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Diputeros

“Hola, soy Juan Bernardo Fuentes, candidato al Congreso de los Diputados por la isla de Fuerteventura. Me presento porque quiero contribuir a este proyecto socialista que quiere cambiar España, que quiere una España que avance y una España que crezca hacia el futuro, una España de igualdad, una España de principios, una España de valores. Cuento contigo. Vota PSOE”.

Con este mensaje se presentaba a las urnas Juan Bernardo Fuentes Curbelo, de 61 años de edad, casado, que según declaración en el Congreso de Diputados correspondiente a la XIV Legislatura era Director General del Gobierno de Canarias, ganadero con propiedades y deudas acordes con su actividad, y administrador de cuatro empresas, que debía ser muy organizado para poder atender tantos puestos de trabajo al unísono, todo lo cual le daba para tener únicamente un saldo bancario de 2.120 euros en total.

Ha sido Portavoz adjunto de la Comisión de Industria, Comercio y Turismo, y mismo cargo en la Comisión de Hacienda y Función Pública desde el siete de febrero de 2020 hasta la fecha de su cese el pasado catorce de febrero de 2023.

He escrito en muchas ocasiones que con Franco había una media de doscientas personas por cada provincia que se lo llevaban crudo -el dinero- por ser vos quién sois, un total de diez mil en toda España. Y que la España democrática nació viciada porque se nutrió de dinero procedente de más allá de nuestras fronteras, para que los partidos políticos pudieran ponerse en funcionamiento y subsistir en un espacio en el que ninguno sabía hacerlo a través de sus propios medios.

Lo peor de todo es que de una forma sistemática y continuada, que queremos y quieren convencernos es a título personal, han continuado y, consustancial al pícaro español que todos llevamos dentro, se encuentra perpetuada en la vida política española.

Desde la Grecia antigua y sus filósofos -el hombre, ¿es bueno o es malo por naturaleza? – se acudía al oráculo, convencidos que a través de la pitonisa era el propio Apolo quien respondía sus preguntas. Antes de entrar al templo, el consultante debía entregar una cantidad de dinero y sacrificar ovejas a modo  de pago en especie que el oráculo requería. En el siglo V antes de J.C., los colubistas (cambistas griegos) se convirtieron en trapezitas (banqueros) y nadie contrataba ninguna operación sin recurrir a un trapezita, que tenían empleado numeroso personal, la mayor parte esclavos, muy hábiles en los negocios, laboriosos y abnegados en su cometido, que esperaban alcanzar así su liberación. Los que eran ya libertos luchaban por conseguir las plazas de jefes de servicio o apoderados, con la ambición de alcanzar un día la dirección del establecimiento, sabiendo que una norma no escrita era que la fidelidad, la devoción, la entrega y el fervor prevalecían sobre cualquier otra virtud que alumbrara a quien quisiera obtener esos puestos.

En España hay muchos trapaceros, de todo signo  y color, cuyo único objetivo es transmitir “y tú, más” cuando alguno cae en un renuncio. Durante años he trabajado en un confesionario, no solo existen confesionarios ocupados por sacerdotes de la iglesia católica, pero sí el secreto de confesión o profesional, y he visto el resultado final de muchas operaciones de financiación de partidos políticos, de políticos a título personal, de reclusión para contar dinero en el habitáculo de cajas de alquiler, de transferencias que olían mal desde lejos, y de reuniones y amistades que, bajo ningún concepto, pueden haber pasado desapercibidas para quienes mantienen un convivir diario con ciertas personas que no parecen los más listos de la clase, pero que son utilizados precisamente por eso para otros menesteres.

En esta ocasión ha sido un personaje secundario, cauto él, que sigilosamente y por lo que pudiera pasar -argumento manido en muchas películas de segundo y tercer nivel- el que ha destapado el pastel y declarado que «Bárcenas se queda pequeño al lado de esto», señalando que el exdiputado del PSOE Fuentes Curbelo era el cabecilla de una trama de corrupción y advierte que habrá más políticos salpicados; y a mí me extraña mucho que el único en prisión en estos momentos sea un militar de máxima graduación -alguien quiere dar ejemplo- y ningún representante del pueblo, ese que vota en el parlamento por la abolición de la prostitución -poner puertas al campo, ¿saben cuántas hipotecas se han pagado con prostitución silente?, ¿sólo es prostitución si se cobra en dinero metálico efectivo y no de otras formas?- y luego lo celebra, presuntamente, con prostitutas de postín, alcohol de marca, cocaína de alta pureza y viandas con estrellas.

La investigación señala que Bernardo Fuentes Curbelo, “en connivencia con otros investigados, se encargaba de recibir a los diferentes empresarios […] en sus dependencias del Congreso de los diputados en Madrid, […] lo cual era fundamental para poder dar una apariencia de seriedad y poder atraer la trama delictiva y generar confianza en los empresarios captados”.

Para despistar y que la población ponga su foco de atención en otras cosas, Pedro Sánchez escribe: “ […] Ojalá pronto no quede ni rastro del típico matrimonio franquista de “hombre y mujer” que tanta violencia y odio genera”. Pues nada, el matrimonio heterosexual es un invento franquista, y la unión de un hombre y una mujer genera odio y violencia. Señor presidente del Gobierno, usted, además de mentir más que parpadea, nos tilda de violentos y generadores de odio. Me ahorro el calificativo que se merece porque soy consciente que se han cursado órdenes a los mandos socialistas de controlar y denunciar todo lo que se escriba sobre el tema de origen majorero que nos ocupa, solo les deseo a esas personas que, si alguna vez, cuando corresponda según sentencias judiciales, van a la cárcel, les apliquen la ley del talego a los chivatos.

Evidentemente, todos estos hechos son presuntos porque estamos en una democracia y como tal es el que acusa el que tiene que aportar la carga de la prueba, por lo que todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario. Salvo en dos casos en el ordenamiento español de nuestra democracia imperfecta: Es el acusado el que tiene que demostrar su inocencia cuando quién acusa es Hacienda o cuando lo hace una persona que sea mujer o como tal se sienta en temas sexuales, aunque luego vaya al urólogo si tiene un problema en la entrepierna.

¿Se sabe algo de sus socios de Podemos?  Mejor que estén callados porque para una que habla abiertamente sobre sexualidad, la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, dice que la penetración “es patriarcal”, reivindicando la autosatisfacción. Tal como está el patio, me parece que lo que se quiere es cerrar las casas de puta y abrir chozas de paja.

Y D. Alberto El Acomodaticio, ¿qué dice? Por algo parecido llegó Pedro Sánchez al poder, pero ahora él calla, o farfulla en voz baja porque nadie puede decir de este agua no beberé ni este cura no es mi padre, porque quiere llegar a ser presidente del Gobierno por errores ajenos y no por méritos propios, porque no es un líder nato que soliviante a las masas, porque España es un país de subvencionados, prestos a conjurarse contra quién les mantiene ociosos y sin contraprestación laboral, porque lleva en la solapa el mismo PIN de la Agenda 2030, verdadero objetivo ignoto para los ciudadanos a implantar en la vieja Europa empujada por Estados Unidos,  pero de la que se cachondean en China (tras la reapertura de su economía, el mes pasado ya ha batido todas las previsiones de crecimiento y ha dejado claro que lo de los coches eléctricos no va con ellos), Rusia, Corea, India, toda África y América del Sur, o sea, en el ochenta por ciento de la población mundial.

Mientras tanto, las empresas españolas, que crean riqueza y puestos de trabajo, empiezan a trasladar su sede fiscal y pagar impuestos en otros países en los que son mejor recibidos y tratados que en España, y no hable de bandera patriótica quien no esté dispuesto a morir por ella, empezando con que el Gobierno llama “modélicos demócratas y sublimes progresistas” a los catalanes que pretenden transgredir la Constitución e independizarse de España. Fue uno de los más insignes poetas del siglo pasado, el republicano Antonio Machado, el que dijo: «De diez cabezas, nueve / embisten y una piensa. / Nunca extrañéis que un bruto / se descuerne luchando por la idea”.

Concursos de acreedores año 2022

Texto parcial de mi nuevo libro EL OTOÑO DE LA DEMOCRACIA

España fue el primer país europeo que se declaró en Suspensión de Pagos, cuando Felipe II era rey del primer imperio de ámbito mundial. Para hacer frente a los inmensos gastos existentes, impuestos: La alcabala, impuesto de aduanas; la cruzada, impuesto eclesiástico; el subsidio, impuesto sobre rentas y tierras y las tercias reales, impuestos a órdenes militares. Felipe II además de subir estos durante su reinado, implantó otros, entre ellos el excusado, impuestos sobre parroquias, y los millones, ocho millones de ducados al año para los seis siguientes, que se dedicaron a la construcción de una nueva Armada. La vida de los españoles del tiempo era muy dura y la carga fiscal excesiva.

Según la mayoría de los autores, el Reino de España ha suspendido pagos o declarado en quiebra en trece ocasiones, durante los reinados de Felipe II (años 1557, 1575 y 1596), Felipe III, Felipe IV, Carlos II, Fernando VII e Isabel II, que apostó por la construcción de numerosas líneas ferroviarias en una inversión sin precedentes, aunque la mayoría de ellas resultaron ruinosas, lo que llevó al desastre a estas compañías y a los bancos financiadores en 1806. Y la deuda de la II República Española, que Franco se negó a reconocer.

Carlos López escribe: “Trece bancarrotas que nos coloca en el primer puesto mundial en este sentido. Bancarrotas que cuentan cómo la historia de nuestro país puede ser explicada por una serie de hechos invariables: pésimos gobernantes, corrupción desmesurada, ausencia de empresarios competentes, analfabetismo e incultura recalcitrante y una sociedad adormecida y aclimatada que sólo es capaz de despertar por hambre y, que cuando lo hace, su propia incultura le lleva por caminos plagados de hechos salvajes hacia el mismo punto prácticamente de donde partió: nuevos gobiernos de políticos igual de corruptos que los anteriores, perpetuidad del sistema de valer más por ser quién eres y no por tus méritos y la terrible incultura que nos lleva a mirar hacia nuestro ombligo mientras nos quejamos amargamente de nuestra suerte y esperamos de la Gracia Divina mejorar nuestro miserable existir”.

Sin hacer comparaciones, porque las circunstancias son absolutamente diferentes al ser hoy España parte de la Unión Europea y tener el euro como moneda común, sí es conveniente recordar la situación de la España real en la que nos encontramos, al margen de quien está, o esté, en el Gobierno de la Nación.

Según datos oficiales del Colegio de Registradores Mercantiles de España, las Estadísticas de Procedimientos Concursales durante el año 2022, han sido:

(*) Con la entrada en vigor el 17 de agosto de 2022 de la Ley Orgánica 7/2022, de 27 de julio, de modificación de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, en materia de Juzgados de lo Mercantil, se establece que los Juzgados de lo Mercantil conocerán de cuantas cuestiones sean de la competencia del orden jurisdiccional civil en materia de concurso de acreedores, cualquiera que sea la condición civil o mercantil del deudor, por lo que salvo indicación explícita en los autos correspondientes (muy poco frecuente) se hace imposible diferenciar entre personas físicas con y sin actividad empresarial. Los últimos datos facilitados corresponden al tercer trimestre del año 2022 y el porcentaje de los concursados SIN ACTIVIDAD es el 125,85% de los que tienen actividad empresarial, lo que significa que las personales particulares, en especial los deudores hipotecarios, presentan una morosidad muy superior a los que ejercen actividad empresarial.

(*) Datos noviembre 2022

Como claramente se aprecia, el aumento de los Concursos ha tenido un crecimiento exponencial durante el periodo de gobierno sanchista, desde antes de la pandemia por coronavirus y la guerra ruso-ucraniana, acentuado en los dos últimos años de forma exagerada.

Como hemos reflejado anteriormente, se han dejado de publicar los datos oficiales de concursados sin actividad empresarial, es decir, particulares sobreendeudados, en concreto operaciones hipotecarias que, esperemos, no hayan sido movilizadas por los bancos prestamistas y ahora se encuentren dentro de esa burbuja subprime que provocó la crisis económica anterior.

        Igualmente, es de destacar que según nota del propio Colegio de Registradores, el índice de morosidad está influenciado por “El Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, en su artículo 43, procedió a suspender temporalmente el deber de solicitar la declaración de concurso por el deudor insolvente (mientras estuviere vigente el estado de alarma), a la vez que, también de forma temporal (durante el estado de alarma, hasta transcurrir dos meses a contar desde la finalización de este), se preveía la inadmisión a trámite de las solicitudes de concurso necesario. La norma fue derogada por otra posterior, Real Decreto-ley 16/2020, de 28 de abril, que extendía sus efectos hasta el 31 de diciembre de 2020. Posteriormente por medio de la Disposición Final Décima (tercer punto) del Real Decreto-Ley 34/2020, de 17 de noviembre, esta extensión se prorrogó hasta el 14 de marzo de 2021. En 2021, el Real Decreto-ley 5/2021, de 12 de marzo, en su apartado cuarto de la Disposición final séptima, habilitó una nueva prórroga hasta el 31 de diciembre de 2021. Y con posterioridad, el Real Decreto-ley 27/2021, de 23 de noviembre, por el que se prorrogan determinadas medidas económicas para apoyar la recuperación, se habilitaba una nueva moratoria hasta el pasado 30 de junio”.

Es decir, se han hecho diferentes reformas encaminadas a que las empresas pudieran continuar su actividad pese a su alto grado de apalancamiento y el alto porcentaje de falencia que pueda suponer en un futuro, ante el temor a una avalancha de concursos y quiebras, evitando con que crezcan las estadísticas del paro, utilizando un trampantojo gramatical similar al de los “fijos discontinuos”, y traslada al año 2024, una vez celebradas las próximas elecciones generales, el reflejo público de datos y sus consecuencias de la cada vez peor situación empresarial en un contexto en el que se vislumbra un grave deterioro de las perspectivas económicas.

El ratoncito

Que Ione Belarra es una mindundi, con sostén o sin él, es una verdad al alcance de cualquier que tenga un mínimo de cociente intelectual. Pero que nos haga una ley, y el partido sanchista apruebe, en la que se reforme el Código Penal de tal forma que se castigue con penas de entre 18 y 24 meses de cárcel si el animal muere, hasta 36 meses si hay más de un agravante y entre 5 y 10 años de inhabilitación para convivir o trabajar con animales, tratándolos conforme a condición de seres sintientes, mientras aumenta día a día la pobreza en la nación y Cataluña va a solicitar un concierto económico para dejar de contribuir a la caja común del Estado, va más allá de si el perro de San Roque tiene o no rabo.

Según newtral.es, ese chiringuito de la verdad oficial que únicamente existe en los países en los que los gobiernos están muy lejos de ser una democracia, los puntos clave de sanción son:

“Si es necesaria atención veterinaria. Se aplicarán penas de tres a 18 meses de prisión o multa de seis a 12 meses por actos de maltrato animal que impliquen tratamiento veterinario para “el restablecimiento de su salud”. También se castigará con la misma pena si alguien somete a un animal vertebrado a explotación sexual.

Si no se requiere de atención veterinaria. El responsable de causar las lesiones al animal será sancionado con una multa de uno a dos meses o con trabajos en beneficio de la comunidad de uno a 30 días. Esta misma pena también se le impondrá a quien maltrate “gravemente” a un animal “sin causarle lesiones”.

En caso de abandono. Si el responsable de un animal vertebrado lo abandona en condiciones que puedan “peligrar su vida o su integridad”, será castigado con una pena de multa de uno a seis meses. También se contemplan trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días.

Si fallece el animal. La pena de prisión llegará a ser de 12 a 24 meses o multa de 18 a 24 meses si se causa la muerte de un animal. Asimismo, se recoge la posibilidad de inhabilitación de hasta cinco años para la convivencia o el trabajo con animales.

Violencia de género. La iniciativa incorpora la violencia instrumental contra animales como agravante en casos de violencia de género”.

Nos encontramos en situaciones tan kafkianas como que uno puede ir a la cárcel por matar un ratón en su casa, por comerse una gallina criada en el corral del pueblo o por matar un gato que se te cruce en la carretera. Y mucho cuidado con lo que sentencien los jueces, que seguramente es porque no entienden la ley o son animalmente machistas.

Ya no se trata de izquierdas ni de derechas, es de ser o no gilipollas elevado al cuadrado.

Antonio CAMPOS

Día de Reyes Magos

DE MI PROXIMO LIBRO «ALMENDROS DE NATA»

Abuelita, ¿por qué los Reyes Magos no vienen a casa? Porque todavía no sabes leer y no puedes escribirles tu carta. A ver si aprendes para el año que viene y los Reyes Magos pueden traerte algo.

Mi hermanita sabe escribir. ¿A ella sí le van a traer los Reyes? Tampoco, porque este año los Reyes son pobres y no tienen dinero para poder regalarles juguetes a todos los niños que hay en el mundo.

Entonces, ¿qué vamos a hacer esta noche? Pues como todas las noches, en casita, todos juntos, el abuelo, tus padres, tu hermana, tú y yo.

Oyó perfectamente la conversación porque se encontraba justo detrás de ellos. Era el seis de enero, había decidido dar un paseo hasta la carnicería que le servía los chuletones auténticos de buey macerados en frío, antes que el chófer le acercase al aeropuerto para pasar la noche de Reyes con su mujer y sus dos hijos.

Vivía en una habitación catalogada como superior en un confortable hotel de la ciudad, con el que había concertado un precio cerrado para todo el tiempo que estuviera destinado allí. Así, esa habitación era su hogar entre semana e hizo que la acomodaran a sus necesidades, relativamente pocas para una persona que se levantaba a las siete de la mañana todos los días, y llegaba de regreso sobre las nueve de la noche. Instalación de línea de internet, una estantería con libros y papeles, una mesa de trabajo y una pequeña cafetera para que él pudiera utilizarla sin llamar a los camareros.

Los fines de semana volvía a casa, jardín de su vida, en la que era su mujer la encargada de solucionar los problemas diarios, domésticos y de educación de los vástagos, sin ella no hubiera sido posible llevar la vida que llevaba y el desarrollo profesional que había tenido, máximo responsable de una empresa mundialmente conocida, que lo había fichado a tiempo definido, ese era el marco laboral del siglo XXI, que moral y éticamente le obligaba a triunfar en el desempeño de su trabajo, tanto por contrapartida a la remuneración que recibía como a la obtención de un puesto de más categoría cuando se acabara su contrato actual. Sería a nivel internacional y se trasladaría con la familia a fin de una formación multilingüe y plurinacional de sus hijos. Pero todavía quedaba un tiempo para ello.

Él diría que fue instintivo, pero cualquiera que pudiera observarlo afirmaría que siguió a la mujer y su nieto como un detective privado frustrado, alejándose y acercándose cuando lo consideraba conveniente, para que ellos no se dieran cuenta de lo que estaba pasando.

Hubiese sido igual, eran de esas personas que no tienen nada, y por tanto nada que perder, por lo que se sentían seguras, si acaso podían quitarle algo, era pobreza, y de eso hay demasiado hoy en día.

Fueron alejándose del centro de la ciudad. Como no caminaran más deprisa, él iba a perder el avión. Por fin llegaron a un barrio humilde -menos mal que había pasado por el hotel y se había quitado el traje- la mujer y el niño se pararon en una vivienda baja, con un arco muy grande a tipo de puerta de entrada, todas las casas iguales, miró el letrero con el nombre de la calle, Barrio de la Hormiga, y el número, casi borrado de tanto tiempo transcurrido y no encalado ni de otras formas arreglado.

En ese momento fue consciente, como si se hubiera despertado de un sueño, dónde estaba y qué hacía allí. Hizo dos llamadas desde su teléfono móvil. Al rato, un Mercedes 250-E apareció raudo y veloz, y lo llevó directo al aeropuerto.

Los aviones tienen aspecto de supositorios vistos desde fuera, desde dentro son artefactos de suplicio para quien, como él, tiene casi dos metros de altura, no sabe cómo colocar las piernas, y para poder tener los brazos apoyados ha de mantener una lucha subterfugio con el pasajero de al lado. Cuando logró acomodarse y el avión estableció velocidad de crucero, pensó en su niñez, en cómo fue su vida y en cómo es hoy.

Hoy hay gente que le considera “casta”, grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado de los demás por su situación económica. Pero no siempre fue así. Nieto de un médico republicano represaliado que se vio obligado a trabajar de practicante ganándose la vida yendo casa por casa para poner inyecciones, hijo de un vendedor en un comercio de confección, vivió su infancia de bajar maletas de la estación cuando llegaban los trenes, de recoger y vender jícaras que se estaban reconvirtiendo a tendidos actualizados, de hacer mandados y aceptar con humildad cuantos encargos no querían hacer otros. Y estudiando. Su padre le decía que la cultura era lo más importante en la vida, que eso se notaba en cuanto una persona abría la boca para hablar, que no podía dejarle ninguna herencia, pero que quería que estudiase para “ser un hombre el día de mañana”.

Se esforzó, mucho, sacó notas brillantes a la vez que trabajaba en lo que le salía. Empezó de “pinche” de profesión, a las órdenes de quién quisiera mandarle, aprendido de los aciertos y, sobre todo, de los errores. Había alcanzado una posición profesional, social y económica que no le había regalado nadie, solo su esfuerzo, trabajo, honestidad y su voluntad de alcanzarla.

Pero también recordaba las estrecheces pasadas, las Navidades en las que las gambas y los langostinos brillaban por su ausencia, en los Reyes con un palo y una rueda y … arreando.

Sonó el teléfono, la melodía de The Sting, la película de Paul Newman y Robert Redford, especialmente elegida para recordar que siempre, en algún lugar, hay alguien más inteligente y mejor que tú:

“Señor, ya he cumplido el encargo; cena VIP para seis personas y juguetes para dos niños. No se preocupe, todo está controlado. Que tenga una buena noche de Reyes.”

“Igualmente, muchas gracias.”