Archive | marzo 2023

Miscelánea al inicio de primavera

El Tribunal Constitucional, presidido por el socialista fundamentalista Cándido Conde-Pumpido, ha fallado a favor de la ley que legaliza la eutanasia -Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, Australia y España son los únicos países del mundo en los que está legalizado este tema, aproximadamente el 2% de la población mundial- con la ponencia del magistrado Ramón Sáez que considera que el derecho a la vida, claramente recogido en el artículo 15 de nuestra Constitución, no es absoluto y por tanto la eutanasia quedaría dentro del derecho a la libertad personal y a la dignidad. Si el derecho a la propia vida no es absoluto, ¿de quién es la diferencia entre lo que sí es de propio derecho y el concepto absoluto? Del absolutismo de algo o de alguien, que podría ser utilizado con cualquier fin espurio -falso, ilegítimo, fraudulento, discriminado por razones dudosas- en un mundo de locos en el que la realidad supera a la ficción.

“Solo sé que no sé nada” es una frase atribuida a Sócrates que nos sugiere que no existe la verdad absoluta, la constatación de los límites del conocimiento que podemos tener sobre las cosas, o la división que existe entre los sabios y los ignorantes. A mí me está empezando a pasar eso con “la democracia a la española” y las diversas formas que la picaresca nacional inventa día a día para perpetuarse en el poder. Hace pocos días, la Guardia Civil entró en un piso de la zona de Horta en Barcelona porque en ese piso figuraban 1.600 empadronados de origen magrebí, comprobando que allí sólo vivían cinco individuos, los 1.595 restantes vivían en Marruecos, pero al estar empadronados en Barcelona cobraban todas las ayudas que da el Ayuntamiento, la Autonomía y el Estado, pudiendo votar por correo en las próximas elecciones municipales.

Y lo que es peor, ningún medio de comunicación de cierta importancia – ¡qué país tan magnífico seríamos si no hubiera subvenciones! – ha recogido la noticia. Defraudan a todos los cotizantes al erario español, se les da un dinero que se les niega a nuestros mayores más desamparados, no se exigen responsabilidades de ningún tipo, y nadie levanta la voz, como tampoco se hace ni se dice nada de los cuatrocientos euros que se les da a quienes cumplen 18 años para temas culturales (¿han aumentado las estadísticas de ventas de libros, de visitas a museos, a cines, a teatros de esos consumidores finales?) ni a los venezolanos que se están nacionalizando de forma exprés, descendientes de los que no supieron o no quisieron defender a la República y que muchos no saben localizar España en el mapa.

El conjunto de ello son los votos “comprados” con estas facilidades permitidas y fomentadas por los políticos, un parlamento aborregado y un Gobierno en el que las leyes las hacen personas que en la empresa pública no las contratarían para ningún puesto de responsabilidad que no fuera abrir o cerrar la puerta para que pasasen los clientes, ignorantes de todo y picaflores de la nada, que han cotizado cero o tendente a cero a la Seguridad Social y a la Hacienda Pública en toda su vida hasta que han llegado a la política, todo ello con la anuencia de quien las mantiene en el poder para gloria propia y pasar a la historia como el que MIENTE MÁS QUE PARPADEA, cuya última “faena”, por ahora, ha sido eliminar la obligatoriedad que tienen los ministros del Gobierno de declarar su patrimonio de forma pública cuando acceden al cargo, otro claro ejemplo de mentira sobre la claridad y transparencia que iba a traer Pedro Sánchez a la vida política nacional.

Ha fallecido Pedro Solbes, preparadísimo y reputado profesional, una de las personas fundamentales para que España se incorporara a la Unión Europea por su trabajo tras las bambalinas durante mucho tiempo, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, ministro con Felipe González con el que hizo una política fiscal muy beneficiosa para la clase media, bonificando las inversiones a largo plazo y penalizando la especulación en Bolsa, entre otras medidas económicas de gran calado; volvió como ministro de Economía y Hacienda con Rodríguez Zapatero, el unidireccional que inició el declive del estado de bienestar en España. Aguantó carros y carretas, tratando de vendernos lo guapos que éramos y lo bien que estábamos cuando todo el mundo se encontraba en la crisis de las subprime, enfrentándose a Manuel Pizarro como candidato del Partido Popular en temas económicos, recibiendo una derrota moral y el empuje final para que presentara su dimisión en el año 2009, que él mismo, en unas memorias posteriores reconoció que “desde noviembre de 2008 era ya evidente que la situación económica seguía empeorando y era urgente actuar”.

Bajo su mandato y para mantener al actual comisionista Zapatero como presidente del Gobierno, mintió sabiendo que mentía, vendió la tercera parte de las reservas de oro del Banco de España en el momento en que menos valor tenía el oro en el comercio mundial, y vendió ENDESA a la italiana Enel. Cuando tomó conciencia plena del daño que estaba haciendo y pese a que si no es por él Zapatero habría quebrado España, fue más honesto que los actuales y dimitió convencido que aquella debacle económica no tenía arreglo.

Ahora tenemos los “otros” Pedro Solbes, José Luis Escrivá y Nadia Calviño, dos grandes profesionales, que ganaban mucho más dinero y prestigio profesional en sus trabajos anteriores que como ministros, subyugados por el poder, arrastrados por la inmundicia y arrodillados ante nuestro actual dios terrenal nacional, ese coloso con los pies de barro que, si vuelve a ganar las elecciones, bajo el pretexto de que lo ordena la Unión Europea, hará un drástico recorte económico en el sueldo de los funcionarios, en el importe de las pensiones y un nuevo porcentaje de contribución dinerario en cosas que hasta ahora no paga el ciudadano, como hizo Felipe II en su día para hacer frente a los inmensos gastos existentes, impuestos, pese a lo cual el Reino de España suspendió pagos tres veces durante su reinado. La vida de los españoles de aquel tiempo era muy dura y la carga fiscal excesiva. ¿Les suena algo esa situación?

Ha pasado el 19 de marzo, Día del Padre, fecha a la que analfabetas culturales con disfunción mental metidas a grandes ideólogas se han inventado, como si tuvieran el mismo saber lingüístico que el director de la RAE, un nombre que no nos representa a quienes nos reproducimos por gametos, aunque puede que lo sea a quienes lo hacen por esporas, qué gran escritor Juan Manuel Jiménez Muñoz, porque para quienes sí conocemos quién es nuestro padre, la educación, el esfuerzo y el sentido de responsabilidad que nos ha transmitido, para quien nos ha guiado y acompañado en nuestro caminar hasta que hemos podido nadar solos en medio del océano, para los que no tenemos ningún trauma psicológico, Complejo de Edipo ni Complejo de Electra, han sido, son y seguirán siendo siempre nuestro padre que, entre otras cosas, nos han enseñado a respetar a la mujer y a cualquier persona del tipo y condición que sea, y nos enseñaron que hay algunas mujeres que maltratan a los hombres cuando les gritan, cuando lloran para manipularlo, cuando lo utilizan para lucirlo en fiestas familiares, cuando lo castigan con su silencio, cuando lo utilizan como un támpax de quita y pon, cuando le niegan sexo por venganza, cuando lo ignoran, cuando lo dejan con la palabra en la boca, cuando cambian la versión de los hechos, cuando lo hacen sentir mal, cuando lo insultan, cuando jamás le piden perdón, cuando lo denuncian por maltrato y es mentira, cuando le quitan el amor de sus hijos, cuando lo agreden y llegan al asesinato mientras la política borra las estadísticas.

Hoy es Viernes de Dolores para los católicos, pero es día de dolores, uno más, para todos aquellos ciudadanos que confiábamos y esperábamos más de quienes creíamos sucesores de un estadista como Felipe González y han resultado ser secuaces de un trasnochado marxismo en el que el único objetivo es transvasar riqueza del que la genera al subvencionado holgazán perenne, por razones endógenas o exógenas, pero ocioso perpetuo para trabajar y pagar impuestos.

Antonio CAMPOS

Elipsis política

A la agilización de los procedimientos que de forma urgente está haciendo el Gobierno para nacionalizar a los descendientes de los exiliados republicanos, especialmente venezolanos -si allí se vive tan bien como nos venden Podemos y el lado marxista del PSOE, no sé por qué se quieren nacionalizar españoles- que llega hasta tal punto que han pedido refuerzos de plantilla en el Ministerio de Exteriores, se une la de conceder también la nacionalidad española a medio millón de marroquíes, sin años de permanencia y motivos de estudios o profesionales que se encuentren en España, y una nueva ley que, sin publicidad de ningún tipo y total desconocimiento del ciudadano español, sin discusión parlamentaria y de tapadillo dentro de las muchas páginas de que consta el Boletín Oficial del Estado de cada día, se ha aprobado y cuyo contenido es el siguiente:

El Real Decreto 1799/2003 regula el contenido de las listas electorales y de las copias del censo electoral, determinando el procedimiento de consulta y rectificación del censo en período electoral, los datos disponibles para la consulta, el contenido de las listas de votación y los datos a incluir en las copias del censo electoral que se entregan a las candidaturas.

La Ley Orgánica 12/2022 de reforma de la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General, para la regulación del ejercicio del voto por los españoles que viven en el extranjero, introduce cambios donde el más relevante que afecta al Real Decreto 1799/2003 elimina la solicitud del voto por el elector y establece que la Oficina del Censo Electoral debe enviar la documentación de oficio, y determina que la Junta Electoral Central deberá publicar datos por consulados, por lo que se hace necesario incorporar el dato «oficina consular» en los ficheros del escrutinio de los votos de los electores residentes en el extranjero que la Oficina del Censo Electoral debe proporcionar a las juntas electorales.

Ahora, mediante Real Decreto 189/2023, del 21-03-2023, firmado por el ministro de Presidencia Félix Bolaños, con carácter de urgencia y a dos meses de las elecciones municipales y autonómicas, se modifica la ley para eliminar toda mención o referencia a “la solicitud de voto” que debe haber efectuado el elector, suprimiendo también este dato de las copias que se entregan a los representantes de las candidaturas proclamadas.

Me permito recordar que, en las elecciones generales del año 2019, había 2.093.077 españoles censados en el extranjero con derecho a voto, de los que solicitaron el voto electoral 182.545, fuente INE, datos al 08-05-2019, lo que representa el 8,72% del censo de españoles en el exterior. Los estudios estadísticos existentes arrojan una estabilidad en los datos históricos, con una desviación poco importante sobre la media del total general de votantes.

Toda esta historia nos conduce a la conclusión de un silogismo de elipsis política: Se abre la posibilidad de que cualquiera que conozca los datos identificativos de nuestros compatriotas en el extranjero, pueda emitir un voto con el nombre de aquel que no ha solicitado votar.

Pedro Sánchez es el ser más mentiroso y marrullero en la historia política española desde hace siglos. Que no digo que vaya a hacer nada que vaya contra la ley, pero que esta es una ley para que alguien – ¿se acuerdan de aquello de Gila: “Alguien ha matado a alguien”? – pudiera hacerlo. Cada día me surgen más dudas sobre si al final va a ser Tezanos el que lleva razón con sus pronósticos electorales.

Antonio Campos

Tráfico de influencias

Por Vicente Benedito Francés – Vozpopuli del 28-03-2023

Imaginemos que usted o yo, o cualquiera, tenemos dos amigos que no se conocen. Sigamos imaginando que el primero de ellos le cuenta una historia, pero le dice que es confidencial, y usted le da su palabra de que no la compartirá con nadie. Pasado un tiempo, el segundo amigo le anuncia que tiene la intención de efectuar una serie de operaciones de naturaleza financiera y que usted, al oírlo, y por lo que le contó su primer amigo, se da cuenta de que va a cometer un tremendo error. ¿Qué hace usted? ¿Falta a la palabra dada a su primer amigo?, ¿le cuenta al segundo lo que sabe y evita que éste se equivoque?, o por el contrario ¿fiel a la palabra dada, calla, y deja, con dolor del alma, que su también amigo se estrelle?

Este es un dilema ya clásico del que se han ocupado multitud de pensadores, y la verdad es que las conclusiones son, de todo, menos concretas. Nadie da soluciones definitivas, pues mientras unos sostienen que guardando el secreto acreditas tu honestidad y el respeto a la palabra dada, otros manifiestan que, al contar lo que sabes y evitar cometer el error, estarás honrando la amistad y fidelidad de quién no deseas se equivoque. Quizá llegados a este punto deberíamos debatir, previamente sobre qué entendemos por amistad y compañerismo. Y yo me temo que este dilema intelectual, y, sobre todo, también moral y ético, lo seguirá siendo durante mucho tiempo.

Dicen los que saben que “no hay nada más práctico que una buena teoría”. Me sumo. Por eso me gustaría que el dilema que les acabo de participar estuviese conceptualmente resuelto en uno u otro sentido. Pero no lo está. Y eso nos crea un problema grave porque, lejos de ser meramente un ejercicio intelectual, la importancia de tener información, o de no tenerla, es algo que constatamos todos los días en nuestra vida cotidiana. Continuemos imaginando. Piense que usted o yo o cualquiera es propietario de un huerto de dudosa rentabilidad, en cualquier término municipal de nuestro país. Persevere en esa ficción inacabada que le lleva a tener un pariente, y además amigo, que es concejal de urbanismo de ese pueblo. Si usted quiere vender ese huerto que le produce poco ¿preguntaría a su amigo el concejal si hay alguna recalificación de terrenos prevista en esa zona lo que le pondría en un compromiso? Y su amigo, si supiera que Vd. quiere vender, ¿le advertiría a tiempo de esa posible recalificación? ¿Qué espera que hiciera su amigo? O situémonos en otra esfera:  suponga que es usted. un alto ejecutivo de una gran empresa que sabe que, en los próximos quince días, se va a ultimar una operación que multiplicará por diez su valor en Bolsa. ¿Avisará a sus amigos, aunque solo sea a los íntimos, para que compren, o no vendan, sus acciones?

Casi seguro que todos nos hemos encontrado con problemas similares, y al menos yo, no tengo respuestas concretas. No me equivoco si digo que todos pensamos lo difícil que es generalizar, y que deberíamos analizar cada caso concreto y decidir en función de un más profundo conocimiento Puede que sí, pero el problema está en las diferentes circunstancias que en cada caso sea preciso analizar.¿De qué podemos estar hablando? ¿De lo que puede ganar o perder el afectado por la información? ¿O del precio de esa información? El que tiene la información, ¿espera algo a cambio de facilitarla y darnos la oportunidad de un beneficio? ¿O es el necesitado de la información quien debe propiciar el que nos la dé? ¿Y cómo debe hacerlo? ¿Qué argumentos debe emplear?. ¿Es lícito que ofrezca algo a cambio?, ¿con qué derecho? Poco a poco nos vamos adentrando en una cuestión muy resbaladiza, y que cuanto más ahondemos en ella más compleja resulta comprender la solución buscada. El problema es otro. Puedo considerarme moralmente legítimo poseedor de una información recibida de alguien que ha confiado en mi discreción.

Hay una vieja norma ética, no escrita, fundamental en política, que dice que “en una democracia, lo que no se puede decir no se puede hacer”. Los que somos un poco ingenuos y queremos seguir siéndolo, la hacemos nuestra, pero cuando uno es consciente del devenir de la acción política en nuestro país, “se le cae el alma a los pies”, y se da cuenta de que hay gente que se aprovecha de esas “circunstancias”, o las crea ad hoc persiguiendo algún fin espurio. Es entonces cuando uno no puede menos que acordarse de cierto político, un poco cínico él, en la época de la transición, que decía aquello de que “hay cosas que no se hacen; que, si se hacen, no se dicen; y que si se saben, se niegan”. Y yo añadiría que hasta que llega el momento en el que ya no se pueden negar, y la evidencia nos desconcierta a todos.

No sé por qué le he puesto a este artículo el título de “Tráfico de influencias”. Supongo que habrá sido por alguna asociación de ideas. Pero sería bueno que, de vez en cuando, en esos momentos en los que no tenemos nada que hacer, nos distrajéramos un poco pensando en todas estas cosas. Porque, aun cuando no queramos profundizar en ellas y, seamos sinceros, porque no queremos hacerlo, son cosas que suceden continuamente, pero ello no debemos resignarnos a aceptarlas como algo propio de la sociedad irremediablemente imperfecta en la que vivimos.  En nuestras manos está el que no pasen.

Reformar las pensiones, quemar las calles

Por Jesús Cacho – Vozpopuli 26-03-2023

Arde Francia, paralizada por un Gobierno que parece haber perdido el control del orden público y sometida al terror organizado de una ultraizquierda que cada noche sopla las brasas de una Revolución que, más de 200 años después de la original, encuentra en la negativa radical a aceptar cualquier reforma que ponga en riesgo el nivel de vida del francés medio la mecha lista para incendiar la calle. Por la mañana, piquetes de sindicalistas levantan barricadas interrumpiendo el tráfico, ocupando rotondas y bloqueando accesos a centros comerciales o industriales. Por la tarde-noche, y al amparo de las manifestaciones autorizadas, grupos organizados de ultraizquierda se lanzan a quemar todo lo que encuentran a su paso, desde las montañas de basura que la alcaldesa Anne Hidalgo ha dejado amontonar en las calles de París, hasta vehículos, mobiliario urbano, escaparates… El objetivo prioritario, naturalmente, son las fuerzas del orden. Es gente más joven, más urbana y más politizada que los «chalecos amarillos” de la Francia profunda, convertidos en encarnación de la ira contra todo lo establecido. Con perfecta estrategia de guerrilla urbana, encapuchados y de negro, juegan al gato y al ratón con miles de policías y con los temibles Brav-M, cuerpo motorizado de intervención rápida. A todos dan esquinazo desapareciendo antes de las cargas, para reaparecer después en grupos muy numerosos en lugares desprotegidos en los que volver a sembrar el caos. “Sin previo aviso, los matones se dispersan y luego se reagrupan repentinamente para multiplicar los disturbios”. Más de 930 incendios se reportaron en París el jueves, con cientos de policías heridos, algunos de extrema gravedad. Grupos de extrema izquierda son los que se han adueñado de París, Marsella, Nantes, Amiens, Dijon, Brest y tantos otros lugares.

Con un Macron superado por los acontecimientos, condenado, o eso piensa mucha gente, a retirar una reforma claramente insuficiente para las urgencias de las finanzas públicas galas, que apenas pretende aumentar de 62 a 64 años la edad de jubilación. Un Macron que se ha visto obligado a aceptar la humillación de solicitar a Londres un aplazamiento de la visita oficial de Carlos III, lo que supone reconocer que París no puede garantizar el viaje real en condiciones de seguridad. Un episodio que muchos han interpretado como una señal más del colapso, del declive general de un país obligado a aceptar reformas drásticas para seguir instalado entre los países punteros de la UE, un país que soporta una deuda pública que ha superado ya los 3 billones, con una desindustrialización galopante (déficit comercial de 160.000 millones en 2022), con pérdida de nivel de vida culpa de la inflación (entre 9 y 10 millones de pobres según el INSEE, el INE galo), con aumento de la pobreza (casi 2,5 millones dependiendo de ayudas alimentarias), con una importante tasa de paro, pero también con aumento de la violencia, con barrios enteros convertidos en guetos de la inmigración en los que resulta arriesgado adentrarse a ciertas horas, con una sanidad pública en declive, con un sistema educativo, antaño viejo orgullo patrio, en caída libre…

Los responsables de este en apariencia inevitable viaje de Francia hacia el abismo son varios. Naturalmente que los líderes de los partidos con representación en las Cámaras, que han permitido este clima casi insurreccional por puro interés partidista. Lamentable el papel de la derecha republicana (LR), con parte de su representación jugando a la “revolución”, aunque nada comparable al de Jean-Luc Mélenchon, líder de la coalición de izquierda Nupes (LFI, socialistas, comunistas y ecologistas), ese moderno Lenin que, más que dispuesto a pescar en río revuelto, parece buscar la destrucción del país. Naturalmente, unos sindicatos a los que está afiliado apenas el 9% de los trabajadores y que parecen haber perdido el control de la protesta a manos de esa ultraizquierda, con sus “matones” al frente, dispuesta a echarle un pulso al Estado. “Acostumbrados al sentimiento de impunidad que les ha permitido durante años sembrar el terror en nuestras calles, los matones de la izquierda radical se han embarcado en su siniestro ritual de destrucción. ¿62 o 64 años, qué más da? Su único objetivo es humillar al Estado y derribarlo”, escribía el jueves Trémolet de Villers, editorialista de Le Figaro. Como ocurre en España, la conducta de esa extrema izquierda siempre encuentra plácido acomodo, disculpa puntual en gran parte de los medios de comunicación franceses, por no hablar de la intelectualidad gala. Siempre dispuestos a justificar los excesos de la izquierda comunista, siempre listos para cargar las tintas contra la derecha dura. Una derrota, conviene aclarar, que empieza por el lenguaje. En efecto, la palabra “extrema” solo se aplica a la derecha (así, extrema derecha o ultraderecha), nunca a la izquierda. En Francia, como en España.

¿Es Macron la única alternativa al caos reinante en Francia? Parece inevitable restaurar la autoridad del Estado como primera providencia, devolver al Estado “el monopolio de la violencia física legítima” que decía Max Weber. Con una base electoral compuesta por jubilados muy sensibles a las cuestiones de orden público, Macron podría verse tentado a convertirse en “defensor del orden”, como lo fueron Luis Napoleón Bonaparte en 1848 o De Gaulle en 1968. Nada del carácter de ambos personajes, sin embargo, parece hallarse en el granuja que, en la entrevista que esta semana concedió a TF1 y France 2, fue capaz estando en pantalla de esconder sus manos bajo la mesa para quitarse un costoso reloj de lujo que lucía mientras pedía sacrificios a los franceses. Estamos, como en España, como en el resto de la UE, ante el problema de la calidad de la clase política y la ausencia de liderazgos de peso, líderes morales, no chisgarabís encaramados al poder para lucimiento personal o enfermiza ambición del mismo. Los episodios que está viviendo Francia, con todo, apuntan a una crisis del sistema democrático (sólo un 46% del electorado participó en las últimas legislativas galas), cuyo origen parece estar en la desconfianza radical del pueblo (¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!), en Francia como en el resto de la UE, hacia una clase política que, plena de arrogancia y suficiencia, cuando no desprecio, ha dejado de servir a los intereses generales para centrarse en los particulares de grupo o de partido. Una clase política convertida en simple extractora de recursos públicos.

Violencia inaudita en Francia a cuenta de una “reformita” de las pensiones que todo el mundo sabe perfectamente insuficiente de aquí a unos pocos años, y paz social total en una España que acaba de conocer, “cometer” cabría decir, otra reforma de las pensiones convertida en un auténtico atraco a la España emprendedora, la España que crea riqueza y empleo, la España de las empresas y los trabajadores. Una reforma que no busca la sostenibilidad del sistema, sino amarrar el voto del mayor número de pensionistas al precio que sea, sin importar las consecuencias a medio y largo plazo, porque se trata de no tocar el gasto. La práctica totalidad de expertos en sistemas de pensiones, naturalmente todos los servicios de estudios, habían criticado con dureza una reforma que “no contribuye a la sostenibilidad y que disparará el gasto, el déficit y la deuda en las próximas décadas”, en expresión casi unánime, pero ha sido la propia AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) la que esta semana ha venido a dar la puntilla a una reforma que, en ausencia de medidas de contención del gasto, llevará el déficit público por encima del 8% y la deuda pública hasta el entorno del 150% del PIB.

Curioso el recorrido de este Escrivá, ejemplo de libro de desvergüenza intelectual, que antes de ser ministro se desempeñó durante el Gobierno Rajoy como rector de la AIReF. Los análisis que entonces hacía insistían en el impacto negativo que para el empleo tendría cualquier subida de las cotizaciones sociales a empresarios y trabajadores, las mayores de toda la OCDE. Lo contaba aquí estos días Mercedes Serraller. Antes de ser cooptado por Sánchez, Escrivá defendía aumentar el cómputo de la pensión “desde los 25 años del escenario central hasta los 35 años en 2027, lo que supondría un ahorro de 0,5 puntos de PIB en 2050 sin apenas afectar a la suficiencia”. Alguien escribió días atrás un mensaje en Twitter tan lleno de indignación como pleno de sentido. “nunca olvidaremos que este impresentable es el artífice de una subida de las pensiones del 8% mientras los salarios suben tres veces menos, y que, para financiarla, incrementa las cotizaciones a empresas y trabajadores. Han hipotecado a toda una generación por un puñado de votos. Alguien tendría que explicar cómo consigue Sánchez transformar a grandes profesionales como este en mamarrachos sin escrúpulos, vergüenza o dignidad”.

También se mostraba Escrivá favorable a la reforma del PP de 2013 que ahora critica sin piedad. Tras advertir de la elevada presión del envejecimiento de la población española en las finanzas públicas, Cristina Herrero, actual directora de la AIReF, propone en su informe “articular una estrategia fiscal nacional a medio y largo plazo, con la participación de todas las AAPP, compatible con el crecimiento económico y acompañada de nuevos análisis del sistema de pensiones, evaluaciones del gasto sanitario y una evaluación amplia del Plan de Recuperación”. Casi un programa de Gobierno susceptible de ser aceptado por cualquier persona con algo de sentido común y una pizca de responsabilidad. Nada que importe al canalla que nos preside, empeñado en lograr la reelección a final de año al precio que sea. Con los sindicatos bien regados con dinero público, para asegurarse el siniestro silencio a sus política liberticidas. Que nadie se engañe. El rechazo al personaje es tan trasversal, tan profundo, tan unánime, que episodios como el representado esta semana en el Congreso por el profesor Tamames ni siquiera han servido de momentáneo alivio a su situación desesperada. Pero, ¡ay!, entonces sí nos vamos a enterar de lo que vale un peine. Entonces sí vamos a ver arder España por los cuatro costados, como hoy arde Francia por la herida de las pensiones. Nuestra izquierda, que casi toda es extrema, está lista para la batalla.

Las pensiones

La Ley de Bases de la Seguridad Social de 1966 estableció un modelo unitario e integrado de protección social, con una base financiera de reparto, gestión pública y participación del Estado en la financiación, con vigencia de 1 de enero de 1967, que significó un salto cualitativo en la consolidación de un Sistema Público de Pensiones en el Estado Español.

Desde entonces han sido muchas las modificaciones que se han llevado a cabo, por todos los gobiernos y partidos políticos en el poder en cada momento, porque el sistema de pensiones español está basado en unos ingresos producidos por los trabajadores activos, un flujo piramidal en el que los que trabajan pagan las pensiones de los jubilados, que a su vez pagaron las de sus progenitores mientras ellos estaban activos en el trabajo. La crisis financiera que venimos sufriendo desde hace años ha llevado aparejada la caída del empleo y de los sueldos de los empleados, disminuyendo por tanto los ingresos para pagar las pensiones, que cada día son más, de más importe y de más largo plazo de pago.

El actual sistema vigente corresponde a dos modificaciones realizadas por el ministro Escrivá bajo la presidencia de Pedro Sánchez; en la primera de ellas se estableció:

Que las pensiones de Seguridad Social, en su modalidad contributiva, incluido el importe de la pensión mínima, se revalorizarán al comienzo de cada año en el porcentaje equivalente al valor medio de las tasas de variación interanual expresadas en tanto por ciento del Índice de Precios al Consumo de los doce meses previos a diciembre del año anterior, lo que es lo mismo, noviembre a noviembre.

Por ello, en el año 2023 se revalorizan el 8,50% cuando el IPC anual del año 2022 ha sido del 5,80% y 6,90% el subyacente (la que no considera para su cálculo a la energía (electricidad, gasolina, gas…) ni a los alimentos no elaborados (frutas, verduras…), aunque sí todo lo demás: alimentos procesados, ropa, restauración, comunicaciones, etc.).

Se modifican los coeficientes reductores para penalizar las jubilaciones anticipadas, que pasan a ser en función de los meses y no de los años que falten para la edad reglamentada de jubilación, tratando de incentivar la permanencia en el mercado laboral de los empleados.

La última se ha realizado el pasado 16 de marzo de 2023 mediante un Real Decreto, saltándose así el análisis e informe del Consejo de Estado, del Consejo Económico y Social y de la AIReF, o sea, para evitar todo el procedimiento legislativo previo al Parlamento, y únicamente con el asentimiento de los sindicatos UGT y CCOO, cuyas principales novedades son:

Supresión del tope de las cotizaciones máximas: El tope máximo establecido para las bases de cotización de la Seguridad Social de cada uno de sus regímenes se actualizará anualmente en la Ley de Presupuestos Generales del Estado en un porcentaje igual al que se establezca para la revalorización de las pensiones contributivas.

Se establece un Mecanismo de Equidad Intergeneracional: Con el fin de preservar el equilibrio entre generaciones y fortalecer la sostenibilidad del sistema de la Seguridad Social a largo plazo, se establece un Mecanismo de Equidad Intergeneracional consistente en una cotización finalista aplicable en todos los regímenes y en todos los supuestos en los que se cotice por la contingencia de jubilación, que no será computable a efectos de prestaciones y que nutrirá el Fondo de Reserva de la Seguridad Social.

Con ello, el aumento de las cotizaciones queda de la siguiente forma:

La base reguladora de la pensión de jubilación queda así:

Las bases correspondientes a los veinticuatro meses inmediatamente anteriores al mes previo al del hecho causante se computarán en su valor nominal. Las restantes bases se actualizarán de acuerdo con la evolución que haya experimentado el Índice de Precios de Consumo desde el mes a que aquellas correspondan, hasta el mes inmediato anterior a aquel en que se inicie el período a que se refiere el primer párrafo.

En teoría, la idea de las reformas efectuadas es buena y preveía que, alargando la edad de jubilación, la gente estaría más años trabajando y menos cobrando su pensión. Pero se ha producido el efecto contrario al previsto, cada vez se jubila antes el personal, acceden a pensiones más altas porque han cotizado más y durante más años que los jubilados anteriores, a causa de:

* El cambio de leyes en materia laboral ha permitido que empleados que antes eran prejubilados y seguían manteniendo su cotización a la Seguridad Social hasta la fecha de jubilación real, ahora son despedidos con una corta indemnización, por lo que se acogen antes a la jubilación anticipada.

* Por otra parte, las empresas privadas no quieren a personal mayor de cincuenta y ocho años, porque “para pensar” ya están ellos en el Comité de Dirección. Un estudio de KPMG del año 2019 estimaba que el 72% de las grandes empresas se planteaban jubilar a sus empleados más veteranos para abaratar costes. Ese es el verdadero problema. Los empleados son, todos, prescindibles; las máquinas los sustituyen y quienes hacen trabajar a esas máquinas son personas jóvenes y con una preparación acorde a ese cometido; los únicos, todavía, imprescindibles, son los vendedores, de lo que sea, los que están a pie de calle, gente joven, con técnicas actualizadas y que se “comen” el mundo, con ilusión, fuerza y vitalidad, todo lo que se va perdiendo con los años.

Alargar la edad de jubilación, en un mercado laboral en el que se despide o prejubila a los empleados antes de cumplir los sesenta años, es una forma de reducir el importe de las pensiones, por ausencia de cotizaciones en los últimos años previos a la jubilación, o por las penalizaciones que conlleva la jubilación anticipada, y por el aumento de plazo de la base reguladora. Lo que debería ser justicia social, se convierte así en pobreza permanente para los que son apartados del mercado antes de la edad efectiva de jubilación que se pretende modificar.

Una vez más se ha hecho una chapuza indigna de un profesional como el que ha sido en la empresa privada el ministro Escrivá, de forma unilateral, con precipitación, sin consenso político y empresarial, centrada casi únicamente en alargar la edad de jubilación reglamentaria a la que, por decisión propia o de terceros, no alcanzan la mayoría de los trabajadores.

A España le está llegando la hora de la verdad y tendrá que elegir entre conservar el actual sistema autonómico, ruinoso, injusto e insostenible, tal como está desarrollado, o suprimir las autonomías para salvar el sistema de pensiones y los servicios públicos básicos, sobre todo la educación y la sanidad. Como es inviable, sin una nueva guerra civil, la supresión de las autonomías, el objetivo inmediato, gane quien gane las próximas elecciones generales, será la reducción de las pensiones bajo la excusa de que “es lo que ordena Europa…”.

Hay que tomar medidas drásticas, y no precisamente rebajando las pensiones (porque toda la prosopopeya montada tiene ese único objetivo final), sino, a partir de una fecha concreta, pidiendo un esfuerzo adicional a empresas y trabajadores, creando una “mochila” con un porcentaje mensual de consenso del total de los ingresos del trabajador, que irá siempre con él a cualquier trabajo que desarrolle en su vida profesional, todo ello complementario a la pensión estatal común y preestablecida, permitiendo además una jubilación activa remunerada. Para ello, habría que crear incentivos fiscales, al trabajador y a las empresas, entre ellos establecer que el rescate de los Planes de Pensiones por jubilación pague impuestos por rentas de capital en vez de rentas de trabajo, claves para fomentar el ahorro privado de cara a la jubilación.

Y convertir en productivo el gasto improductivo que es la prestación por desempleo y subvenciones a quienes no trabajan, nativos e inmigrantes, introduciendo criterios de eficacia, cambiando el concepto por el de Salario de Subsistencia, periodo transitorio, con contraprestación de colaboración social de obligado cumplimiento por parte de los perceptores. Desaparecería así gran parte de la economía sumergida, disminuirían los pagos a parados y aumentarían los ingresos de Hacienda y de la Seguridad Social, por los trabajos que aparecerían de forma exponencial en corto plazo, tanto por parte del trabajador como del empresario, algunos de los cuales se ha acostumbrado a pagar en dinero negro.

Y esto solo puede hacerlo el socialismo, pues si lo hiciera la derecha se echarían a la calle los millones de personas subvencionadas por la izquierda, incluidos sindicatos y otras organizaciones que viven del cuento de sueños imposibles.

Antonio CAMPOS

https://www.65ymas.com/opinion/reforma-pensiones-chapuza-indigna_49086_102.html

https://www.vozpopuli.com/opinion/pensiones-escriva-chapuza-indigna.html/comentarios#comments

La Agenda 2030

Los Acuerdos de Bretton Woods son las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, realizada en Bretton Woods, (New Hampshire), entre el 1 y el 22 de julio de 1944, donde se establecieron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo.

Allí se estableció un sistema monetario en el que el valor de la moneda de un país era totalmente convertible en gramos de oro, dado que los Bancos Centrales tenían la obligación de su conversión cuando un ciudadano lo demandara. Se adoptó el patrón oro-divisas, en el que EE.UU. debía mantener el precio del oro en 35,00 $ USA por onza y se le concedió la facultad de cambiar dólares por oro a ese precio sin restricciones ni limitaciones, fijando el precio de las monedas mundiales con relación al dólar. Fue la derrota de la propuesta del británico John Maynard Keynes (Keynesianismo).

Con motivo del incremento de los gastos por la guerra del Vietnam, el gobierno de Richard Nixon se enfrentó a un problema: los dólares superaron las reservas de oro del país, de manera que el precio del oro en dólares superó el precio fijo del oro. Nixon siguió el consejo de Milton Friedman: eliminar la convertibilidad del dólar en oro dado que la divisa valía por el propio respaldo que ofrecía el gobierno de Estados Unidos. De esta manera, el domingo 15 de agosto de 1971, Richard Nixon declaró la inconvertibilidad del dólar en oro, y terminó de manera unilateral con el acuerdo de Bretton Woods, fijando para el año 1973 el fin de la convertibilidad dólar en oro y libre flotación de las monedas fuertes.

Con el objetivo de incrementar el intervencionismo estatal norteamericano perdido, en septiembre de 2015 y siendo Obama presidente de Estados Unidos, se aprobó por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y con ella los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se detallan a continuación y que deben cumplirse antes de 2030 por parte de todos los actores del planeta; los gobiernos, las empresas y sociedad civil. 

  • Objetivo 1.-  Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
  • Objetivo 2.- Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.
  • Objetivo 3.- Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
  • Objetivo 4.- Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
  • Objetivo 5.- Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
  • Objetivo 6.- Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.
  • Objetivo 7.- Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.
  • Objetivo 8.- Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
  • Objetivo 9.- Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.
  • Objetivo 10.- Reducir la desigualdad en y entre los países.
  • Objetivo 11.- Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
  • Objetivo 12.- Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
  • Objetivo 13.- Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
  • Objetivo 14.- Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
  • Objetivo 15.- Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica.
  • Objetivo 16.- Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
  • Objetivo 17.- Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.

Como se observa a simple vista, es un nuevo mundo idílico, en el que todas las personas son honestas y buenas, felices dentro de un estado de bienestar, eso sí, diseñado, dirigido y controlado por los poderes mundiales gobernantes que, a su vez, deben ser sostenidos por la economía de las grandes fortunas o por el endeudamiento incontrolado de una moneda de cambio mundial, la fotocopiadora de deuda perpetua que, antes o después, explotará en una crisis de impredecibles consecuencias en todo el planeta.

Días pasados hemos visto un atisbo de crisis bancaria en Estados Unidos, espoleta manejada por uno de los alumnos del conglomerado empresarial que produjo la del año 2007 y siguientes, por la diferencia de precios en la valoración de la deuda soberana de diferentes países, y ha tardado poco el Banco de España en decir que una nueva crisis financiera elevaría la Deuda Pública Española al 150% del PIB, lo que significa que aquí nadie tiene intenciones de suprimir subvenciones y canonjías a adictos, nacionales e inmigrantes, a la causa del poder gubernamental dominante en el momento.

Y para seguir aumentando los malos pensamientos de los más suspicaces, Chirstine Lagarde vuelve otra vez a poner en funcionamiento la fotocopiadora de la deuda pública y abre una nueva línea de liquidez por si hay algún banco que lo necesita.

Todo ello es un vuelco a los parámetros de convivencia establecidos hasta la fecha, desde el nacimiento o no del nonato hasta la decisión final de la muerte propia o de terceros, el modo de vida, la forma de actuación, regulando qué hacer, decir y permitir y lo que no, sustituyendo la dictadura comunista que sepultó el Muro de Berlín y la lucha de clases marxista, que no deja de ser la supervivencia del débil ante los abusos del fuerte, por una dictadura aún peor que amplía su campo de actuación a todo el mundo y pretende la uniformidad mundial de ideas, pensamientos, palabras y obras.

Y en ello están empeñados, principalmente, la Unión Europea y los Estados Unidos. La Unión Europea porque es una amalgama nacida al albur de la ampliación comercial de los estados que la componen, pero de ahí no ha pasado su fortaleza, muy lejos de construir una Europa Federal con un único gobierno, una única corte legislativa, un único ejército, una única lengua básica de obligado conocimiento y uso para todos sus integrantes, y una unificación de criterios legales y fiscales, habiendo quedado como un mastodonte sin ningún poder real de ejecución.

Y Estados Unidos porque quiere estar en todas las sopas; hasta hace no tanto, se disputaba la primacía bélica y el control financiero, únicamente con la URSS. Ahora hay otras naciones que se han puesto a su altura en ambos temas, esos competidores se han hecho mayores y más importantes, y están dispuestos a disputarles ese puesto de privilegio que durante los dos últimos siglos han disfrutado.

Es por ello por lo que la Agenda 2030, fuera del ámbito de Europa y Estados Unidos, tiene presencia en contados países, en contraposición a otros como China, India, Rusia, Paquistán, Corea del Norte, los países islámicos y América del Sur, en dónde está arraigando el comunismo, trasnochado, pero comunismo al fin y al cabo, que desapareció oficialmente en la antigua URSS.

Y el motivo real, entre otros, de la guerra en Ucrania. El frente OTAN-EEUU pretendía instalar misiles cerca de la frontera con Rusia. Y Rusia ataca Ucrania, porque los rusos son muy malos y no permiten eso. En 1962 URSS pretendió instalar misiles en Cuba, cerca y mirando a Estados Unidos quién, qué buenos eran, repelieron la situación hasta que la Unión Soviética replegó sus misiles nucleares, y como forma de despiste trasladaron sus enfrentamientos a terceros países como fueron los casos de Corea y Vietnam. Unos fueron muy buenos, otros son muy malos; y lo peor de todo es que pudiera pasar lo mismo que entonces, que trasladen sus enfrentamientos a terceros países, a cualquiera de los que componen Europa, que son los que están más cerca de su alcance, o a Taiwán si es atacada por China, y entonces sí que intereses yanquis serían otra vez el fondo de una nueva contienda con millones de muertos. En pocas palabras, no sé qué es peor si el demonio o el diablo.

Ni que decir tiene que puedo estar equivocado en mis comentarios, ojalá sea así, pero confío en que, a partir de ahora, cuando vean algún personaje de nuestro entorno con el PIN de la Agenda 2030 en la solapa, sepan qué es lo que representa y lo que defiende.

Antonio CAMPOS

Publicado el 24-03-2023 en PUERTA DE MADRID de Alcalá de Henares

El problema y la solución

Por Vicente Benedito Francés

Vozpopuli 18-03-2023

No ha perdido vigencia aquella frase de Ortega y Gasset pronunciada hace ya más de un siglo, “España es el problema, Europa la solución”. A lo largo de los más de cien años transcurridos desde entonces, la reflexión ha sido manoseada, utilizada para argumentar, interesadamente, muy distintas situaciones, en función de la finalidad última de quien en cada momento la traía a colación. Ortega evidenciaba su preocupación por la decadencia cultural y educativa de nuestro país. Subrayaba la perentoria necesidad de que como nación recorriéramos el camino que nos separaba de Europa. Tanto tiempo desde entonces y seguimos, en cierta medida, teniendo por delante camino pendiente. Distancia no superada.

Décadas después, durante los últimos años del franquismo y próxima la Transición, la idea de “Europa como solución” se refería, la utilizábamos, para señalar las metas de democracia y libertad a las que aspirábamos, y que reconocíamos con notable añoranza, gozaban los países de nuestro entorno a los que ansiábamos homologarnos. Hoy, salvando todas las distancias, las sociedades española y europea precisan afianzar sus respectivas personalidades desde una clara posición de convergencia. No tan marcada como a comienzos del siglo XIX, pero, también, no exenta de una innegable complejidad. Quizá, aun cuando pudiera parecer exagerado, mayor, en determinados aspectos, que en los tiempos de la preocupación de Ortega.

Vayamos por partes. “Europa es la solución”, decía Ortega. Pero el viejo continente ya no es la potencia económica, política y cultural, sobre todo cultural, que la hacía única a principios del siglo pasado. Durante los últimos doscientos, trescientos años, la cultura europea, es decir, su sentido de lo que era bueno o malo, su concepción de las relaciones económicas, políticas y sociales, fueron las que dominaron el mundo. Hoy sigue vigente el modelo relacional y cultural impuesto por la sociedad occidental imperante entonces. Con especial protagonismo de aquella Europa hegemónica.

Hay que tener muy presente que, en estos momentos, el dinero tiene más poder que el que nunca en la historia, hasta el punto de imponerse a los gobiernos, comprar voluntades y medios de comunicación

Sin embargo, las circunstancias han cambiado, y no dejan de hacerlo. Europa no puede no reconocerlo. Los cambios se producen muy deprisa. No asumirlo con determinación puede actualizar la premonición de Felipe González de que “Europa puede morir de éxito”. Porque, cierto es que, buscando su propio beneficio, durante los últimos siglos Europa, con su modo de hacer las cosas, ha estimulado el surgimiento de mundos, de conciencias, distintas a la propia. Y esos mundos que han despertado, y que son, tanto desde el punto de vista demográfico, como, sobre todo, cultural, muy potentes, han cuestionado su hegemonía, es decir, su capacidad para seguir imponiendo las reglas de juego. Esos nuevos mundos, esas nuevas culturas, disponen de notable riqueza. Hay que tener muy presente que, en estos momentos, el dinero tiene más poder que el que nunca en la historia, hasta el punto de imponerse a los gobiernos, comprar voluntades y medios de comunicación, y de ser casi el único impulsor de los cambios que se están produciendo en las sociedades.

Europa se siente agobiada, con la necesidad de reafirmarse culturalmente. Se ha dado cuenta de que ya no se trata de mantener su dominio sobre los demás, si no de reafirmar, lo que ha sido, para poder seguir siendo una sociedad con valores, costumbres y creencias propias.  Las que le han dado sentido a lo largo de la historia, para no ser desnaturalizada, absorbida, por las culturas emergentes.  Y esto no está sucediendo

Año 1991

Vicente Benedito y Antonio Campos

La UE no es casi nada. No existe unidad, no hay un presidente y un Parlamento únicos, un sólo presupuesto, sigue pendiente la unidad fiscal, un sólo ejército, un sistema judicial propio , y ninguno de los 27 países que la forman quiere ceder un ápice de su  soberanía. Echamos en falta auténticos líderes políticos como lo fueron Margaret Thatcher, Willy Brandt, Conrad Adenauer, Winston Churchill, Helmut Kohl, Mitterrand o F. González. En definitiva su futuro es oscuro, o convertirse en un parque temático para que el resto del mundo nos visite, o, en el peor de los casos, y Dios no lo quiera, ser el escenario de la tercera guerra mundial entre Occidente, liderado por los EEUU y Oriente al frente de China porque  a ambos la UE y Rusia les es indiferente. Sirva de ejemplo la guerra en Ucrania que tiene como disputa el territorio del Donbás, que posibilitaría al régimen de Putin contar con un pasillo para unir Crimea con Rusia dándole salida al mar Negro. Si se les cediera a los rusos ese pasillo, poblado por rusos durante más de cien años (y que no tiene ningún valor económico ni logístico) a cambio del fin de la guerra y de permitir que Ucrania y Finlandia entren en la OTAN se podría poner fin a la muerte de tantos inocentes en el mismo corazón de Europa.

Ser “progresista” consiste en propiciar y financiar, con dinero público, los excesos, el mal gusto y la conversión de fiestas en espectáculos

La Unión Europea presenta serias debilidades y, dentro de ella, España sufre carencias muy significativas. Por desgracia estamos conducidos por unos líderes, es un decir, sociales y políticos, con una cultura de parvulario, y que, ignorantes, pero no inocentes, identifican “modernidad” con “transgresión” y “progresismo” con relajación de los valores y creencias naturales, que han sido guía de nuestra sociedad durante milenios y que nos han hecho como somos. Aquí “modernizar” es legislar para generalizar las excepciones, y ser “progresista” consiste en propiciar y financiar, con dinero público, los excesos, el mal gusto y la conversión de fiestas en espectáculos.

El resultado es una crisis social, pero también económica, sin precedentes ni comparación posible con la de los otros países europeos. La falta de formación conduce a la indiferencia, a la corrupción, a la avaricia desmesurada, al dinero fácil, a despreciar los valores, todo lo cual provoca el que nuestra crisis económica, y social, sea extraordinaria. Nos han hecho perder el sentido de lo bueno y de lo malo y han convertido el “laicismo beligerante” en una nueva religión, que no se limita a aportar normas morales, no las tienen, como todas las religiones, sino que es un “laicismo de Estado” que impone sus reglas mediante la legislación y el presupuesto. Todo ello dirigido a la destrucción de la clase media que es la base de la democracia, sustituyéndola por una clase subvencionada que les vote siempre, una Administración Pública absolutamente desproporcionada, un numero injustificado de políticos y de asesores. Una deuda pública inasumible, un PIB todavía por debajo del existente al inicio de la pandemia y una desmedida e incontrolada inflación subyacente la más alta de la UE.

No es difícil

Por Juan Manuel Jimenez Muñoz – Médico y escritor malagueño.

* No es difícil manejar una pistola. Lo difícil es manejar un azadón para labrar la tierra.

* No es difícil robar a un semejante. Lo difícil es madrugar cada día para llegar al trabajo.

* No es difícil quemar contenedores. Lo difícil es retirar la basura cada noche.

* No es difícil encerrarse en la Universidad para protestar por algo. Lo difícil es encerrarse media vida hasta sacar una carrera.

* No es difícil rociar con gasolina a un coche. Lo difícil es llenar el depósito de gasolina.

* No es difícil arrancar un adoquín para usarlo como arma. Lo difícil es ser un magnífico albañil que pavimente la calle.

* No es difícil herir a una persona. Lo difícil es atender a los heridos.

* No es difícil destrozar el escaparate de un comercio. Lo difícil es arriesgar tu patrimonio para crear ese comercio y dar trabajo a tus vecinos.

* No es difícil forzar la cerradura para vivir en la casa de otro. Lo difícil es pagar una hipoteca.

* No es difícil insultar a quien no opina como tú. Lo difícil es pensar que, tal vez, puedas ser tú quien se equivoca.

* No es difícil exigir que no te impidan hablar. Lo difícil es saber cuándo procede el silencio.

* No es difícil exigir nuevos derechos. Lo difícil es cumplir con los deberes.

* Y no es difícil pedir más libertad cuando ya se tiene la libertad de pedirla. Lo difícil fue conseguir la libertad cuando la libertad no estaba.

* Y algún día –ya lo veréis– seremos nosotros los alzados. Nosotros. Los sumisos. Los callados. Los pagafantas. Los madrugadores. Los mansos. Los que queremos la paz. Los de las dificultades diarias. Los que sostenemos la Hacienda Pública. Los que no vivimos de enredar. Los que no vivimos de enfrentar. Los que somos lo que somos gracias a nuestros mayores. Los del esfuerzo personal. Los silenciosos.

* Nosotros tomaremos las calles algún día. Y entonces, vosotros, no seréis nada.

Los bancos vuelven a derrumbarse en bolsa

Eulogio López 15/03/23 en Hispanidad

Insistimos: no hay crisis bancaria, hay crisis de deuda. Estamos ante una nueva gran recesión. La solución: acabar con el Estado del Bienestar. Y mejor que se pongan a ello cuanto antes, no vaya a ser que empiecen quebrar no los bancos sino los Estados.  

La crisis de deuda sólo tiene una solución: acabar con el Estado del Bienestar. ¿Esto les resulta muy duro? Probablemente, pero mejor que se pongan a ello cuanto antes, no vaya a ser que empiecen a no quebrar los bancos sino los Estados

La crisis de deuda sólo tiene una solución: acabar con el Estado del Bienestar. ¿Esto les resulta muy duro? Probablemente, pero mejor que se pongan a ello cuanto antes, no vaya a ser que empiecen a no quebrar los bancos sino los Estados

Lunes, martes y miércoles. El lunes se derrumban todos los bancos en las bolsas europeas, tras la caída del Silicon Valley Bank (SVB). ‘Yayoyou’ Biden se apresura a tranquilizar a las masas. De una forma falaz, que obtiene un relativo éxito. Así, en la sesión bursátil del martes, la banca se recupera… para el miércoles 15 volver a derrumbarse, con un índice bancario que en el último tramo de la sesión caía en torno al 7%.

Los culpables de la nueva crisis económica no son los bancos centrales ni los banqueros: son los gobiernos y las grandes empresas apalancadas. Ya es hora de volver a funcionar con fondos propios

¿Y por qué estos altibajos? Porque aunque la izquierda se empeñe -le encanta insultar a la banca- y la derecha enmudezca, lo cierto es que no estamos ante una crisis bancaria, como fue la de 2008, sino ante algo más grave: estamos ante una crisis de deuda, sobre todo, deuda soberana, pero también deuda corporativa, producto de años de irresponsabilidad política, con todos los demagogos de Occidente (me viene a la cabeza un tal Sánchez) que se mantienen en el poder gracias a una emisión permanente de deuda pública, que era posible con tipos negativos, pero que resulta una ruina cuando el precio del dinero sube. Y de las grandes corporaciones industriales puede decirse algo muy similar: nadie trabajaba con fondos propios, sino extraordinariamente apalancados. Total, endeudarse era barato…

Y sí: los tipos debían subir. Aunque los bancos centrales deben dejar de alimentar a políticos irresponsables

Lo cual nos lleva a la siguiente conclusion: aunque es cierto que los bancos centrales nunca debieron alentar la irresponsabilidad política, nunca debieron comprar todos los bonos que ponían los políticos en el mercado, los culpables son los propios políticos y los consejos de administración de las grandes empresas multinacionales.

No se trata de más regulación bancaria, se trata de que el accionista pierda toda su inversión, pero que no pierdan su dinero los depositantes

Y así, aunque es verdad que los banqueros especuladores fueron culpables de la crisis de 2008, ahora, al menos, los presidentes de banca doméstica como son los españoles, no tendrán culpa de la crisis que viene, aunque puedan pagarlo caro por su operativa en deuda pública. Y a pesar de ello, es cierto que la regulación bancaria debe guiarse por el siguiente principio: los accionistas y bonistas deben perderlo todo. Son inversores y asumieron un riesgo. Por contra, los depositantes no deben perder su dinero, porque no tienen su cuenta corriente para ganar dinero, sino para poder realizar sus pagos. Pero, insisto, esto no es una crisis bancaria, es una crisis de deuda. Y la crisis de deuda sólo se arregla reduciendo aquello que provoca la deuda pública, es decir, Papa-Estado que cuida de ti desde la cuna a la tumba. Dicho de otra forma, la crisis de deuda sólo tiene una solución: acabar con el Estado del Bienestar, lo cual significa reducir el gasto en sanidad pública, en pensiones y en todo lo que suene a público. ¿Esto les resulta muy duro? Probablemente, pero mejor que se pongan a ello cuanto antes, no vaya a ser que empiecen a quebrar no los bancos sino los Estados. Y eso sí que es peligroso.

Diputeros

“Hola, soy Juan Bernardo Fuentes, candidato al Congreso de los Diputados por la isla de Fuerteventura. Me presento porque quiero contribuir a este proyecto socialista que quiere cambiar España, que quiere una España que avance y una España que crezca hacia el futuro, una España de igualdad, una España de principios, una España de valores. Cuento contigo. Vota PSOE”.

Con este mensaje se presentaba a las urnas Juan Bernardo Fuentes Curbelo, de 61 años de edad, casado, que según declaración en el Congreso de Diputados correspondiente a la XIV Legislatura era Director General del Gobierno de Canarias, ganadero con propiedades y deudas acordes con su actividad, y administrador de cuatro empresas, que debía ser muy organizado para poder atender tantos puestos de trabajo al unísono, todo lo cual le daba para tener únicamente un saldo bancario de 2.120 euros en total.

Ha sido Portavoz adjunto de la Comisión de Industria, Comercio y Turismo, y mismo cargo en la Comisión de Hacienda y Función Pública desde el siete de febrero de 2020 hasta la fecha de su cese el pasado catorce de febrero de 2023.

He escrito en muchas ocasiones que con Franco había una media de doscientas personas por cada provincia que se lo llevaban crudo -el dinero- por ser vos quién sois, un total de diez mil en toda España. Y que la España democrática nació viciada porque se nutrió de dinero procedente de más allá de nuestras fronteras, para que los partidos políticos pudieran ponerse en funcionamiento y subsistir en un espacio en el que ninguno sabía hacerlo a través de sus propios medios.

Lo peor de todo es que de una forma sistemática y continuada, que queremos y quieren convencernos es a título personal, han continuado y, consustancial al pícaro español que todos llevamos dentro, se encuentra perpetuada en la vida política española.

Desde la Grecia antigua y sus filósofos -el hombre, ¿es bueno o es malo por naturaleza? – se acudía al oráculo, convencidos que a través de la pitonisa era el propio Apolo quien respondía sus preguntas. Antes de entrar al templo, el consultante debía entregar una cantidad de dinero y sacrificar ovejas a modo  de pago en especie que el oráculo requería. En el siglo V antes de J.C., los colubistas (cambistas griegos) se convirtieron en trapezitas (banqueros) y nadie contrataba ninguna operación sin recurrir a un trapezita, que tenían empleado numeroso personal, la mayor parte esclavos, muy hábiles en los negocios, laboriosos y abnegados en su cometido, que esperaban alcanzar así su liberación. Los que eran ya libertos luchaban por conseguir las plazas de jefes de servicio o apoderados, con la ambición de alcanzar un día la dirección del establecimiento, sabiendo que una norma no escrita era que la fidelidad, la devoción, la entrega y el fervor prevalecían sobre cualquier otra virtud que alumbrara a quien quisiera obtener esos puestos.

En España hay muchos trapaceros, de todo signo  y color, cuyo único objetivo es transmitir “y tú, más” cuando alguno cae en un renuncio. Durante años he trabajado en un confesionario, no solo existen confesionarios ocupados por sacerdotes de la iglesia católica, pero sí el secreto de confesión o profesional, y he visto el resultado final de muchas operaciones de financiación de partidos políticos, de políticos a título personal, de reclusión para contar dinero en el habitáculo de cajas de alquiler, de transferencias que olían mal desde lejos, y de reuniones y amistades que, bajo ningún concepto, pueden haber pasado desapercibidas para quienes mantienen un convivir diario con ciertas personas que no parecen los más listos de la clase, pero que son utilizados precisamente por eso para otros menesteres.

En esta ocasión ha sido un personaje secundario, cauto él, que sigilosamente y por lo que pudiera pasar -argumento manido en muchas películas de segundo y tercer nivel- el que ha destapado el pastel y declarado que «Bárcenas se queda pequeño al lado de esto», señalando que el exdiputado del PSOE Fuentes Curbelo era el cabecilla de una trama de corrupción y advierte que habrá más políticos salpicados; y a mí me extraña mucho que el único en prisión en estos momentos sea un militar de máxima graduación -alguien quiere dar ejemplo- y ningún representante del pueblo, ese que vota en el parlamento por la abolición de la prostitución -poner puertas al campo, ¿saben cuántas hipotecas se han pagado con prostitución silente?, ¿sólo es prostitución si se cobra en dinero metálico efectivo y no de otras formas?- y luego lo celebra, presuntamente, con prostitutas de postín, alcohol de marca, cocaína de alta pureza y viandas con estrellas.

La investigación señala que Bernardo Fuentes Curbelo, “en connivencia con otros investigados, se encargaba de recibir a los diferentes empresarios […] en sus dependencias del Congreso de los diputados en Madrid, […] lo cual era fundamental para poder dar una apariencia de seriedad y poder atraer la trama delictiva y generar confianza en los empresarios captados”.

Para despistar y que la población ponga su foco de atención en otras cosas, Pedro Sánchez escribe: “ […] Ojalá pronto no quede ni rastro del típico matrimonio franquista de “hombre y mujer” que tanta violencia y odio genera”. Pues nada, el matrimonio heterosexual es un invento franquista, y la unión de un hombre y una mujer genera odio y violencia. Señor presidente del Gobierno, usted, además de mentir más que parpadea, nos tilda de violentos y generadores de odio. Me ahorro el calificativo que se merece porque soy consciente que se han cursado órdenes a los mandos socialistas de controlar y denunciar todo lo que se escriba sobre el tema de origen majorero que nos ocupa, solo les deseo a esas personas que, si alguna vez, cuando corresponda según sentencias judiciales, van a la cárcel, les apliquen la ley del talego a los chivatos.

Evidentemente, todos estos hechos son presuntos porque estamos en una democracia y como tal es el que acusa el que tiene que aportar la carga de la prueba, por lo que todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario. Salvo en dos casos en el ordenamiento español de nuestra democracia imperfecta: Es el acusado el que tiene que demostrar su inocencia cuando quién acusa es Hacienda o cuando lo hace una persona que sea mujer o como tal se sienta en temas sexuales, aunque luego vaya al urólogo si tiene un problema en la entrepierna.

¿Se sabe algo de sus socios de Podemos?  Mejor que estén callados porque para una que habla abiertamente sobre sexualidad, la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, dice que la penetración “es patriarcal”, reivindicando la autosatisfacción. Tal como está el patio, me parece que lo que se quiere es cerrar las casas de puta y abrir chozas de paja.

Y D. Alberto El Acomodaticio, ¿qué dice? Por algo parecido llegó Pedro Sánchez al poder, pero ahora él calla, o farfulla en voz baja porque nadie puede decir de este agua no beberé ni este cura no es mi padre, porque quiere llegar a ser presidente del Gobierno por errores ajenos y no por méritos propios, porque no es un líder nato que soliviante a las masas, porque España es un país de subvencionados, prestos a conjurarse contra quién les mantiene ociosos y sin contraprestación laboral, porque lleva en la solapa el mismo PIN de la Agenda 2030, verdadero objetivo ignoto para los ciudadanos a implantar en la vieja Europa empujada por Estados Unidos,  pero de la que se cachondean en China (tras la reapertura de su economía, el mes pasado ya ha batido todas las previsiones de crecimiento y ha dejado claro que lo de los coches eléctricos no va con ellos), Rusia, Corea, India, toda África y América del Sur, o sea, en el ochenta por ciento de la población mundial.

Mientras tanto, las empresas españolas, que crean riqueza y puestos de trabajo, empiezan a trasladar su sede fiscal y pagar impuestos en otros países en los que son mejor recibidos y tratados que en España, y no hable de bandera patriótica quien no esté dispuesto a morir por ella, empezando con que el Gobierno llama “modélicos demócratas y sublimes progresistas” a los catalanes que pretenden transgredir la Constitución e independizarse de España. Fue uno de los más insignes poetas del siglo pasado, el republicano Antonio Machado, el que dijo: «De diez cabezas, nueve / embisten y una piensa. / Nunca extrañéis que un bruto / se descuerne luchando por la idea”.