imprudencia de sus habitantes, murieron tres personas, todas ellas también ilegales y okupas, con plena impunidad convoca una rueda de prensa y hace un llamamiento a la violencia contra Santiago Abascal, Pablo Casado y el alcalde de Badalona, Xavier Albiol, o sea, contra todo el arco parlamentario constitucional de la derecha española.

«Vamos a luchar contra los gobiernos racistas de Abascal, Casado y Albiol. Ahora mismo no podemos estar aquí en Barcelona porque nos odian. Eso se llama el privilegio de los blancos» … «Queremos libertad, oportunidades, igualdad. Somos las ratas, los esclavos del sistema. Nos odian y eso no es normal» …  «Somos los esclavos de este sistema. Es el momento de que toda la gente negra, da igual dónde está, da igual lo que haga, que nos apoyen. Invitamos a toda la raza negra, necesitamos vuestra ayuda», y añade: «Queremos pisos y papeles».

¿Se dan cuenta por qué quiere Podemos legalizar y nacionalizar a todos los inmigrantes ilegales? ¿Se dan cuenta por qué unos países son grandes y poderosos, y otros insignificantes en el contexto mundial? ¿Se dan cuenta por qué hace años se decía que África empezaba en los Pirineos? Los españoles no somos racistas, lo que no queremos son vagos, delincuentes, gente que viva a nuestra costa y no aporte nada a la nación.

Legal pero amoral

Los extranjeros podrán encontrarse en España en las situaciones de estancia o residencia.

Estancia es la permanencia en territorio español por un período de tiempo no superior a 90 días, sin perjuicio de lo dispuesto para la admisión a efectos de estudios, intercambio de alumnos, prácticas no laborales o servicios de voluntariado.

Son residentes los extranjeros que se encuentren en España y sean titulares de una autorización para residir. Los residentes podrán encontrarse en la situación de residencia temporal o de residencia de larga duración.

La residencia temporal es la situación que autoriza a permanecer en España por un período superior a 90 días e inferior a cinco años. Existen unas condiciones especiales para las mujeres extranjeras víctimas de violencia de género.

La residencia de larga duración es la situación que autoriza a residir y trabajar en España indefinidamente, en las mismas condiciones que los españoles. Tendrán derecho a residencia de larga duración los que hayan tenido residencia temporal en España durante cinco años de forma continuada, que reúnan las condiciones que se establezcan reglamentariamente.

Quede claro que lo hasta aquí escrito corresponde a permanencia en territorio español por un periodo determinado. Muy distinta situación es alcanzar la nacionalidad española, que lo es de forma permanente y que se adquiere por:

1) Nacionalidad para españoles de origen;

2) Nacionalidad por opción;

3) Nacionalidad por posesión de estado;

4) Nacionalidad por naturaleza; y

5) Nacionalidad por residencia.

Centrémonos en esta última, nacionalidad por residencia, y lo que dice el Ministerio de Justicia sobre ello:

«Una de las formas de obtención de la nacionalidad es por residencia, la cual exige la residencia de la persona en España durante diez años de forma legal, continuada e inmediatamente anterior a la petición. Existen casos en los que el período de residencia exigido se reduce; estos son:

Cinco años: para la concesión de la nacionalidad española a aquellas personas que hayan obtenido la condición de refugiado

Dos años: para los nacionales de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal o personas de origen sefardí, pudiendo mantener la doble nacionalidad.

Un año: para el que haya nacido en territorio español, para los casados con un español o los hijos/nietos de españoles nacidos en España y para el nacido fuera de España de padre o madre, (nacidos también fuera de España), abuelo o abuela, siempre que todos ellos originariamente hubieran sido españoles.

Además, el interesado deberá acreditar buena conducta cívica, y suficiente grado de integración en la sociedad española».

Entre los documentos que hay que acompañar a la solicitud, están:

-Certificado de antecedentes penales de su país de origen, traducido y legalizado, de acuerdo con los Convenios internacionales existentes o certificado consular de conducta expedido sobre la base de consulta a las autoridades competentes del país de origen.

-Certificado de antecedentes penales del Registro Central de penados. Puede sustituirse por la autorización de consulta al Ministerio de Justicia consignada en el modelo de solicitud.

-Diploma del Instituto Cervantes de la prueba de conocimientos constitucionales y socioculturales (CCSE) y la prueba de conocimiento del idioma español (DELE).

Las personas que pueden solicitar la nacionalidad española son aquellas que han cumplido la mayoría de edad en España (18 años), los que se encuentren emancipadas y los que hayan cumplido los 14 años acompañados por su asistente legal.

La eficacia de la concesión de la nacionalidad española por residencia estará supeditada a que en el plazo de 180 días se cumplan ante el encargado del Registro Civil del domicilio, los siguientes requisitos:

Que el interesado sea mayor de 14 años y capaz para prestar declaración por sí;

Jure o prometa fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución y las leyes;

Renuncie a su nacionalidad anterior. Quedan a salvo de este requisito los naturales de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal y los sefardíes;

Que la adquisición se inscriba de la nacionalidad en el Registro Civil español.

Esta es la ley vigente en España. Luego viene su retorcimiento, los trapaceos políticos y el uso y abuso del puesto de mando para poder mantenerse en él, para priorizar las circunstancias personales al interés de la ciudadanía en general.

El Gobierno actual, Pedro Sánchez=marxismo y Pablo Iglesias=comunismo, necesitan un millón de votos más, aproximadamente, para mantenerse en el poder más años que lo hicieron Stalin, Hitler, Franco, Mao Tse-Tung, Chaves o Fidel Castro, grandes demócratas por cierto, y para ello Pablo Iglesias (¿guardará algún secreto en su moño?) presiona de forma contundente al presidente Pedro Sánchez para que los inmigrantes puedan obtener la nacionalidad con solo tres meses de estancia en España, legales o ilegales, y que se elimine el examen de lengua y de conocimientos constitucionales y socioculturales del país, actualmente requisito indispensable, como ha quedado reflejado en párrafos anteriores, y exige que el procedimiento «sea flexible con las personas que tienen dificultades de aprendizaje por cuestiones cognitivas o de diversidad funcional». Traducción, que lleguen a España todos los analfabetos del mundo, incluso con deficiencias cognitivas o de diversidad cultural, o sea, los tontos.

Igualmente proponen «avanzar en el reconocimiento del derecho al sufragio, de acuerdo con la Constitución, a los extranjeros residentes de larga duración», hasta ahora reservado a los ciudadanos procedentes de la Unión Europea y aquellos con los que se mantienen acuerdos de reciprocidad, como son algunos países hispanoamericanos.

Como se encuentran en mayoría en el Congreso de Diputados, raspada, pero mayoría al fin y al cabo, lo conseguirán. Como la oposición está desunida y luchan entre ellos a ver quién la tiene más larga …. la lengua, lo conseguirán. Como la derecha es incapaz de movilizar a la gente en la calle, lo conseguirán. Como los sindicatos son la izquierda subvencionada, lo conseguirán. Como los acompañarán los secesionistas que quieren acabar con España como nación, lo conseguirán. Como nos estamos quemando en una olla de agua hirviendo, como la ranita, y pensamos que estamos bañándonos, lo conseguirán.

Y tendremos una situación en la que, a los inmigrantes ilegales actuales, jóvenes, bien alimentados, con buenos relojes y mejores teléfonos móviles, que han pagado un dinero muy importante (o se lo han pagado) para llegar aquí, se unirán los que tienen dificultades de aprendizaje por cuestiones cognitivas o de diversidad funcional, que es lo que textualmente han dicho PSOE y Podemos, a quienes deberemos cubrir todas sus necesidades vitales y corporales durante tres meses, y subvencionar hasta que se mueran porque, estadísticamente, el 85% de los llegados a Europa no quieren trabajar, y mucho menos si tienen esa capacitación intelectual que les presupone nuestro Gobierno, en unos tiempos en los que está previsto que en cinco años los robots hagan la mitad del trabajo existente en el mundo industrializado.

Todo ello, en un momento de gravísima situación sanitaria y económica, donde escasean las camas de hospital y las UCI para los enfermos más graves por coronavirus, donde los parados reales (inscritos, inactivos y ERTE) están sobre los cinco millones de personas, donde ya son evidentes “las colas del hambre” y dónde los mayores aportes al desarrollo son el turismo (cerrado), la construcción (cerrada) y el botijo andaluz.

Es otro golpe de estado legislativo, legal pero amoral, por mayoría democrática española, que es algo parecido a lo de la infabilidad del Papa, elección democrática que, en uno y otro caso, queda convertida en un caucus de media docena de personas que mueven los hilos de millones de ciudadanos a su antojo.

Islas Canarias

La anormalidad que supone la llegada de miles de inmigrantes ilegales a las Islas Canarias, no puede ser fruto de la casualidad y de la búsqueda de un puesto de trabajo. Solo llegan hombres, jóvenes, atléticos y, algunos con uniforme militar, estos últimos vistos en TACO (Tenerife); alojados en hoteles de tres y cuatro estrellas, con todo pagado, hay quien asegura que son soldados, pertenecientes a milicias de Nigeria, Gambia, y Sudán. Más parece una nueva marcha verde en territorio español, cuyo destino final son las ciudades de Ceuta y Melilla, ganadas para Marruecos sin oposición por parte del Gobierno frentepopulista español.

El Frente Polisario declara la guerra a Marruecos y pide ayuda a España, a lo que Pablo Iglesias responde con algo que sabe es imposible: un referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental.

Además del conflicto diplomático que las palabras de Pablo Iglesias pueden provocar con Marruecos, Mohamed VI, en solo dos años, ha gastado hasta 3.500 millones de dólares en compra de armamento a EE.UU., para reforzarse militarmente, lo que significa que, en una hipotética guerra, nos machacarían en pocos días, no porque sean mejores que nosotros sino porque están dotados con el último material bélico del mercado.

Yo ya no sé qué pensar, si somos o no conscientes que alguien está poniéndo una alfombra roja y verde para su llegada a España de estas personas y si el último objetivo es que este país salte por los aires, se diezme el ejército y quede desprestigiado ante toda Europa y, como hace siglos, sea en España donde se inicie la conquista islámica para su extensión a toda Europa.

Mientras esto ocurre, España se desmarca del acuerdo franco-alemán sobre inmigración tras su ausencia en la cumbre antiterrorista, y el Ministerio del Interior aboga por ayudar a los países en origen y desconfía del plan contra el terrorismo de Francia, Alemania, Austria y Países Bajos, que piden reformar el “espacio Schengen” y reforzar las fronteras de la UE sin contar con España, Italia y Grecia.

Lo dicho, algo huele a podrido en el estercolero de mi pueblo.

Nunca pasa nada

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, ha declarado que el que no vengan turistas del Reino Unido y de Alemania, «desde el punto de vista sanitario estas decisiones nos ayudan, y es un riesgo que nos quitan», y así habrá «menos importación de casos», reconociendo que los aeropuertos son puntos de “importación del coronavirus”.

No ha dicho nada de otro evidente motivo de contagio importado, la llegada incontrolada de pateras de inmigrantes ilegales, con elevado porcentaje de contagiados, algunos de ellos por estar fugados y otros, como en Almería, dejando en libertad a 200 de ellos por estar cerrados los CIE. Todos ellos pululan por diferentes sitios, incontrolados, y el avance de los contagiados en Aragón y en Cataluña tienen bastante que ver con ellos. Por cierto, un grupo de jóvenes “sin nacionalidad” ha reventado treinta y cinco cristales del tren Mataró-Barcelona; y no pasa nada.

 

En este país nunca pasa nada siempre que aparezca alguna referencia a izquierda, radical, antisistema, feminismo, LGTB, independentismo, inmigrante, musulmán, república, anticonstitucional y otra serie de términos similares, y tenemos miedo a utilizar palabras como honradez, patriotismo, compañerismo o cualquiera de las virtudes al uso histórico español, que parece que seamos nosotros quienes hemos inventado la democracia, y lo que en realidad estamos haciendo es ir hacia una autocracia.

Varios catalanes, en diferentes momentos, han mostrado su predisposición contra España y su deseo de conseguir la independencia por la fuerza de las armas si fuera necesario. En esta ocasión ha sido el expresidente de ERC Carod Rovira (el que negoció con ETA que no atentara en Cataluña, y el que se puso una corona de espinas como burla al cristianismo) el que en un artículo titulado “Control del territori”, insta a la Generalidad a preparar a los Mossos (“hay mossos personalmente comprometidos con la causa legítima del pueblo catalán por su independencia nacional”): “Quiero pensar que al margen de preparar campañas electorales y profundizar en florituras legales ahora mismo debe haber también quien se preocupa con rigor sobre cómo proceder cuando sea necesario, el día D, en la hora H, al control efectivo del territorio. Y, sobre todo, cómo mantenerlo”.

“Luego empieza a hacer un recuento de los policías que hay en Cataluña, de los bomberos, de los expertos en artes marciales, de los CDR y de cualquiera capaz de empuñar un arma para llegar a la conclusión de que es vital que la Gene haga planes para controlar el territorio e imponer la dictadura lazi en toda Cataluña. Un escenario de terror en el que, a los botiflers, colonos y demás bestias humanas nos señalarán el camino (o emigración o plomo) y las bandas de terroristas lazis camparán a sus anchas, un poco al estilo Kosovo.

En su delirio, Carod llega a proponer contar con (esto es, armar) “branques sindicals de tradició més combativa, militants de partits polítics, membres d’organitzacions socials”. Para que se entienda: dar armas a los herederos de Durruti, a los militantes lazis y a los CDR para que salgan a la calle a imponer su ley y sembrar el terror. Un panorama de lo más atractivo.

Tot es va confirmant: aquesta gent són un perill per a Catalunya i per als catalans. Su Catadisney es una pesadilla de terror y ajustes de cuentas, una repetición del caos de violencia y asesinatos en la que se vio sumida Cataluña durante la guerra civil” Dolça Catalunya 28-07-2020.

Y como todo se pega, menos lo hermoso, Íñigo Urkullu exige bilateralidad para la conferencia de presidentes autonómicos del 31 de julio, igual que hizo en su día el presidente de la Generalidad catalana.

Pedro Sánchez y sus compañeros comunistas de gobierno pintan menos en Europa que yo en el panorama literario mundial. Y se están empezando a acumular los problemas: Cataluña, Euskadi, veto europeo al turismo, sube el paro más de un millón de personas en el último trimestre, disminuyen los ingresos de Hacienda en veinte mil millones de euros por haber menos cotizantes y de menor importe, aumentan los contagiados por coronavirus (diecisiete mandos dando instrucciones, que lo están haciendo peor aún que lo hizo el gobierno central), el comercio cerrando forzoso unos y por quiebra otros, regalamos 1.700 millones de euros a otros países sin ninguna explicación, la Guardia Civil tutelada por Marlaska, dedicada a poner multas por llevar la bandera de España en las cercanías de la vivienda del VP Pablo Iglesias y sin poder desenfundar hasta que no les disparen a ellos, el rescate financiero de la Unión Europea, diferido en el tiempo y condicionado a políticas económicas contrarias a su ideario, y todos los sectores reclamando ayudas y subvenciones, sin considerar que el coronavirus está cambiando el mundo y que también tienen que cambiar ellos, deflactando los precios y reestructurando las empresas. Se nos avecina un cuarto trimestre del año más que problemático, dirigido por el socialismo en estado puro, ese que es capaz de dejar a Cuba sin azúcar, a Venezuela sin petróleo, a Argentina sin carne, y a España sin turistas, porque está claro que aquí ni avanzamos con el coronavirus ni con la recuperación económica.

 

 

Brotes

Pilar Blasco

Puerta de Madrid, 03-07-2020

 

Un señor procedente de algún país africano previa recogida en un puerto de la zona del Estrecho, a donde había sido enviado por alguien, desembarcado por algunos, fue trasladado por un tercero o cuarto anónimo a 700 km de distancia, en un furgón a Extremadura, destino Navalmoral de la Mata. El tal inmigrante ilegal, portador del covid´19 fue depositado en un centro de alojamiento o acogida del que huyó, desconociéndose hasta el momento su paradero. Si hacemos caso de toda la información recibida por todos los medios durante tres meses de confinamiento, un portador del virus es capaz de contagiar de forma exponencial a gran velocidad y sin necesidad de un contacto estrecho, a una media de 10 personas en su entorno, los cuales a su vez contagiarán a otros tantos, etc., especialmente tratándose de una persona procedente de territorios donde la pandemia está en fase ascendente, o sea que no ha llegado al famoso pico en el que comienza a descender la virulencia en cantidad y calidad. Esto en lo que respecta a ese africano desconocido, pues no suelen traer filiación, y si la traen nadie la conoce porque es secreto de Estado, no se trata de un españolito de los que se trasladan con su familia del garaje de su casa en Madrid al garaje de su vivienda en la sierra para confinarse obedientemente, al que se le aplica una multa recurrible por ilegal.

 

 

El caso del inmigrante de Navalmoral, que ya ha puesto en tensión a la población de la zona, autoridades y fuerzas del orden no es único, como sabemos, las pateras y barcos de ONG´s siguen llegando a nuestras costas y los viajeros siguen siendo recibidos y repartidos por diferentes centros, cuando no esparcidos a su suerte por España, según unos protocolos que la mayoría desconocemos y que ya llevan años funcionando. Luego están los brotes detectados en temporeros de la zona del Cinca en la raya de Huesca Lérida, poblada de explotaciones agrícolas fruteras que requieren mano de obra abundante y barata cada año durante el verano. Al aeropuerto de Madrid Barajas han llegado viajeros que después de unos días han dado síntomas de la enfermedad. Pese a la insistencia de las autoridades autonómicas y municipales, pese a ruegos y advertencias al gobierno central, el del doctor Sánchez, el doctor Iglesias, el epidemiólogo Simón y el filósofo Illa y un equipo de expertos, desconocidos “por seguridad”,  las medidas de control sanitario son de risa. En mi pueblo había un médico rural de los de entonces que con mirarte el ojo, la lengua y ponerte el dorso de la mano en la frente ya sabía lo que te pasaba, con métodos parecidos en 2020 se diagnostica en el aeropuerto a los viajeros de todo el mundo que salen a tierra madrileña con un papel relleno de datos personales incomprobables y la incertidumbre normal sobre su estado de salud, o sea que no saben si tienen el virus, no traen test PCR ni IGm ni IGg, ni de su lugar de procedencia ni de aquí, sino que al estilo del médico de antaño, son objeto de un reconocimiento visual ¡! Tengo entendido que los controladores de viajeros no son médicos propiamente dichos, no son sanitarios, o sí, da igual y que no siempre están presentes, que no dan abasto, o sea que muchos viajeros pasan a la sala de bienvenida sin pena ni gloria.

Luego están los botellones, bodas y bautizos, banquetes y celebraciones, que por su carácter privado y clandestino son poco o nada controlables. Esas son ampliamente publicadas para escarmiento y ejemplaridad del resto de la ciudadanía, que comparte la justa indignación por esas conductas irresponsables. Están las manifestaciones varias, las cuales, si son por causas nobles, es decir progres, tipo Black lives matter, se desarrollan con normalidad y permiso gubernamental aunque traspasen los límites de la concentración autorizada y sin control de mascarillas, ahora rigurosamente obligatorias, no como en febrero y marzo (que no había). Otra cosa es que se realicen en el barrio de Salamanca o en coche privado con bandera española, que esas contaminan o las de la calle de Pablo e Irene en Galapagar donde está prohibido el paso por medio centenar de guardias civiles de vigilancia permanente con garita, no vaya a ser que un descerebrado de los que ponen el himno nacional en el móvil, encaramado en una piedra del terreno montañoso de la zona, resulte ser un peligroso antisistema de la modalidad facha patriota españolista.

Así están las cosas y algunas más. Las únicas y más estrictas prevenciones, prohibiciones y controles han sido ejercidas con los naturales, los indígenas, como se dice ahora a raíz del redivivo tema de la esclavitud. Durante tres meses en los que hemos pasado por todas las fases de la incertidumbre, desde el  puedo salir pero con el perro, puedo salir a tal hora porque soy mayor, porque soy niño, porque hago deporte, aquí sí, aquí no, ahora en esta región pero no en la de al lado, puedo ir a Londres pero no a Guadalajara etc., del aquí no pasa ni pasará nada salvo algún caso esporádico, pese a los rumores del exterior, pese a las certezas y los datos de otros países cercanos y lejanos, a las advertencias y los consejos de expertos oficiales y alternativos, españoles y extranjeros, a los miles de muertos cada día, miles de compatriotas, vecinos , amigos, familiares, conocidos…. El mayor número relativo en muertes y contagios del mundo, hasta ahora. Todo lo hemos asumido, obedecido e interiorizado de forma ciudadanamente ejemplar a pesar del fatalismo, del dolor y de la indignación.

Resulta por lo mismo sorprendente que lo que hemos sufrido y aún sufrimos no haya dejado huella en la actitud de la gente inconsciente y gamberra, lo que era de prever dada la naturaleza del género humano. Lo que no esperábamos, o sí, es que nuestros gobernantes hayan tomado vacaciones veraniegas en el tema mediante abandono del inicial e inútil mando único y delegación de control en las comunidades autónomas, cada una a su criterio, deje de la mano de Dios las áreas de su competencia exclusiva como son fronteras y medios de transporte. Sabemos que Barajas y otros fueron foco de contagio masivo en las fechas decisivas. Cuesta creer que no haya método mejor que el reconocimiento visual y el termómetro para controlar la entrada del terrorífico enemigo, que nos ha diezmado seriamente y al que habría que seguir combatiendo con armas de destrucción masiva. El inefable ZP hizo sarcásticamente célebres los brotes verdes de la economía en crisis galopante.  Las “simpáticas” y siniestras bolitas con pinchos del coronavirus también las pintan verdes.

 

 

Disparar con pólvora del rey

Oficialmente, llevamos 27.136 muertos por el coronavirus en España; extraoficialmente, al 2 de junio, son 43.985 según el estudio de la Asociación de Servicios Funerarios; según Sanidad, durante el mes de junio han muerto 9 personas en toda España; en cambio, las CCAA’s han notificado más de 500 fallecimientos; los infectados son, oficialmente 245 mil personas. El rebrote que ha habido en China y en Alemania, no presagia nada bueno a nivel mundial.

La economía española se ha casi paralizado durante estos tres últimos meses, por lo que es necesario su rápida activación. Como nuestros verdaderos inventos han sido históricamente el botijo, la fregona y la siesta, se ha de volver al turismo internacional, para lo que se están volviendo a abrir las fronteras.

 

 

Pero se nos siguen colando inmigrantes ilegales, con la connivencia de políticos y autoridades, que han empezado a abrir un nuevo frente de contagio por coronavirus. En la última patera llegada a Fuerteventura con 39 personas, 14 de ellas han dado positivo por coronavirus. La cura y el confinamiento de todos ellos vale un dinero.

En Barcelona, los inmigrantes irregulares han dicho que “van a tomar las calles de España” hasta que el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias regularice la situación de los inmigrantes ilegales en España.

Alguien podrá decir que este texto es racista. Nada más lejos de la realidad. Es autodefensa. El dinero es un bien escaso, y hay que utilizarlo en aquellos que han contribuido a que el Estado tenga recursos. Y si sobra, atender a la caridad y solidaridad del resto. Pero no es el caso. España no puede aguantar el sostenimiento económico y el tratamiento sanitario de todo aquel que quiera venir aquí a vivir a costa de los ciudadanos españoles, nativos y extranjeros, que se levantan a las siete de la mañana todos los días para ir a trabajar. Y que llevan confinados desde el pasado 14 de marzo para evitar la propagación de esta pandemia. A quien suscribe las presentes líneas, persona de alto riesgo según nuestro Ministerio de Sanidad, no se le ha efectuado test de ningún tipo, que parece son caros, pero sí a esos inmigrantes ilegales, trasvasando mis impuestos a quien no ha aportado, ni piensa aportar nunca nada al erario público español.

El refranero español, que es muy sabio, dice: “Primero Dios, después los santos”.