Archive | noviembre 2023

El otoño de la democracia

El hoy es el futuro de ayer

Estamos en la primera semana del año 2023. Según todas las encuestas, los ciudadanos, que no están contentos con la política económica, social ni laboral del sanchismo, van a hacerse una serie de preguntas antes de dar su voto al Sr. Núñez Feijoo en las próximas elecciones generales, más aun después de que haya hecho unas declaraciones en las que dice no estar dispuesto a pactar con VOX si esta fuerza política fuera necesaria para alzarse con una mayoría parlamentaria, ofreciéndole a Pedro Sánchez que gobierne en minoría el Partido Político que obtenga más diputados entre el PSOE y el Partido Popular. En términos de épocas pasadas, el turnismo.

Núñez Feijoo ha dicho que derogará las leyes del aborto, la ley Trans, la de la eutanasia, la de educación, la del sólo sí es sí, la de Reforma del delito de sedición, la Ley de Memoria Democrática, la de los impuestos a las grandes fortunas y a los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas y la banca, y la norma que prohíbe cazar lobos al estar incluidos en la lista de especies protegidas. Y que reformará la Ley de Secretos Oficiales, la Ley de Bienestar Animal, la Reforma Laboral y el Sistema de Pensiones.

Añado por mi parte:

¿Qué va a hacer con los estudios en lengua española en las CCAA?

¿Qué va a hacer con la inmigración ilegal?

¿Qué va a hacer con la inversión de la carga de la prueba y presunción de culpabilidad del hombre en temas de violencia familiar?

¿Qué va a hacer con la Ley de Bienestar Animal y con los temas de zoofilia previstos en dicha ley “si no se producen lesiones en el animal”?

¿Qué va a hacer con las subvenciones a organizaciones políticas paralelas?

¿Qué va a hacer para la contención del gasto público?

¿Qué va a hacer con el tema de las pensiones?

¿Qué va a hacer para mantener la unidad de España?

¿Qué medidas va a tomar para reducir la inflación?

¿Qué va a hacer para conjugar el ecologismo con la construcción de nuevos pantanos, centrales nucleares, conservación y limpieza de montes, tauromaquia, caza y otros elementos de tradición nacional española?

¿Se van a igualar las pensiones de quienes habiendo cotizado por el importe mínimo tienen menos ingresos que los estipulados para el SMV de quienes nunca han aportado nada a Hacienda?

¿Se van a reducir cargos públicos en todos los estamentos de la organización política nacional?

¿Se va a modificar el Código Penal actualizándolo a los nuevos delitos de todo tipo aparecidos en el siglo XXI, en los que el protegido sea el ciudadano y no el delincuente?

¿Qué va a hacer con los «Comités contra la desinformación de la derecha»? que ha anunciado el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que actuará tanto a nivel nacional como provincial por parte del Partido Socialista «desmontando las mentiras que puedan decir en cada uno de los territorios». Eso es censura, en el más amplio sentido de la palabra, igual a la de la primera etapa franquista en España y la actual en los países comunistas: Eliminación del disidente, de momento, de forma moral.

         Sr. Feijoo, el hoy es pleno siglo XXI, las bibliotecas, las hemerotecas y los medios de comunicación libres en todo el mundo, es impensable que desaparezcan de la noche a la mañana; lo que quiero decirle es que es muy fácil comprobar, si llega a ser presidente del Gobierno, si cumple su palabra o ha mentido como viene siendo habitual, con descaro, arrogancia y sin darle ni la más mínima vergüenza, en Pedro Sánchez. Solo tiene que decir sí o no. Porque el tema de la corbata, utilizar el Falcon para ir a Barcelona a ver cantar a Joan Manuel Serrat, el despliegue de seguridad alrededor de su persona y cosas similares, son bagatelas -el botín del cargo- que no tienen más importancia ni objetivo que distraer a los ciudadanos de las cosas verdaderamente importantes que desde hace años están ocurriendo en nuestra nación, cortinas de humo para desviar la atención de lo que realmente importa: Inflación desbocada, precios de productos básicos, el precio de la energía, la sentencia sobre los ERES, el asalto al Tribunal Constitucional, a la fiscalía, el empleo precario con nombre que enmascara el paro real, la connivencia con proetarras y golpistas, la sectaria y socializante ley de educación, la falta de agua en los pantanos por ausencia de infraestructuras para acallar a los ecologistas, los montes ardiendo por el mismo motivo, los decretos de ley improvisados y la ausencia de ideas claras sobre cómo superar esta crisis, que se empeñan en negar.

Estamos inmersos en dos guerras silentes, una nacional y otra mundial, con los nervios a flor de piel, de las que nadie quiere hablar pero que pueden prender en cualquier momento, con un presidente que está a punto de hacerse con el poder omnímodo, controlando hasta los secretos oficiales, que caen bajo la responsabilidad de Defensa en todos los países democráticos. Ha cercenado a sus más directos colaboradores, no se fía de nadie, fiel reflejo del mediocre que aparta a todo aquel que pudiera hacerle sombra, aunque sea en la distancia.

Todavía queda mucho para las próximas elecciones generales, pero, cuando llegue el momento, la responsabilidad personal, consigo mismo y con respecto al resto de ciudadanos, hay que ejercerla con la cabeza muy fría y sin dejarse llevar por quienes se hacen pasar por quienes no fueron, aquellos socialistas que contribuyeron de forma decisiva a traer la democracia a nuestro país y a que la paz y concordia reinara todos y cada uno de los días.

Permítame que le refresque la memoria con algo de la historia de España. Esto año se cumple el 150 aniversario de los acontecimientos que se relatan a continuación, que espero no vuelvan a repetirse.

El verdadero origen de la situación política del siglo XXI en España en cuanto a nacionalismos e independentismos hay que buscarlo en las Guerras Carlistas. El 29 de septiembre de 1833, fallecía Fernando VII y con ello llegaba al poder Isabel II, aunque por su minoría de edad, el trono de España fue regentado por su madre, María Cristina. El mismo día de la muerte de Fernando VII su hermano, Carlos María Isidro, se proclamaba rey de España, produciendo un levantamiento en el País Vasco y Navarra, a los que se le añadió rápidamente Cataluña.

El triunfo en estas comunidades se debe a que el nuevo gobierno liberal quería acabar con los fueros del País Vasco y Navarra, mientras que Cataluña se sumó a la rebeldía con el sueño de recuperar los fueros que les habían sido sustraídos con los Decretos de Nueva Planta introducidos bajo el reinado de Felipe V tras la Guerra de Sucesión española.

Históricamente, la guerra abarcó tres periodos: Primera (1833-1839), Segunda (1846-1849) y Tercera Guerra Carlista (1872-1876). Es en este último periodo cuando sucedieron los hechos que vamos a describir.

En 1869 se aprobó una nueva constitución que sustrae el poder político al rey y las Cortes encargan la regencia al General Serrano, masón, quien nombró presidente del Gobierno al también General Juan Prim y Prats, igualmente masón, ambos, protagonistas principales de la revolución que destronó a Isabel II en 1868. En ese primer gobierno provisional del nuevo periodo político, también estaban los masones Sagasta (ministro de Gobernación), Ruiz Zorrilla (ministro de Fomento), Martos (ministro de Estado), Moret (ministro de Hacienda) y el almirante José María Beránger y Ruiz de Apodaca (ministro de Marina). Prim fue asesinado en un atentado en el año 1870. Pérez Galdós relata en 1910 que, en la Basílica de Atocha, donde se velaban sus restos, unos treinta iniciados del Gran Oriente Nacional de España le hicieron una ceremonia fúnebre masónica.

Aunque los monárquicos eran mayoría en el Congreso de los Diputados (70% de los escaños), una ruidosa minoría republicana (30% de los escaños) no cesaba de provocar algaradas por todo el país. Querían abolir la Constitución, proclamar la Primera República y que España fuese un Estado Plurinacional (ellos lo llamaban federal o cantonal).

La situación se agravaba porque las provincias vascongadas estaban en guerra con el resto del país; los catalanes no dejaban su guerra de guerrillas, se pronunció a favor de la República, los emblemas reales fueron destruidos, se excarcelaron a los presos políticos y se organizó la milicia urbana; se fundaron Juntas Revolucionarias en diferentes ciudades y regiones; nadie quería cumplir la orden de desarme de las milicias de los Voluntarios de la Libertad; ocupaciones de tierras y motines reclamando alimentos se extendieron por Andalucía, Galicia, La Mancha y Levante; la oposición popular al servicio militar obligatorio, entonces llamado quintas, que se acrecentó con el envío de tropas para sofocar la insurrección de Cuba, obligó a que el gobierno provisional se manifestara a favor de la Monarquía “rodeada de instituciones democráticas”.​

Buscando realeza sin antecedentes de poder en España, Prim consiguió la aceptación del italiano Amadeo de Saboya como rey de España, en donde permaneció desde el 2 de enero de 1871 al 11 de febrero de 1873, quien se enfrentó a un país dividido, atrasado económicamente y en el que la clase política no le aceptó.

La nueva Monarquía tuvo en su contra a los carlistas, que en 1872 se rebelaron en defensa de los derechos a la Corona de Carlos VII, nieto de Carlos María Isidro; a los republicanos, que demandaban reformas más profundas y que en su vertiente «intransigente» apoyaban la vía insurreccional como medio de acción; y a los «alfonsinos», partidarios del retorno de Isabel II y de su hijo, Alfonso. Dentro de este grupo, se encontraban la inmensa mayoría de la aristocracia, muchos militares vinculados al régimen isabelino y buena parte del clero, debido al carácter anticlerical del gobierno, que había llevado a la ruptura de relaciones con el Vaticano, que se negó a reconocer el nuevo régimen político. La inquietud también se fue apoderando de la burguesía, atemorizada por el fortalecimiento del movimiento obrero y por la multiplicación de las protestas protagonizadas por las clases bajas. Visto el desastre que se avecinaba, renunció a la corona con el siguiente discurso:

«Dos largos años ha que ciño la Corona de España, y la España que vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que, con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles, todos invocan el dulce nombre de la patria, todos pelean y se agitan por su bien, y entre el fragor del combate, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera […].

Nadie achacará a flaqueza de mi ánimo esta resolución. No habría peligro que me moviera a desceñirme la corona si creyera que la llevaba en mis sienes para bien de los españoles […]. Pero tengo hoy la firmísima convicción de que serían estériles mis esfuerzos e irrealizables mis propósitos».

A las cuatro horas de la dimisión de Amadeo de Saboya, se celebró una reunión conjunta del Congreso de los Diputados y del Senado, constituidos en Asamblea Nacional para la ocasión, que acordó la proclamación de la Primera República española.

La Primera República tuvo una duración efímera como república parlamentaria, menos de un año, ya que el 3 de enero de 1874 el general Pavía, con fuerzas militares y de la Guardia Civil, disolvió violentamente el Congreso de los Diputados. Aunque se mantuvo otro año más como república autoritaria, con el parlamento disuelto, las garantías constitucionales suspendidas y el general Serrano al frente del poder ejecutivo, hasta que otro golpe de Estado en diciembre de 1874, encabezado por el general Martínez Campos, restableció la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII.

El proyecto de la Primera República era un estado federal en el que la nación española se definía compuesta por 17 Estados regionales: Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla La Nueva, Castilla La Vieja, Cataluña, Cuba, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia y Vascongadas.

Cuatro semanas después, la anarquía se adueñaba del país. Y cuatro meses más tarde, los partidarios de un federalismo de carácter radical –para «salvar a España» de las garras del centralismo monárquico y de los frailes, «verdaderos enemigos de la humanidad»- establecían una serie de ciudades o confederaciones de ciudades (cantones) independientes que se federarían libremente: 36 provincias o ciudades españolas se convirtieron en cantones, arrogándose un supuesto «derecho a decidir o de autodeterminación», algunos con moneda y ejército propios. A saber: Alcoy, Algeciras, Alicante, Almansa, Andújar, Ávila, Bailén, Béjar, Cádiz, Camuñas, Cartagena, Castellón, Cataluña, Córdoba, Coria, Écija, Granada, Hervás, Jerez de la Frontera, Jumilla, La Línea de la Concepción, Loja, Málaga, Motril, Murcia, Orihuela, Plasencia, Salamanca, San Fernando, Sanlúcar, Sevilla, Tarifa, Toro, Torrevieja, Utrera y Valencia.

Y entonces llegó la locura: Cataluña expulsó al ejército gubernamental; Cartagena se apropió de los barcos de la Marina Española, bombardeó con ellos Almería y Alicante y comenzó a piratear en el Mediterráneo; Granada le declaró la guerra a Jaén; Cádiz, a Jerez; Jumilla, a Murcia; etcétera, etcétera, etcétera… Todos contra todos.

El cantonalismo sucumbió por las armas, el último de ellos, Cartagena, bombardeada por la artillería nacional de las tropas de un Gobierno encabezado por el general Francisco Serrano.

¿Les suena de algo esta historia? Igual que hemos retrocedido 85 años desempolvando luctuosos hechos pasados, ¿podríamos volver aún más atrás y con los mismos argumentos de la efímera Primera República Española?

Hemos llegado al inicio de la primavera del año 2023. El Tribunal Constitucional, presidido por el socialista fundamentalista Cándido Conde-Pumpido -demócrata sanchista que ha dicho que mientras él esté en ese cargo jamás VOX ganará ningún recurso de inconstitucionalidad que presente, sin aclarar si pudiera o no ajustarse a derecho-, ha fallado a favor de la ley que legaliza la eutanasia -Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, Australia y España son los únicos países del mundo en los que está legalizado este tema, aproximadamente el 2% de la población mundial- con la ponencia del magistrado Ramón Sáez que considera que el derecho a la vida, claramente recogido en el artículo 15 de nuestra Constitución, no es absoluto y por tanto la eutanasia quedaría dentro del derecho a la libertad personal y a la dignidad. Si el derecho a la propia vida no es absoluto, ¿de quién es la diferencia entre lo que sí es de propio derecho y el concepto absoluto? Del absolutismo de algo o de alguien, que podría ser utilizado con cualquier fin espurio -falso, ilegítimo, fraudulento, discriminado por razones dudosas- en un mundo de locos en el que la realidad supera a la ficción.

«Solo sé que no sé nada» es una frase atribuida a Sócrates que nos sugiere que no existe la verdad absoluta, la constatación de los límites del conocimiento que podemos tener sobre las cosas, o la división que existe entre los sabios y los ignorantes. A mí me está empezando a pasar eso con «la democracia a la española» y las diversas formas que la picaresca nacional inventa día a día para perpetuarse en el poder. Hace pocos días, la Guardia Civil entró en un piso de la zona de Horta en Barcelona porque en ese piso figuraban 1.600 empadronados de origen magrebí, comprobando que allí sólo vivían cinco individuos, los 1.595 restantes vivían en Marruecos, pero al estar empadronados en Barcelona cobraban todas las ayudas que da el Ayuntamiento, la Autonomía y el Estado, pudiendo votar por correo en las próximas elecciones municipales.

Y lo que es peor, ningún medio de comunicación de cierta importancia – ¡qué país tan magnífico seríamos si no hubiera subvenciones! – ha recogido la noticia. Defraudan a todos los cotizantes al erario español, se les da un dinero que se les niega a nuestros mayores más desamparados, no se exigen responsabilidades de ningún tipo, y nadie levanta la voz, como tampoco se hace ni se dice nada de los cuatrocientos euros que se les da a quienes cumplen 18 años para temas culturales (¿han aumentado las estadísticas de ventas de libros, de visitas a museos, a cines, a teatros de esos consumidores finales?) ni a los venezolanos que se están nacionalizando de forma exprés, descendientes de los que no supieron o no quisieron defender a la República y que muchos no saben localizar España en el mapa.

El conjunto de ello son los votos «comprados» con estas facilidades permitidas y fomentadas por los políticos, un parlamento aborregado y un Gobierno en el que las leyes las hacen personas que en la empresa privada no las contratarían para ningún puesto de responsabilidad que no fuera abrir o cerrar la puerta para que pasasen los clientes, ignorantes de todo y picaflores de la nada, que han cotizado cero o tendente a cero a la Seguridad Social y a la Hacienda Pública en toda su vida hasta que han llegado a la política, todo ello con la anuencia de quien las mantiene en el poder para gloria propia y pasar a la historia como el que MIENTE MÁS QUE PARPADEA, cuya última «faena», por ahora, ha sido eliminar la obligatoriedad que tienen los ministros del Gobierno de declarar su patrimonio de forma pública cuando acceden al cargo, otro claro ejemplo de mentira sobre la claridad y transparencia que iba a traer Pedro Sánchez a la vida política nacional.

Ha fallecido Pedro Solbes, preparadísimo y reputado profesional, una de las personas fundamentales para que España se incorporara a la Unión Europea por su trabajo tras las bambalinas durante mucho tiempo, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, ministro con Felipe González con el que hizo una política fiscal muy beneficiosa para la clase media, bonificando las inversiones a largo plazo y penalizando la especulación en Bolsa, entre otras medidas económicas de gran calado; volvió como ministro de Economía y Hacienda con Rodríguez Zapatero, el unidireccional que inició el declive del estado de bienestar en España. Aguantó carros y carretas, tratando de vendernos lo guapos que éramos y lo bien que estábamos cuando todo el mundo se encontraba en la crisis de las subprime, enfrentándose a Manuel Pizarro como candidato del Partido Popular en temas económicos, recibiendo una derrota moral y el empuje final para que presentara su dimisión en el año 2009, que él mismo, en unas memorias posteriores reconoció que «desde noviembre de 2008 era ya evidente que la situación económica seguía empeorando y era urgente actuar».

Bajo su mandato y para mantener al actual comisionista Zapatero como presidente del Gobierno, mintió sabiendo que mentía, vendió la tercera parte de las reservas de oro del Banco de España en el momento en que menos valor tenía el oro en el comercio mundial, y vendió ENDESA a la italiana Enel. Cuando tomó conciencia plena del daño que estaba haciendo y pese a que si no es por él Zapatero habría quebrado España, fue más honesto que los actuales y dimitió convencido que aquella debacle económica no tenía arreglo.

Ahora tenemos los «otros» Pedro Solbes, José Luis Escrivá y Nadia Calviño, dos grandes profesionales, que ganaban mucho más dinero y prestigio profesional en sus trabajos anteriores que como ministros, subyugados por el poder, arrastrados por la inmundicia y arrodillados ante nuestro actual dios terrenal nacional, ese coloso con los pies de barro que, si vuelve a ganar las elecciones, bajo el pretexto de que lo ordena la Unión Europea, hará un drástico recorte económico en el sueldo de los funcionarios, en el importe de las pensiones y un nuevo porcentaje de contribución dinerario en cosas que hasta ahora no paga el ciudadano, como hizo Felipe II en su día para hacer frente a los inmensos gastos existentes, impuestos, pese a lo cual el Reino de España suspendió pagos tres veces durante su reinado. La vida de los españoles de aquel tiempo era muy dura y la carga fiscal excesiva. ¿Les suena algo esa situación?

Ha pasado el 19 de marzo, Día del Padre, fecha a la que analfabetas culturales con disfunción mental metidas a grandes ideólogas se han inventado, como si tuvieran el mismo saber lingüístico que el director de la RAE, un nombre que no nos representa a quienes nos reproducimos por gametos, aunque puede que lo sea a quienes lo hacen por esporas, qué gran escritor Juan Manuel Jiménez Muñoz, porque para quienes sí conocemos quién es nuestro padre, la educación, el esfuerzo y el sentido de responsabilidad que nos ha transmitido, para quien nos ha guiado y acompañado en nuestro caminar hasta que hemos podido nadar solos en medio del océano, para los que no tenemos ningún trauma psicológico, Complejo de Edipo ni Complejo de Electra, han sido, son y seguirán siendo siempre nuestro padre que, entre otras cosas, nos han enseñado a respetar a la mujer y a cualquier persona del tipo y condición que sea, y nos enseñaron que hay algunas mujeres que maltratan a los hombres cuando les gritan, cuando lloran para manipularlo, cuando lo utilizan para lucirlo en fiestas familiares, cuando lo castigan con su silencio, cuando lo utilizan como un támpax de quita y pon, cuando le niegan sexo por venganza, cuando lo ignoran, cuando lo dejan con la palabra en la boca, cuando cambian la versión de los hechos, cuando lo hacen sentir mal, cuando lo insultan, cuando jamás le piden perdón, cuando lo denuncian por maltrato y es mentira, cuando le quitan el amor de sus hijos, cuando lo agreden y llegan al asesinato mientras la política borra las estadísticas.

Desde que el hombre apareció como ser racional en lo que conocemos como nuestro planeta, siempre se ha impuesto el poderoso al pobre, el fuerte al débil, en cualquier forma y manera en la que se haya ejercido el gobierno, guerrero, militar, eclesiástico, civil, autócrata o demócrata, porque desde el poder establecido se controla, se castiga o se premia a quienes le acompañan en propagar sus ideas, las que sean, y mantenerse así en la cúspide del mando y de su egolatría. Esa es la España actual.

Todo ello porque el sistema gobernante quiere que pienses que lo que cuatro mentes calenturientas han establecido como «legal» es éticamente «correcto», ocultando que hubo un tiempo en que la esclavitud era legal, el racismo era legal, la ablación era legal, el comunismo era legal y el holocausto era legal. La legalidad es cuestión de poder que ejercen unos cuantos, para negar la justicia a los pueblos, esa justicia definida por el jurisconsulto romano Domicio Ulpiano como «la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde».

«Se dio a los tribunos la potestad de manejar al pueblo a su antojo. Desde entonces ya no se crearon normas para la comunidad, sino para los particulares. Y cuanto más corrompido estaba el Estado, más numerosas eran las leyes». (Tácito. Anales, III).

FIN DEL LIBRO «EL OTOÑO DE LA DEMOCRACIA»

El otoño de la democracia

Democracia y libertad

La vida, en su conjunto de seres, animales y cosas, es una miscelánea evolutiva que cambia día a día. Lo que ayer era ilícito hoy es lícito; formas de actuación antes aclamadas hoy son repudiadas; actuaciones antes postergadas hoy son televisivamente aclamadas; de los dos sexos, femenino y masculino, o hembra y macho, se ha pasado a no sé cuántos géneros; lo que era igualdad de hombre y mujer, hay quien entiende que es excluir de ayudas públicas y atención psicológica a los padres de hijos asesinados por la madre; del concepto familia y núcleo familiar hemos ido a la soledad deseada; de las viejas guerras cuerpo a cuerpo, batalla a batalla, se ha pasado a la guerra nuclear como única forma de obtener la victoria; de los golpes de estado con pistolas y cañones a los no sangrientos y consentidos, o peor, a los realizados a través de pátina democrática, retorciendo las leyes, utilizando escorzos e imponiendo ideas autócratas a través de dádivas expansivas, de unas meninges personales desarrolladas por oscuros intereses ocultos que se abren como bombas de racimo sobre el pueblo llano, que es tan agradecido que las devuelve en forma de rosas creyendo que es su libertad la que mantiene la mano que maneja la espoleta, sin darse cuenta que es propaganda goebeliana, a diestro y siniestro.

Este mundo es más complicado de lo que parece a simple vista. Como decía un exjefe y amigo mío, métele el zoom a cualquier cosa y verás algo que hasta ahora no te habías dado cuenta, y es que el poder es el verdadero dueño del mundo, el poder en cualquier concepto con el que pretendas explicarlo.

El poder, etimológicamente del latín posere, conjugación del verbo possum, podría traducirse como «tener poder» (Diccionario Latín Vox julio 1991). El uso más habitual del término «poder» significa «el control, imperio, dominio y jurisdicción que un hombre dispone para concretar algo o imponer su mandato».

Definir qué es el poder es una discusión filosófica que se inició hace muchos siglos. Para el filósofo alemán Friedrich Nietzsche la idea de la «voluntad del poder», es la dominación de otros humanos, así como el control sobre el propio entorno del grupo o persona que ejerce el poder.

La mayoría de las personas tienen cierto grado de poder individual, más moral que social o económico. Los políticos, todos, tienen ansias de poder. Y para alcanzarlo lo más rápidamente posible, no se paran en nada, el fin justifica los medios y hacen pactos hasta con el diablo si fuera preciso.

Era un barco que surcaba las tranquilas aguas del mundo. En uno de los repostajes, subió a bordo un elegante marinero de agua dulce que, nadando entre los aires, fuese abriendo sitio entre la marinería de forma tal que parecía dominaba el Arte de la Guerra a babor y estribor, del grumete y del capitán, encantador de serpientes a través de mentiras que deglutía para sí mismo. Cuando la tripulación se dio cuenta, era demasiado tarde, se había apoderado del buque, cambiado el colchón de ayuntamiento marinero y tomado las riendas del sextante, poniendo rumbo a un acantilado, a toda máquina, pensando que el fuselaje sería más fuerte que las rocas milenarias contra las que pretendía chocar. El golpe fue brutal, los sanitarios todavía están buscando los restos del naufragio y corre una historia, de boca en boca, que cuenta se oyen sus lamentos en medio del océano, siempre en noches de luna llena, cuando los locos cantan a Odín, dios de la guerra, y a Karl, profeta de los oprimidos, y la niebla esconde las almas que vagan entre el lúgubre acontecer.

Y apareció el odio como arma destructiva, capa de sayo donde esconder la razón de la sinrazón, bomba atómica contra quien no piensa como uno piensa, sea lo que sea lo que uno piense, siempre que lo que se piense no sea contra nadie que piense en español, mientras ponemos en libertad a etarras, golpistas, violadores y malversadores de caudales públicos. Y la libertad con la que se nos llenaba la boca en nuestra juventud, se ha visto cercenada por esos que no piensan como ellos quieren que pienses, salimos de Málaga pensando que iríamos a ir a parar en Nueva York y nos quedamos en Malagón, famoso por sus garbanzos, con los que se han llenado la alforja de muchos de los que se subieron al tren cuando ya estaba en marcha, impidiendo con su sobrecarga llegar al aeropuerto Adolfo Suárez -qué paradoja- de Madrid para tomar el avión.

En la hoguera del odio, código penal como traje de luces de torero de tronío, hecho a medida, quema de brujas, sin bomberos que apaguen el fuego, igual se inmola al disidente, en el mejor de los casos, señalándole con el dedo acusador y apelativo destructivo, que al combatiente que se rebela ante quienes le conducen a una muerte segura como hacían con los judíos en el nazismo; solo se salvan los contemplativos que miran para otro lado pensando que nunca les llegarán a ellos los rescoldos, y los impotentes, que no tienen sangre ni fuerza para subir su adrenalina y que razone su intelecto.

Quienes no creían en ello, aquellos que pensaban que sería imposible que le arrebataran su existencia de esa manera, empiezan a recordar cómo era el vivir de hombres y mujeres hace unos años en Irán, Irak, Libia, Marruecos o Turquía, y se acuerdan también de Cuba, Nicaragua, Bolivia o Venezuela, cuando en España se hacían las presentaciones políticas en acetato y lo que ha cambiado ahora con las fotocopiadoras, que producen millones de ejemplares iguales en pocos minutos. Se pensaba que el acetato contaminaba, y era verdad, mucho; pero al igual que las baterías de los coches eléctricos van a contaminar más cuando haya que desecharlas que los gases que produce la combustión de gasolina, la fotocopiadora la maneja un solo botón movido por un solo dedo de una sola mano; malo para el producto final, que siempre queda a gusto del dedo que mueve la máquina.

¡Levántate y anda!, dijo Jesucristo a Lázaro, a qué se espera cuando la espera no tiene esperanza ni espera, porque dice un proverbio árabe que «la luna no se asusta por mucho que ladren los perros». Si Jesucristo se hubiera presentado hoy en día en vez de hace más de dos mil años, se le hubiera tomado por un loco, en estado de demencia superior al de Alonso Quijano. Pero ya que ahora no tenemos un Jesucristo que predique amor, honradez y quiera a sus prójimos como a sí mismo, tratemos de pensar por nosotros mismos, de no ser juguetes teledirigidos desde la distancia, de mantener por encima de cualquier otra cosa la democracia y la libertad, no permitiendo que nadie nos imponga su democracia y su libertad.

Se acerca la Navidad, esas fechas en las que parece que todo el mundo es bueno, en las que queremos dar la impresión de que, desde el Rey al más humilde de los trabajadores, sentamos un pobre -de los que realmente pasan hambre- a nuestra mesa, en la que nos deseamos paz y felicidad a raudales, pero en la que nadie se baja de la columna desde la que domina algo, lo que sea, possum, estando todos y cada uno de nosotros cada vez más convencidos de la verdad de nuestros propios errores. Yo, además, les deseo larga y saludable vida en democracia y libertad, sin adjetivos de ningún tipo, para el próximo año, que va a ser difícil para todos.

El otoño de la democracia

Asalto al tren de la democracia

El tren marchaba tranquilamente por los páramos desiertos de lo que antes había sido Francoland, conquistada con mucho trabajo y esfuerzo para los nuevos Estados Unidos que se estaban fraguando bajo mandato de la masonería, habiendo plasmado para la posterioridad la efigie de su primer presidente en los billetes de curso legal.

Sin disimulo, con la cara al descubierto, sabiendo que aunque le detuvieran su amistad con el sheriff mayor del condado le evitaría cualquier pena que pudiera corresponderle, además, un tribunal de justicia, decían que en nombre del pueblo, había condenado a uno de sus ayudantes por disparar y herir en una pierna a un preso convicto y confeso por sentencia firme, que huía cuando era conducido a prisión, acompañado de su pandilla de secuaces y a caballo, al trote y agotándolos por el esfuerzo, el Niño de la Sauna se encaramó al postigo de uno de los vagones y, de un potente salto, logró pasar a su interior, amenazando a los viajeros con una pistola en cada una de sus manos: Esto es un atraco, todo el mundo quieto o disparo.

El tren transportaba ganado, miles de ovejas apiñadas en los últimos vagones de la marcha. Entre los viajeros no había ningún tipo de personas agresivas, todos eran trabajadores de diferentes oficios y profesiones, tratantes de ganado, propietarios de pequeños almacenes, vendedores ambulantes, militares retirados postergados en la milicia, obreros del propio ferrocarril, trabajadores chinos que buscaban un sitio mejor al que tenían en su lugar de procedencia, mujeres y niños que iban a reunirse con sus maridos y padres, todo gente pacífica cuyo único sueño era trabajar y ser feliz con su familia y amigos.

En ese momento se interrumpió la película, se apagaron las luces de seguridad y se encendieron unos filamentos rojos como la sangre dentro de unas bombillas transparentes cuando empezó a sonar La Internacional, los asistentes se pusieron de pie y cerraron su canto con un clamoroso aplauso, que no llegué a captar si era de sumisión y miedo o de aprobación y afirmación de su espíritu marxista porque hacía muchos años que había visto algo parecido cuando un mandatario salía a saludar a un balcón en el Palacio de Oriente y a las veinticuatro horas todo el mundo despotricaba contra esa misma persona.

De cualquier forma, en la pantalla apareció el NODO SANCHISTA, noticiario de actualidad del feliz vivir de la nación:

El presidente del Gobierno nombra nuevos miembros del Tribunal Constitucional a una señora catedrática de derecho, socialista, catalana, Coordinadora Jurídica del Ministerio de la Presidencia de Gobierno, Laura Díez.

Y a Juan Carlos Campo, que ha sido ministro de Justicia del Gobierno de España hasta hace pocas fechas y ha firmado o revisado, puesto que todos los proyectos de ley y reales decretos leyes del Consejo de Ministros pasan por el filtro del Ministerio de Justicia, una serie de leyes que el Tribunal Constitucional, del que ahora va a formar parte, ha declarado inconstitucionales, como el confinamiento en los dos estados de alarma decretados por el gobierno socialista, el cierre del Congreso de Diputados durante el primero de ellos y la inclusión del entonces vicepresidente Pablo Iglesias en la comisión delegada que controla el CNI.

Juan Carlos Campo, contrario furibundo de la prisión permanente revisable, divorciado y padre de dos hijos, actual pareja sentimental de la presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Meritxell Batet, es un jurista preparado, meticuloso y de reconocido prestigio mientras ejerció la judicatura. Pero cuando llegó al Gobierno, encontró la forma de contradecirse de aquello que había manifestado días antes de su nombramiento: «Pedro Sánchez ha asumido con ERC el compromiso de vaciar los tribunales de causas abiertas contra los separatistas. El pacto invade de este modo la independencia judicial y pisotea la capacidad de actuación de la Fiscalía al asumir, como compromiso de Gobierno, el reconocimiento del conflicto político y la activación de la vía política para resolverlo […], superando la judicialización de este». OK diario del 03-01-2020.

Él fue quién, entre otras cosas, se opuso a la reclamación del gobierno de Bolivia, en calidad de testigos, de Pablo Iglesias, José Luis Rodríguez Zapatero, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón y el exjuez Baltasar Garzón, para esclarecer las causas del incidente diplomático entre España y el país sudamericano, ocurrido el 27 de diciembre de 2019 en la Embajada de México. Y el protagonista del tema de los indultos a los golpistas independentistas catalanes, y del catálogo de penas de la «Ley del sí es sí» que está aguantando Irene Montero pero que Pedro Sánchez sabe que el último responsable de ese bodrio lo tiene en sus propias filas, por eso defiende lo indefendible por encima de la verdad palpable.

Este es el personaje que en el futuro tiene que tomar decisiones sobre la inconstitucionalidad o no de los recursos interpuestos contra las leyes que él promulgó o sancionó positivamente y que han sido recurridas como inconstitucionales: Ley Celáa de educación, ley de eutanasia, ley de la reforma laboral, ley de asalariados de los repartidores, del Ingreso Mínimo Vital y ley de protección a la infancia.

A mí me suena todo esto a un proceso preparatorio para que, a medio plazo, el Tribunal Constitucional se pronuncie favorable a un referéndum que mediante una coma aquí y otra allí, se salte la Constitución por la puerta trasera, a fin de que su jefe Sr. Sánchez pueda cumplir con el peaje prometido a aquellos que le han apoyado en su elección parlamentaria como Presidente, para que ERC y Bildu declaren la independencia de sus respectivos territorios, tratando la decisión de democrática y considerando bélicos y fascistas los españoles que se opongan aplicando el artículo octavo de la Constitución: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el orden constitucional».

Acaba el informativo y continúa la película. El Niño de la Sauna y su banda abandonan el tren con su botín, huyendo al galope hacia tierras desconocidas. Tras un trecho que les pareció interminable a los viajeros, llegaron a una estación que se llamaba «El Rey», a dónde no había llegado la noticia, o no le daban importancia, del asalto que se había producido unos kilómetros antes. Todo era jolgorio en aquella ciudad, se estaban celebrando elecciones a juez del distrito, a sheriff y a alcalde, todos locales, conocidos por sus conciudadanos y sabiendo quién es quién, who is who decían allí. Pobrecillos, pensaban los espectadores, porque se acordaron de las palabras que el juez Campo dijo antes de llegar a ser ministro: «La pasión por la Justicia ha vertebrado mi vida. Debemos luchar por tener una justicia pronta, eficaz e imparcial». Y alguien sentenció: Si es así, que la nación se lo premie; y si no es así, que el pueblo se lo demande.

DESDE MI OTERO

Autor: José María García Gómez

TUTELADOS O PASTOREADOS

La impresión que tengo sobre lo que ocurre, en estos momentos, con el examen que esta haciendo el Parlamento Europeo, sobre la Ley de Amnistía que ha excretado este gobierno me hace tener un sentimiento de estar en los inicios de una especie de curso preescolar democrático.

Creía, en mi proverbial inocencia, que la UE tenía claro cuales eran los principios generales que originaban la unión de unos países que no se limitaban solo a temas económicos, entendía que esa organización partía de unas premisas en las que los totalitarismos, comunismo y nazismo, estarían proscritos, por tanto no se admitirían dictaduras ni nada que oliera a totalitarismos tipo chavismo o castrismo, pero veo que la UE es muy critica con Hungría y Polonia, que han salido del comunismo hace poco y por contra son laxos con lo que huele a este socialismo sanchísta que se cisca en la Constitución y perdona delitos contra el Estado Español, con el Golpe de Estado sedicioso de los independentistas catalanes, con terrorismo incluido de los CDR y Tsunami, correspondiente, que cambia las leyes de malversación de dinero público, en la mayoría de los caso dinero que ha proporcionado la UE.

En la tribuna de oradores permiten ustedes a la portavoz socialista que mienta como si no hubiera un mañana y a su representante Úrsula se le cae la baba con el mentiroso patológico Sánchez.

El gobierno español ha recibido de esa organización, la UE, miles de millones de euros y los ciudadanos españoles no saben adonde han ido, pero ustedes tampoco, a pesar de los requerimientos que le han hecho ustedes y que Calviño la bien mandada, les hace unas largas cambiadas, es decir unos capotazos que ni el gran  *Manolete sería capaz de imitar.

Señores tienen ustedes a un país dentro de la UE que es fotocopia de Venezuela y que debe dinero a espuertas, ustedes verán que es lo que hacen pero Sánchez es una carcoma que llevara a la dictadura comunista a España y a ustedes a una ruina que hará mucho daño a la UE.

El ocaso de la democracia

¿Quién recuenta mi voto?

INDRA es una compañía global de consultoría, tecnología, innovación y talento, líder en soluciones y servicios de alto valor añadido para los sectores de Transporte y Tráfico, Energía e Industria, Administración Pública y Sanidad, Servicios Financieros, Seguridad y Defensa. Opera en más de 140 países y cuenta con más de 52.000 profesionales a nivel mundial.

Según la página oficial de INDRA SISTEMAS SA, el capital social es de 35,3 millones de euros correspondientes a 176.654.402 acciones con un precio de cotización en Bolsa de 10,65 euros a fin del año 2022, lo que alcanza una capitalización de 1.881.369.381 euros, con un incremento en su cotización del 18% desde el mes de octubre en el que se conoció la noticia que se relata en las páginas que siguen. En el año 2020 presentó unas Pérdidas de 28,8 millones de euros y unos Beneficios de 26,8 millones de euros en 2021, que han aumentado a más de 80 millones de euros en 2022.

En julio 2023 y tras el nombramiento de José Vicente de los Mozos como nuevo consejero delegado de la empresa, Goldman Sachs se hace con el 8,3% del capital de Indra, pasando a ser el segundo accionista de la Sociedad detrás del SEPI, que cuenta con un 25,2% de las acciones de la empresa, tercero es Fidelity Management and Research con un 7,8% del capital, y le sigue Amber Capital, el fondo de Joseph Oughourlian y máximo accionista del Grupo Prisa, tal y como figura en los registros públicos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

No aparece la inversión, que podría ser de forma indirecta, de SAPA Placencia, ligada al sector de la defensa y a trabajar para el Ejército Español, en tecnología de transmisiones en el campo de la movilidad militar, de la generación de energía y de la defensa antiaérea y desarrollo de vehículos de combate terrestre (tanques). Es una empresa familiar con sede en Andoain (Gipuzkoa) perteneciente a la familia Aperribay, uno de los cuales es presidente del club de fútbol Real Sociedad. El pasado 30-10-2021 el Gobierno inyectó 32 millones de fondos de la Unión Europea (UE) a esta empresa para el desarrollo del coche eléctrico.

La SEPI – Sociedad Estatal de Participaciones Industriales pertenece al Estado español, creada en 1995 siendo presidente del Gobierno Felipe González.

Pero el principal aliado en Indra del sanchismo es AMBER CAPITAL, fondo de inversión británico, fundado en 2005 en Nueva York, por Joseph Oughourlian (francés), cuya sede principal está en Londres. Es un fondo que pretende influir -mandar- en las empresas en las que invierte, participando directa o indirectamente en diferentes sectores, como el Zaragoza Club de Fútbol, el Lens, el Millonarios de Bogotá, el Inter de Miami, Suez en Francia, Prisa (29,8% del capital) en España, etc…. Y participa en Fidelity Management & Research, a quien también representa ante Indra. En resumen, el control gubernamental, directa e indirectamente alcanza mayoría del capital.

En España, de la mano de Pedro Sánchez, ha entrado en Prisa, convirtiéndose en el factótum del futuro del grupo para salvar a El País y la Cadena Ser, en quiebra técnica. Para llegar a cabo el salvamento, cuentan con la participación del Estado en Caixabank, a la que presionan para que aporte dinero que su presidente y su CEO, acreditados banqueros, saben no recuperarán.

Este hombre, cuya bondad empresarial glosan en la mayoría de los medios de comunicación españoles, a mí me parece un personaje como el que interpreta Richard Gere en la película Pretty Woman, un especulador empresarial que ya ha comunicado a Pedro Sánchez que, si no gana dinero en Indra, deja caer a Prisa.

Se está repitiendo, paso a paso, con la fidelidad de una fotocopia, lo que hizo Chaves en Venezuela, expropiar o comprar mediante testaferros los medios de comunicación privados, incluso pegando un tiro al aire, a ver qué cae del cielo, a través de una ministra, de obligar a todos ellos a incluir el NODO DEL SANCHISMO en los noticieros y telediarios de toda la nación.

¿Qué tiene Indra que genera el interés de todos estos personajes? Pues unos conocimientos en materia de defensa militar, tecnología de transmisiones, relaciones internacionales, sistemas de seguridad y de recuento electoral en muchos países del mundo, entre ellos, España.

Bajo distintos nombres, tanto en la empresa privada como en la pública, siempre existe un grupo de trabajo dedicado a controlar que los empleados cumplan lo reglamentado por la empresa y por la ley, son los intocables de la ley seca americana trasladados a la realidad del devenir diario actual.

Pero ¿quién controla al controlador? En la inmensa mayoría de las veces, nadie. En el recuento de votos de nuestra democracia, nadie. Y en la época en la que con un solo clic o introduciendo una fórmula matemática o un algoritmo, -conozco un caso en el que un empleado derivaba diez céntimos de todas las liquidaciones que se practicaban en su empresa a una cuenta suya en el extranjero, y aunque diez céntimos no van a ninguna parte, millones de diez céntimos todos los meses se convierten en millones de euros- es pecado mortal poner la más mínima duda el que nadie pudiera intentar hacer algo en un proceso electoral. Imaginemos por un momento las recientes elecciones en Brasil, ganadas por décimas por Lula, que cierra así el ciclo de gobernantes montoneros y marxistas en Hispanoamérica, cualquier pequeño desliz informático podría haber cambiado el curso de la historia.

En un país como España, de pícaros, corruptos, cantamañanas, meapilas, vendedores de crecepelos y todas esas cosas, hubo un tiempo en el que el pucherazo fue una emanación del caciquismo provinciano español, típico de ambientes rurales donde los señoritos, los terratenientes y la nobleza rural imponían su ley. Pero, cuando el movimiento obrero empezó a tomar protagonismo, esta perspectiva cambió, pues sabido es que tanto los anarquistas, como los socialistas, comunistas y separatistas, no tienen absolutamente ningún escrúpulo a la hora de tomar el poder, y de mantenerse.

Es así como a los espadones militares amigos de desfilar por logias que protagonizaron asaltos al poder en el XIX ―Espartero, Riego, O’Donnell, Prim, etc., todos masones― sucedieron los redentores obreristas, los mesías proletarios que clamaban contra la democracia burguesa diciendo que las libertades les importaban un comino, que ellos eran demócratas solamente si ganaban las elecciones, y que irían hasta a una guerra civil con tal de que en España ondeara la bandera roja bolchevique …. «El jefe de Acción Popular decía en un discurso a los católicos que los socialistas admitimos la democracia cuando nos conviene, pero cuando no nos conviene tomamos por el camino más corto. Pues bien, yo tengo que decir con franqueza que es verdad. Si la legalidad no nos sirve, si impide nuestro avance, daremos de lado a la democracia burguesa e iremos a la conquista revolucionaria del Poder». Palabras de Francisco Largo Caballero. Gabriel Mario de Coca. Anti-Caballero. Crítica marxista de la bolchevización del Partido Socialista (1930-1936). Madrid, 1936, pp. 119 a 121. El Socialista, 14 de noviembre de 1933, p. 3.

En casi todas las elecciones del siglo XX, todos los triunfos de la izquierda se debieron o a un fraude electoral, o a un golpe de Estado, explícito o no: «El pacto de San Sebastián» del año 1930, el golpe de Estado de las elecciones del año 31, cuando los monárquicos entregaron el poder sorprendentemente a los republicanos cuando eran ellos los que habían ganado las elecciones, el golpe de Estado del año 1933 ―cuando las izquierda amenazaron con una insurrección si gobernaba la CEDA, que había conseguido la mayoría en las elecciones―, la revolución armada de octubre del año 34, el alevoso fraude del año 36.

El colmo de los colmos es que ….. Sánchez protagonizó un pucherazo en la misma sede de Ferraz en octubre de 2016, cuando, detrás de una mampara, y sin autorización alguna, sus partidarios iniciaron una votación en una urna sobre la celebración de un Congreso extraordinario exprés. Votación sin control, sin censores, sin interventores, este pucherazo provocó asco y lágrimas incluso entre los miembros más cercanos a él.

Los expertos opinan que el pucherazo es técnicamente posible en España porque no se conservan las actas de las mesas, lo que impide un recuento científico posterior a la proclamación de resultados. El punto débil del proceso de recuento está en los ordenadores y en el cómputo de los votos, donde, en teoría, caben chapuzas y alteraciones, por muchos interventores que se sitúen en las mesas.

Nadie duda de la profesionalidad y honorabilidad de la empresa Indra ni de ningún político español, pese a las muchas veces que nos ha mentido Pedro Sánchez. Pero hay que recordar que Indra era la responsable de la seguridad de las comunicaciones del Gobierno español en el tema del espionaje telefónico Pegasus, a raíz del que nuestro presidente, reunido consigo mismo y con su esposa en ese colchón que compró cuando llegó a la Moncloa, sin comunicación alguna al Rey, a la UE, a su Gobierno, a la oposición política ni al Parlamento Español, tomó la decisión de considerar el Sahara como parte integrante de Marruecos, en contra de lo mantenido por la diplomacia española hasta entonces.

Al mismo tiempo, dejemos constancia que Indra es señalada en Colombia por parte de la oposición entre acusaciones de los partidos de potencial fraude electoral en la elección del presidente Petro, alabado por todos los políticos en su visita a España y sobre el que su propio hijo ha confesado que «que su padre recibió dinero del narcotráfico para la campaña electoral» y su exnuera ha sido grabada en unas escuchas diciendo «Aquí todos estamos robando». Ni que decir que quién salió en defensa de Petro y asegurando la garantía del proceso, fue nuestro ínclito expresidente Rodríguez Zapatero, que se encuentra en todo aquello relacionado con el comunismo político imperante bajo distintas nomenclaturas en los países latinoamericanos, alabando la experiencia del grupo Indra en los comicios en España durante las últimas cuatro décadas.

Hay que recordar que Gustavo Petro, exterrorista, comunista, el personaje que dijo un año antes de llegar a la presidencia de su país: «Los pobres cuando dicen tener, es tener lo que es indispensable porque muchas veces no tienen la leche ni el techo, pero en la clase media, donde esas necesidades básicas están relativamente resueltas, el tener se volvió como parte de su agenda política y por eso votan muchas veces en contra de nosotros, porque nos ven como los enemigos del tener» … / … «Y cuando los pobres dejan de ser pobres y tienen, entonces se vuelven de derechas».

Y es que empieza a oler a podrido, no solo en la Dinamarca de Hamlet sino en la España de Sánchez: El Ministerio del Interior sigue con su opacidad, esta vez con ocasión del contrato para adjudicación de la gestión del proceso electoral español durante los próximos cuatro años, porque la única oferta presentaba fue la de Indra, pero no cumplía con los requisitos necesarios que contempla la ley, habiendo propuesto la Mesa de Contratación declarar desierto el concurso. Seguro que se corrige el tema (*) e Indra es la adjudicataria en fechas próximas.

(*) A pocos días posteriores a la redacción inicial de este artículo, la Subsecretaría del Ministerio del Interior «teniendo en cuenta que el servicio a contratar es fundamental para el correcto desarrollo de los procesos electorales y un retraso en su tramitación podría afectar a las elecciones que deben celebrarse en 2023» … / … resuelve aprobar «la reapertura del plazo de presentación de proposiciones hasta el próximo día 8 de noviembre de 2022 a las 14:00 horas».

La aplicación utilizada en España será auditada por el CNI. ¿Y de quién depende el CNI? Lo dejó escrito Baltasar Gracián: «El que no sea casto, que sea cauto». 2023 es año electoral en España, de todo tipo, locales, autonómicas y generales. Aún hay tiempo para poner los medios y contratar a un equipo multinacional, multidisciplinar y ajeno a cualquier interés para que controle al controlador. Así nos evitamos todos los pecados de pensamiento, palabra, obra u omisión.

El ocaso de la democracia

La mentira y el poder

La Orden de los Iluminados -Illuminati- se remonta al siglo XVIII como sociedad secreta, y sus solemnes juramentos eran: «Eterno silencio, firme lealtad, fidelidad y obediencia a todos los superiores y estatutos de la orden». Junto al Club Bilderberg se disputan el control del llamado Nuevo Orden Mundial.

Como todo lo que atañe a estos temas, hay excesivas historias, a favor y en contra, y supuestas verdades y mentiras a su alrededor. Una de ellas es la que mantiene William Guy Carr, fundamentalista cristiano y escritor de teorías conspirativas y antimasónicas, en uno de sus libros de 1955, sobre la presunta existencia de unas cartas escritas entre los años 1870 y 1872, en las que se habla de un plan para el «futuro» del mundo, fomentando tres grandes guerras mundiales:

  • La primera permitiría derrocar el poder de los zares en Rusia y transformar ese país en la fortaleza del comunismo ateo necesaria como una oposición controlada y antítesis de la sociedad occidental.
  • La segunda se desataría aprovechando las diferencias entre la facción ultraconservadora y los sionistas políticos. Se apoyará a los regímenes europeos para que terminen en dictaduras que se opongan a las democracias (Nazismo, Fascismo, Comunismo y Socialismo) y provoquen una nueva convulsión mundial cuyo fruto más importante será el establecimiento de un Estado soberano de Israel en Palestina, reclamación inmemorial de los judíos.
  • La tercera y definitiva guerra se desataría a partir de los enfrentamientos entre sionistas y musulmanes. Este conflicto deberá orientarse de forma tal que el islam y el sionismo político se destruyan mutuamente y además obligará a otras naciones, una vez más divididas sobre este asunto, a entrar en la lucha hasta el punto de agotarse física, mental, moral y económicamente.

Verdad o no todo ello, lo que sí está muy claro es que en la Ley número 32 de los Illuminati se lee textualmente algo que ya ha pasado en Hispanoamérica y que está avanzando a pasos agigantados en España: «Juegue con las fantasías de la gente. Muchas veces se evita la verdad porque suele ser dura y desagradable. Nunca recurra ni a la verdad ni a la realidad, salvo que esté dispuesto a enfrentar la ira que genera la desilusión. La vida es tan dura y problemática que aquellas personas capaces de inventar ilusiones o conjurar fantasías son como oasis en el desierto, todos van hacia ella. Apelar a las fantasías de las masas es una fuente inmensa de poder».

Si repasamos los líderes mundiales, y en concreto los europeos y españoles, desde la mitad del siglo XIX al presente, nombres de todos los signos y colores han movidos a las masas y han sido aclamados por ser capaces de inventar ilusiones, que es una forma elegante sustituta del verdadero concepto que esconde: mentir.

Y si de mentir se trata, en España tenemos uno que «Miente más que parpadea» -sigue a la venta en Amazon- y que salvo que en el futuro alguien legisle que el pasado no ha existido, quedarán para la historia sus declaraciones:

«No dormiría por las noches» con Podemos en el Gobierno.

«Con Bildu no vamos a pactar, si quiere se lo digo 20 veces».

«La Fiscalía depende del Gobierno».

«Invito a los españoles a desconfiar de quienes ofrecen falsos remedios a enfermedades reales».

«Los políticos tenemos que afrontar nuestra propia regeneración, que tiene que ver con el fin del aforamiento, fin a los indultos de carácter político y, sobre todo, de esa injerencia en el poder judicial».

«El Estado debe intervenir en el funcionamiento de los partidos políticos. Quiero que todos los políticos tengan aforamiento cero, así como primarias abiertas».

«No encuentro ninguna razón que explique por qué los partidos están presentes en la institución que los fiscaliza».

«Estoy dispuesto a que el Partido Socialista no proponga a los miembros del CGPJ …. Creo que tiene que ser una comisión de expertos quien filtre a aquellas personas que se consideren capaces de gobernar a los jueces».

«Debemos mantener el poder adquisitivo de pensiones públicas. Nada de copagos de medicamentos».

«Quiero que el Partido Socialista sea el partido de la honradez intransigente, y no se puede decir que el PSOE en Andalucía no haya actuado con contundencia».

«Quiero cambiar mi partido para cambiar la política y dar un giro a la izquierda».

«No tengo nada que ocultar».

«Clarísimamente ha habido un delito de rebelión». Fecha 17 de mayo de 2018 sobre el Golpe de Estado catalán.

«El indulto -refiriéndose a Cataluña- es una figura necesaria en determinados momentos. Ni cuestiona ni revoca la sentencia firme condenatoria. Simplemente se trata de otro plano, ya no el judicial» … «Por supuesto, no nos engañemos, no pensamos que quienes aspiran a la independencia vayan a cambiar de ideales. No esperamos tal cosa».

Antes de llegar a presidente del Gobierno, Pedro Sánchez declaró sobre sus relaciones con Pablo Iglesias que «Las pocas veces que he podido hablar con él … Oye Pablo, ¿Qué te parece si recuperamos los convenios colectivos? Eso me parece fundamental, pero yo creo que es mucho más importante controlar a los jueces y a los fiscales. ¿Qué te parece si recuperamos la universalidad de la salud pública? Eso es importantísimo, pero ¿qué te parece si controlamos a los espías y a los policías, eso es mucho más importante? ¿Qué te parece si reconocemos las becas como un derecho o defendemos a los autónomos? Eso es fundamental, pero antes tendremos que controlar la radio televisión española».

Las próximas mentiras que nos va a vender es la expulsión de la Guardia Civil del País Vasco, que es quién verdaderamente sabe la situación de «ETA durmiente» en aquel territorio desde hace muchos años; la legalización de las selecciones deportivas autonómicas como si se tratasen de países independientes; la creación de un tribunal autonómico vasco y otro catalán en el que acaben los recursos, sin que la ley quede sometida a los tribunales de España.

La expulsión, igualmente, de Cataluña de la Guardia Civil y Policía Nacional, esos que tienen controlados a los salafistas y a los previsibles futuros nuevos golpistas, algunos desde las propias instituciones autonómicas; la última, por ahora, haciendo un escorzo a la ley y modificando el Código Penal, para suprimir el delito de sedición, debiendo archivarse los procedimientos con sentencia firme, o sea, si se suprime el delito, se extingue la responsabilidad penal, nullum crimen, nulla peona sine lege.

Ello lleva aparejado que, si no hay delito de sedición, tampoco hay delito de malversación de fondos públicos en el tema de los secesionistas catalanes, porque la malversación quedó configurada como consecuencia de la comisión de un ilícito legal. Pero desaparecido el ilícito, desaparece la condena accesoria que pudiera llevar consigo.

Quien quiera profundizar en este tema puede consultar el Auto del Tribunal Supremo, Sala de lo Penal, de fecha 12-01-2023 instruido por el Magistrado Pablo Llarena Conde, que es una pieza histórica tanto por su contenido como por la pulcritud judicial que contiene.

Es más, se rebajan las penas, en general, por malversación de fondos públicos -no hay que olvidar que Pedro Sánchez llegó inicialmente al poder mediante una moción de censura al Partido Popular por este concepto- introduciendo el sesgo de «si no es en beneficio propio», lo que quiere decir que podrá cambiarse el destino final de los recursos a fines distintos de su inicial fin, como puede ser comprar armas para un hipotético ejército en formación o a campañas de un partido político, sin grandes graves consecuencias penales.

En los últimos días de diciembre de 2022 aparece en los medios de comunicación una supuesta trama de corrupción que afecta al PSOE en Valencia, con un número de investigados que crece día a día, apuntando algunas fuentes a una persona que fue ministro del Gobierno de España y que, incluso, podrían llegar hasta más altas instancias. Llegado agosto 2023, no se ha vuelto a hablar del tema, es cosa olvidada, como si nada hubiera pasado y, en cualquier caso, será el primero en beneficiarse de la reforma de la ley a favor de este tipo de delitos de guante blanco, al margen del asunto de los golpistas catalanes, que han dejado de serlo con la publicación en el BOE de esta reforma legislativa. Podemos, en connivencia con el PSOE sanchista, aplaude de forma ferviente esta reforma por considerar el delito de malversación de fondos públicos un «delito del medievo». No sé si será del medievo, pero yo he cotizado durante cuarenta y cinco años al erario español, por la base máxima, y no he podido conseguir, ni de lejos, los recursos económicos ni el estado de bienestar financiero que algunos políticos han logrado en muy pocos años.

Mientras se deroga el delito de sedición, el presidente de la Generalitat Catalana, Père Aragonés, publica en su página de internet con el membrete del departamento de Presidencia, todos los mensajes de Puigdemont desde el año 2017 relativos al impulso de la asonada independentista y propaganda secesionista, hasta la descalificación del discurso televisado del rey Felipe VI de hace un par de meses, y la deuda catalana con el Estado Español alcanza ya la impagable cifra de más de ochenta mil millones de euros, que se incrementa cada vez que abren la boca cuando nuestro Presidente necesita sus votos para mantenerse en el poder.

Si cupiera alguna duda de dónde estamos, Oriol Junqueras, golpista por sentencia firme, vuelve a repetir hace solo unas horas que «volveremos a realizar un referéndum de autodeterminación» y que seguirá utilizando el dinero público español para construir la república catalana. El resultado de todo ello es que un exconvicto y confeso golpista puede ser presidente de una comunidad autónoma española a muy corto plazo.

Es de suponer que el empeño de los catalanes en conseguir esto es porque piensan volver a hacerlo, es más, han dicho y repetido que están dispuestos a poner 50.000 muertos en defensa de la independencia de Cataluña, sin tener en cuenta en ningún momento que podría empezar a devolverse el odio que desde esas tierras emana una parte de la población, y si ellos están dispuestos a poner esos muertos en el empeño, colocarles un espejo de aumento delante de sus propios ojos y decirles que quien con fuego juega, puede acabar quemándose.

 ERC ha dicho que no se conforma con las reformas penales habidas sobre sedición y malversación, que «Sin referéndum, el conflicto catalán no terminará», exigiendo una «independencia democrática con el 55% de votos sí».

Para no quedarse atrás y envalentonados por cómo se desarrollan las cosas en Cataluña, Bildu ha declarado su intención de proponer al Gobierno la realización de un referéndum de iguales características en el País Vasco, o incluso hacerlo de forma unilateral en caso de victoria electoral del PP y Vox.

Arnaldo Otegui, relacionado con ETA desde 1977 y miembro de ETA-militar desde 1984, condenado a prisión por diversas causas, ahora colaborador necesario de Pedro Sánchez, dice en un discurso «necesitamos que la gente ocupe la calle …/… hemos convocado una manifestación para el día seis de diciembre, en contra de la Constitución, por la República Vasca …/… porque esa manifestación en Bilbao puede ser la primera respuesta de este país contra el fascismo, contra el autoritarismo y la negación de derechos, por eso …/… si queremos vivir en un régimen auténticamente democrático, con nuestros derechos, todos nuestros derechos nacionales y sociales, protegidos y amparados, necesitamos una Constitución propia y un Estado propio, si no, no podemos esperar de esa España que se conduce hacia la involución antidemocrática más que recortes y negación de derechos».

La nueva Magistrada del Tribunal Constitucional, Laura Díez, ha puesto de manifiesto sus intenciones de modificar el artículo 149 de la Constitución, que es el que recoge las competencias exclusivas del Estado en materias fundamentales de convivencia, como son la igualdad entre todos los españoles, la Hacienda Pública y la Deuda del Estado, la Seguridad Social, normas básicas sobre libertad de prensa, tenencia y uso de armas y explosivos y convocatoria de consultas populares por vía de referéndum, entre otras de similar importancia. De llevar ello a cabo mediante algún mecanismo que no sea el establecido de consulta nacional para modificar la Constitución, con disolución del Parlamento y nuevas elecciones, sería un golpe de estado realizado desde el poder, sin paliativos ni tecnicismos jurídicos como «consulta no vinculante» u otras de similar nomenclatura bajo las que parece ser podría parapetarse el presidente Pedro Sánchez.

Para dar aspecto de legalidad constitucional a todo lo que se nos viene encima, Pedro Sánchez ha acabado de hacerse con el control del Tribunal Constitucional, ese del que el secretario general del Partido Comunista ha dicho que «Es una institución que no sirve». Ha sido elegido presidente del mismo, por mayoría de 7 a 6 y voto de calidad, Cándido Conde Pumpido, de 73 años de edad, que fue Fiscal General del Estado en las dos legislaturas de Rodríguez Zapatero, acérrimo socialista, casado con la Magistrada del CGPJ Clara Martínez de Careaga, que no tuvo el menor recato de abstenerse en la votación para la elección de dos magistrados para el TC a fin de que su marido fuera elegido presidente del Constitucional, como así ha sido al final.

Jurista de amplia experiencia y prestigio, fue fundador de Jueces para la Democracia, miembro del Tribunal Constitucional desde el año 2017, defensor de ideas socialistas a título personal, fue el máximo opositor a la declaración de inconstitucionalidad del confinamiento por la pandemia del coronavirus porque era una sentencia con un enfoque equivocado y creaba un grave problema político.

Días antes de su nombramiento había manifestado: «Voy a ser designado presidente del Tribunal Constitucional para arreglar el problema de Cataluña». Supongo que esas palabras serán suficientes para su recusación en todos los temas que afecten a cualquier sentencia judicial sobre esta comunidad autónoma, porque muestran una predisposición sobre contenciosos que ni siquiera están en sustanciación, mostrando una ideología que, de hecho, puede influir en sus decisiones, pues podría pensarse que su idea sea la de dar la golosina que el niño llorón pide insistentemente a su papá, berreando y dejándolo en evidencia entre la concurrencia en la que se encuentren. Mal vamos si nuestros mejores juristas anteponen el aspecto político a las leyes.

Tras su designación, Conde Pumpido ha pronunciado su primer discurso como presidente lanzando un mensaje a los independentistas y a quienes en las últimas semanas han dudado de su sentido de Estado, afirmando que la «Constitución no permite ni la secesión, ni la independencia ni la autodeterminación». El tiempo es el juez que da y quita razones. Esperemos a ver acontecimientos futuros.

Yo que creo que Pedro Sánchez nos está engañando de forma más sibilina que la que parece a simple vista, que es él quien alienta a vascos y catalanes a deshacer la nación española en una idea global de hacer de Europa un parque temático del resto del mundo, una dictadura comunista global con la Agenda 2030, de la que pasan soberanamente China, India, Corea y Rusia, prácticamente la mitad de los habitantes del planeta, ocupado por el islamismo -en estos momentos el 60% de la población de Londres no es de nacimiento inglés- implantando cosas absurdas que no ocurren en otros continentes, como que Bruselas pretenda que los clientes lleven sus propias tazas y sus vasos a los bares para no utilizar vasos reciclables, que no se limpien los campos, puedan quemarse los rastrojos ni los animales entren en los bosques para que se coman la maleza y no se quemen en verano, que el próximo objetivo a degradar y extinguir sea el vino y la cerveza, que esté más penado dar una patada a un animal que a una mujer, matar a un animal silvestre que un ataque a una persona o una violación, que no quieran que comamos carne, que se tapen los escándalos de los niños (epiceno) drogados y violados en los centros de menores tutelados por ciertas comunidades autónomas, que se proteja al delincuente encapuchado para que no se le reconozca, que se estrechen cada vez más las calzadas urbanas para los vehículos, que cada vez esté más restringido el uso de los coches, que nos impongan el automóvil eléctrico cuando una batería agotada de uno solo de ellos contamina más que la combustión de cientos de los actuales, que nos hagan el paripé con la energía nuclear que igual sería la deflagración veinte kilómetros al norte que al sur de los Pirineos, que para maquillar la falta de esfuerzo y conocimientos de los estudiantes se pase de curso con suspensos, haciendo del sistema educativo una fábrica de futuros parados o profesionales de mínima cualificación cuyo destino serán las subvenciones gubernamentales, que habiendo más de tres millones de parados reales que hay se quieran traer inmigrantes para cubrir puestos de trabajo que se ofrecen en España y que no encuentran quién los ocupe, y no se trata de multiculturalismo porque no llegan portugueses, franceses, ingleses, alemanes, noruegos, norteamericanos, australianos, japoneses o rusos, sino gente con muy baja cualificación profesional y menos ganas de trabajar.

Cuando el megalómano Pedro Sánchez dice que «pasaré a la historia por haber exhumado a Franco», Felipe González le responde que «Haber derribado a Franco cuando estaba vivo habría tenido más valor». Es la diferencia entre un mentiroso compulsivo que se cree sus propias mentiras y un estadista mundial de primer nivel que contribuyó decisivamente a la reconciliación de todos los españoles.

Y como pasa por encima de todo y de todos, por asistir a un acto con Ayuso, expulsa del PSOE al histórico socialista Joaquín Leguina, otra de las personas fundamentales de la democracia en España, estableciéndose ya claramente no como líder del partido socialista, sino de la facción ultraizquierdista republicana sanchista que dirige España hacia un abismo chavista, del «exprópiese» al «cámbiese la ley», fotocopia de Chile, Perú, Bolivia, Brasil, Colombia, Argentina o Venezuela porque, perdóneseme el ripio, aquí todo cuela.

Para hacernos una idea de la actual situación política, recojo las palabras de César Antonio Molina, exministro socialista de Cultura en el gabinete de Rodríguez Zapatero, cuyo ideario nadie pondrá en duda pero que antepone España a su ideología política.

«NOSOTROS, LOS SEDICIOSOS. Vivimos un momento muy delicado. La razón está siendo sustituida por las emociones. Y como dijo el psicólogo Liddell, las emociones son más peligrosas que la fisión nuclear. 

El Gobierno de Sánchez es el gran provocador. Ahora resulta que quienes estábamos en nuestras casas contemplando en los televisores, impotentes y asombrados, el alzamiento independentista catalán del 2017… éramos los verdaderos sediciosos. En cambio, los independentistas eran los buenos, los que respetaban la Constitución, los que respetaban los juramentos y promesas hechos públicamente para cumplirla y hacerla cumplir. 

Se ha perpetrado una amnistía, y no precisamente encubierta. La derogación del delito de sedición, y la rebaja del delito de malversación, dan motivos a los independentistas catalanes para acusar al Supremo de haber usado arbitrariamente y de forma injusta el Código Penal, aplicando condenas por un referéndum que, ahora, no fue delito. Y para mayor desvergüenza, nuestro propio Gobierno defiende en Estrasburgo la tesis de los golpistas: que las penas fueron desproporcionadas. Es decir: acusa a sus propios jueces. 

España ya no es una península, sino un atolón de mentiras, indignidades, ilegalidades, traiciones y atropellos a la democracia. Gracias a nuestro polígamo ideológico (el presidente Sánchez), hoy, en cualquier calle de nuestro país te puedes cruzar con los asesinos etarras de militantes socialistas (compañeros suyos), con violadores y pederastas, con agresores de mujeres felizmente excarcelados gracias a la ministra Montero, con malversadores, con sediciosos y demás. Y lo peor es que todos ellos volverían o volverán a hacerlo. Lo han prometido.

Uno de los peores ataques contra la democracia es promover el caos. Y este Gobierno se ha mostrado maestro en su creación: ataques contra las instituciones; contra el poder judicial; contra el Jefe del Estado; contra el CNI; contra la libertad de expresión; la aprobación de leyes vía callejones inmundos; el Ministerio de Igualdad que, como a los rebaños, pretende abducirnos con sus locas clasificaciones de género; el Ministerio de Cultura infamando a artistas como Picasso, un símbolo de la izquierda; el Ministerio de Educación, que ha sublevado a la RAE y a todo el profesorado por la EBAU; y suma y sigue. Incluso los profesores de Filosofía se han manifestado con pancartas muy significativas: «Pienso, luego estorbo» o «Sánchez, atrévete a pensar». Y es que un autócrata necesita instituciones débiles. Primero, las hunde, Y luego dirá que acude a salvarlas. Así va hiriendo de muerte al tejido democrático.

Sánchez es el líder de todas las jaurías enemigas de la Constitución, de la democracia, de la monarquía parlamentaria y del Estado de Derecho. Es decir: es el verdadero líder de Podemos, ERC, PNV, Bildu, PDeCat y demás comparsas. Con Sánchez vamos a la disolución de nuestro país. Si volviera a ganar las elecciones generales, siempre con estos aliados, habría referéndums por doquier. Y no solo en Cataluña, País Vasco, Navarra y Galicia. También, seguramente, en Cantabria o en Murcia. ¿Por qué no? Y con una temporalidad mínima y repetible hasta que el resultado les fuera favorable. Otegi, Rufián, Puigdemont, Oriol y Aragonés nunca se conformarán con otra cosa que no sea la independencia. Con Sánchez, este es el camino que nos espera. Él es, o cree ser, el Bolívar de los Pueblos Ibéricos. 

Sea como fuere, nuestro pueblo será merecedor del destino elegido. Una democracia tiene derecho a suicidarse, e incluso a elegir la manera; no sería la primera vez. Un país entero tiene derecho a suicidarse, tampoco sería la primera vez (en España, ninguna novedad). Pero este suicidio asistido de ahora, este al que se nos está conduciendo obligatoriamente, debe ser ya respondido con contundencia. Con contundencia democrática, por supuesto.

         En la tierra baldía cultivada por este Gobierno, ya no hay más que dos opciones. Solo dos. O Sánchez cabalgando hacia el abismo, o la moderación de Feijoo. La abstención es un tercer recurso inútil. Nuestra democracia, como he dicho, tiene derecho a suicidarse. Pero a lo largo del año que viene hay dos oportunidades para evitarlo: las dos próximas elecciones (locales-autonómicas y generales) tienen que ser un plebiscito contra Sánchez».

Se están imponiendo los delitos de odio. Ahora es odio cualquier cosa que sea hablar sobre lo que nos quieren imponer como infalible a ojos de la izquierda y de la masonería: Es la censura pura y dura para no poder decir, comentar ni escribir nada de nadie de los que están a su alrededor, pena de cárcel de hasta cuatro años por el artículo 510 del Código Penal. Peor, mucho peor que cuando Franco era el Jefe de Estado, que no se podía hablar sobre disidencia con su régimen, contra la Falange o contra la Iglesia. Ahora es penado hablar contra cualquier cosa, por nimia que sea, incluido feminismo, cambio de sexo, aborto, inmigración, bandera, patriotismo, forma de vestir o inventos diabólicos de no sé cuantos tipos de género, de patadas al diccionario, de situaciones personales e institucionales como esa de declarar fuera de la Constitución, o sea, soliviantar a las masas tratando de hacer inconstitucional a la oposición, a todo el que no piensa como él, que solo tiene una palabra, que dejo escoja cada lector de acuerdo a su cociente intelectual.

Porque la democracia, votar cada cuatro años, no es una autorización para hacer cualquier cosa que se le ocurra al ejecutivo de turno, y mucho menos cuando se ha alcanzado el poder mintiendo con letras mayúsculas para llegar a él, pactando con quién se dijo que no se haría y haciéndoles concesiones de impredecibles consecuencias finales, en contra de cualquier planteamiento con el que se obtuvo.

Hay personas en la historia que han prostituído la democracia, que llegaron al poder a través del voto y que implantaron una dictadura. El más claro ejemplo es Hitler, que con su Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes y que tras la dimisión del presidente alemán en enero de 1933 nombra a Hitler como primer mandatario, con minoría en el gobierno. De esa forma, Hitler no fue elegido por el pueblo alemán, pero sí llego al poder en forma legítima. Empieza poniendo a sus más firmes adictos en los puestos más importantes, Hermann Göring es el Ministro sin Cartera que pasa a controlarlo todo.

No tardó mucho tiempo en hacerse con el poder absoluto. En marzo de ese mismo año, el parlamento berlinés permite, mediante la «ley del poder», promulgar leyes, durante cuatro años, sin interferencia del Presidente o del Parlamento alemán, con 444 votos a favor y 94 en contra, que fue, hasta 1945, la base de la dictadura nazi.

Otros utilizaron la fuerza desde el primer momento, como Lenin que cuando «El gobierno se tambalea, hay que asestarle el golpe de gracia cueste lo que cueste», pasó de la clandestinidad en el exilio y usar peluca para que no le reconocieran, a ser nombrado jefe de gobierno y proclamar los objetivos fijados por la revolución rusa: construir el socialismo en el marco de la revolución mundial. Así se pasó del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso al comunismo puro y duro que derramó la sangre de más de cien millones de personas durante el pasado siglo XX.

Las comparaciones son odiosas y lo escrito no es ninguna comparación, es verdad histórica. Pero el mensaje publicado en Twitter el 10 de diciembre por la ministra Irene Montero tiene un tufillo de las remembranzas históricas antes señaladas: «Quienes cuestionan la legitimidad de las decisiones democráticas que toma el poder legislativo con las mayorías elegidas por la ciudadanía suelen ser los mismos que prefieren que manden quienes no se presentan a las elecciones. La democracia les gusta solo a veces». No, la democracia es servir al pueblo, no servirse de él.

En esta España de locos e hipócritas, el Arzobispado de Valencia trata de justificar y solicita perdón a quien se haya podido sentir ofendido porque un joven párroco de un pequeño pueblo ha condenado el aborto, la homosexualidad y la ideología de género que, evidentemente, son realidades que existen en todo el mundo democrático, absolutamente respetables social y políticamente, pero ¿no colisiona todo ello dentro de la Iglesia Católica, dentro de los Evangelios, dentro de las enseñanzas de Cristo y sus Mandamientos? A Jesucristo se le crucifica todos los días en la actualidad, empezando por la poca fiabilidad de su representante infalible.

Europa empieza a descomponerse porque, hasta el momento, los únicos perdedores de la guerra ruso-ucraniana somos los europeos. Hungría, Polonia, Italia y Suecia se han dado cuenta que la solución a los problemas actuales no es la Agenda 2030; las generaciones de europeos, y españoles en concreto, posteriores a la II WW, no estamos acostumbrados a sufrir, a tener que buscar el pan y la leche fuera de las estanterías de un supermercado.

Estamos establecidos en la mentira permanente y lo peor de todo es que no se le ve fin, porque no hay una oposición digna de tal nombre, que asuma los riesgos de contar la verdad a la ciudadanía y proponer las soluciones que aplicaría en el supuesto de alzarse con el poder en las próximas elecciones.

Supongamos, yo no lo tengo tan claro, que Núñez Feijóo solo -cosa improbable- o acompañado -posible pero no seguro- ganara las próximas elecciones generales. Se encontraría con una Deuda exagerada, tendría que hacer recortes económicos, modificar urgentemente las leyes, para lo que tendría que tener desde ya un gobierno en la sombra trabajando en ello, trifulcas callejeras de todo tipo y a todas horas, y sus votantes en Cataluña y País Vasco serían un islote abandonado en medio de la nada, en territorios con sus propias fuerzas policiales, bien pertechadas y preparadas, dentro de una Europa globalista para tener controladas todas las mentes ciudadanas.

¿Cómo haría para hacer respetar las leyes, la Constitución y devolver la división de poderes -Ejecutivo, Legislativo y Judicial- a quienes nunca deberían haber dejado de tenerlos? ¿Enviaría al Ejército a poner orden? ¿Nueva Guerra Civil? ¿Nos tenemos que acostumbrar a que tras cuarenta años de dictadura franquista vayamos a otros tantos de dictadura del neofeminismo, neomarxismo y social-fascismo radical de izquierdas? Lleva razón el cantante Manolo García, catalán de origen albaceteño, cuando dice que «Aquí no hay libertad ni hostias, este es un mundo de esclavos, todos esclavizándonos a todos». Pero yo no le veo al tema fácil solución.

Voy a ver si soy capaz de tomarme unas vacaciones mentales, una parada para recapacitar sobre lo que dijo Maquiavelo: «Un pueblo que acepta pasivamente la corrupción y los corruptos, no merece libertad. Merece la esclavitud. Un país cuyas leyes son indulgentes y benefician a los bandidos no tiene vocación de libertad». Y acordarme del tonto de mi pueblo, que cada vez que le decían algo que no le gustaba, contestaba: “¿Sabís lo que os digo? Que me la chupiiiiiiis”. Pues eso.

El ocaso de la democracia

Fin de la clase media social

Hemos hablado de la Agenda 2030 en la pág. 73 y siguientes de este libro. Todo el mundo habla de ella, pero nadie conoce su contenido y la verdadera finalidad que persigue.

El lituano Daniel Estulin una de las personas con máxima autoridad a nivel mundial en el estudio e investigación sobre el Club Bilderberg, en el que parece ser se fundamenta la citada agenda, y en su libro La verdadera historia del Club Bilderberg expone lo que, según él, son sus objetivos:

-Un sólo gobierno planetario, con un único mercado globalizado, con un sólo ejército y una única moneda, regulada por un Banco Mundial.

-Una Iglesia universal, que canalice a la gente hacia los deseos del Nuevo Orden Mundial. El resto de las religiones serán destruidas.

-Unos servicios internacionales que completarán la destrucción de cualquier identidad nacional a través de su subversión desde el interior. Sólo se permitirá que florezcan los valores universales.

-El control de toda la humanidad a través de medios de manipulación mental. Este plan está descrito en el libro Technotronic Era (Era Tecnotrónica), de Zbigniew Brzezinski, miembro del Club. En el Nuevo Orden Mundial no habrá clase media, sólo sirvientes y gobernantes.

-Una sociedad postindustrial de «crecimiento cero», que acabará con la industrialización y la producción de energía eléctrica nuclear (excepto para las industrias de los ordenadores y servicios). Las industrias canadienses y estadounidenses que queden serán exportadas a países pobres, con mano de obra barata.

-El crecimiento cero es necesario para destruir los vestigios de prosperidad y dividir a la sociedad en propietarios y esclavos. Cuando hay prosperidad, hay progreso, lo cual hace mucho más difícil la represión.

-Cabe incluir en ello la despoblación de las grandes ciudades, según el experimento llevado a cabo en Camboya por Pol Pot. Los planes genocidas de Pot fueron diseñados en Estados Unidos por una de las instituciones hermanas de Bilderberg, el Club de Roma.

-La muerte de cuatro mil millones de personas, a las que Henry Kissinger y David Rockefeller llaman bromeando «estómagos inservibles», por medio de las guerras, el hambre y las enfermedades. Esto sucederá hacia el año 2050. «De los dos mil millones de personas restantes, 500 millones pertenecerán a las razas china y japonesa, que se salvarán gracias a su característica capacidad para obedecer a la autoridad», es lo que afirma John Coleman en su libro «Conspirators’ Hierarchy: The Story of the Committee of 300»

-Crisis artificiales para mantener a la gente en un perpetuo estado de desequilibrio físico, mental y emocional. Confundirán y desmoralizarán a la población para evitar que decidan su propio destino.

-Un férreo control sobre la educación con el propósito de destruirla. Una de las razones de la existencia de la UE (y la futura Unión Americana y Asiática) es el control de la educación para «aborregar» a la gente. Aunque nos resulte increíble, estos esfuerzos ya están dando «buenos frutos». La juventud de hoy ignora por completo la Historia, las libertades individuales y el significado del mismo concepto de libertad. Para los globalizadores es mucho más fácil luchar contra unos oponentes sin principios.

-El control de la política exterior e interior de Estados Unidos (cosa ya conseguida a través del Gobierno de Bush), Canadá (controlada por Inglaterra) y Europa (a través de la Unión Europea).

-Una ONU más poderosa que se convierta, finalmente, en un Gobierno Mundial. Una de las medidas que conducirán a ello es la creación del impuesto directo sobre el «ciudadano mundial».

-La expansión del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América de Norte) por todo el hemisferio occidental como preludio de la creación de una Unión Americana similar a la Unión Europea.

-Una Corte Internacional de Justicia con un sólo sistema legal.

-Un estado del bienestar «socialista» donde se recompensará a los esclavos obedientes y se exterminará a los inconformistas y alborotadores.

Insistiendo en el fondo de lo que significan todos estos enunciados, pero sin citarlos, el reconocido economista Niño Becerra ha declarado hace unos días que «El protagonismo ya lo tiene el capital y, para obtener la última tecnología, es preciso el capital que sea necesario. Llegados a ese punto, la clase media ya no tiene razón de ser». Y augura un futuro con escasez de recursos, desde financieros hasta conocimientos, una capacidad de endeudamiento prácticamente nula y expectativas decrecientes en la renta. En resumidas cuentas, la desaparición de la clase media.

Lo que está empezando a quedar claro es que existe una conjunción mundial de poderes que diseña y controla el cambio de la sociedad tal como hasta ahora la conocemos y que, desde que el patrón oro dejó de ser la referencia de la deuda soberana, hay una serie de personas, organismos y corporaciones que, a través de la emisión de Deuda Pública, son las que marcan el camino a seguir, porque son los tenedores de esas deudas, que pueden considerarse perpetuas en muchísimos países, entre ellos, España.

El periodo 2030 a 2050, entre agendas globalistas, es el que marcará el devenir del mundo en el futuro, que yo pienso será algo parecido a la figura que sigue a continuación.

Hay que empezar a preguntarse qué es Europa y quienes mandan, entre otros despropósitos, acabar con los pantanos y las presas, en consecuencia, con la agricultura y la ganadería como medio de supervivencia de los ciudadanos, dejando esas actividades en muy pocas manos, controladas por ellos. Y ampliar el Ingreso Mínimo Vital sin trabajar, en un importe «que garantice la inclusión activa», un subsidio masivo en el que los ciudadanos sean esclavos actualizados al siglo XXI del poder gobernante. Y por qué los hasta ahora pacifistas, españoles y europeos, han mutado en partidarios de seguir adelante con una guerra en la que seríamos los principales, posiblemente los únicos, derrotados, masacrados en caso de conflicto nuclear, en vez de sentarse a negociar quienes son los verdaderos protagonistas, Estados Unidos, Rusia y China en la sombra.

Pero, además, qué horror para Europa, ha obtenido el triunfo en Italia alguien que discrepa y que el lema con el que se ha presentado a las elecciones ha sido «Dios, patria, familia», cuando lo pijoprogre es enseñar la religión musulmana en las escuelas, romper la patria en pedazos y reírse de aquellos que se sienten patriotas, y que la única familia sea la unipersonal u homosexual para que no haya vástagos. ¡Qué retrógrados, fachas, ultras! Pues que se aguanten: subimos los impuestos al 80% de los trabajadores españoles (al resto también, porque lo que se les ha bajado no cubre el poder adquisitivo perdido por la inflación) y ponemos una doble imposición al patrimonio de los más ricos, a ver si se van todos a Portugal, ahí al lado, a la misma distancia de Madrid que Valencia, en dónde pagan el 20% de impuestos y que ha aumentado en un 23% el número de residentes españoles desde que Pedro Sánchez accedió al poder. A mí me van a venir con chulerías, dice la ministra supositorio.

Para quienes quieran profundizar en este tema, capitalismo y clase media, les remito a Informe Lugano (año 1999) e Informe Lugano II – Esta vez vamos a liquidar la democracia (2012) de la filósofa y analista política franco-americana Susan George, probablemente el mejor análisis sobre el capitalismo del siglo XXI, en los que se presenta un mundo globalizado dónde los poderosos gobiernan a su antojo y los gobernados solo son un número distorsionador de recursos naturales limitados cuya oferta puede satisfacer únicamente a cuatro mil millones de personas. El famoso libro 1984 de George Orwell es una fantasía para niños comparado con los ahora reseñados.

Acabo por hoy, preguntando: ¿Se han dado ustedes cuenta que el rey, el presidente del gobierno y el líder de la oposición llevan la misma enseña de la Agenda 2030 en la solapa? ¿Se han dado cuenta de cuál es el sesgo del aspirante a presidente por el partido de la oposición en votaciones parlamentarias y su empeño en volver al «turnismo», jugando con cartas marcadas de que va a ganar las elecciones generales, pero no con suficiente mayoría? A ver si va a resultar que todos son iguales, egos andantes carcomidos por un deseo loco de poder manejado desde la distancia.

El ocaso de la democracia

España tiene dificultades económicas

España fue el primer país europeo que se declaró en Suspensión de Pagos, cuando Felipe II era rey del primer imperio de ámbito mundial. Para hacer frente a los inmensos gastos existentes, impuestos: La alcabala, impuesto de aduanas; la cruzada, impuesto eclesiástico; el subsidio, impuesto sobre rentas y tierras y las tercias reales, impuestos a órdenes militares. Felipe II además de subir estos durante su reinado, implantó otros, entre ellos el excusado, impuestos sobre parroquias, y los millones, ocho millones de ducados al año para los seis siguientes, que se dedicaron a la construcción de una nueva Armada. La vida de los españoles del tiempo era muy dura y la carga fiscal excesiva.

Según la mayoría de los autores, el Reino de España ha suspendido pagos o declarado en quiebra en trece ocasiones, durante los reinados de Felipe II (años 1557, 1575 y 1596), Felipe III, Felipe IV, Carlos II, Fernando VII e Isabel II, que apostó por la construcción de numerosas líneas ferroviarias en una inversión sin precedentes, aunque la mayoría de ellas resultaron ruinosas, lo que llevó al desastre a estas compañías y a los bancos financiadores en 1806. Y la deuda de la II República Española, que Franco se negó a reconocer.

Carlos López escribe: «Trece bancarrotas que nos coloca en el primer puesto mundial en este sentido. Bancarrotas que cuentan cómo la historia de nuestro país puede ser explicada por una serie de hechos invariables: pésimos gobernantes, corrupción desmesurada, ausencia de empresarios competentes, analfabetismo e incultura recalcitrante y una sociedad adormecida y aclimatada que sólo es capaz de despertar por hambre y, que cuando lo hace, su propia incultura le lleva por caminos plagados de hechos salvajes hacia el mismo punto prácticamente de donde partió: nuevos gobiernos de políticos igual de corruptos que los anteriores, perpetuidad del sistema de valer más por ser quién eres y no por tus méritos y la terrible incultura que nos lleva a mirar hacia nuestro ombligo mientras nos quejamos amargamente de nuestra suerte y esperamos de la Gracia Divina mejorar nuestro miserable existir».

Sin hacer comparaciones, porque las circunstancias son absolutamente diferentes al ser hoy España parte de la Unión Europea y tener el euro como moneda común, sí es conveniente recordar la situación de la España real en la que nos encontramos, al margen de quien está, o esté, en el Gobierno de la Nación.

Según datos oficiales del Colegio de Registradores Mercantiles de España, las Estadísticas de Procedimientos Concursales durante el año 2022, han sido:

(*) Con la entrada en vigor el 17 de agosto de 2022 de la Ley Orgánica 7/2022, de 27 de julio, de modificación de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, en materia de Juzgados de lo Mercantil, se establece que los Juzgados de lo Mercantil conocerán de cuantas cuestiones sean de la competencia del orden jurisdiccional civil en materia de concurso de acreedores, cualquiera que sea la condición civil o mercantil del deudor, por lo que salvo indicación explícita en los autos correspondientes (muy poco frecuente) se hace imposible diferenciar entre personas físicas con y sin actividad empresarial. Los últimos datos facilitados corresponden al tercer trimestre del año 2022 y el porcentaje de los concursados SIN ACTIVIDAD es el 125,85% de los que tienen actividad empresarial, lo que significa que las personas particulares, en especial los deudores hipotecarios, presentan una morosidad muy superior a los que ejercen actividad empresarial.

Como claramente se aprecia, el aumento de los Concursos ha tenido un crecimiento exponencial durante el periodo de gobierno sanchista, desde antes de la pandemia por coronavirus y la guerra ruso-ucraniana, acentuado en los dos últimos años de forma exagerada.

Como hemos reflejado anteriormente, se han dejado de publicar los datos oficiales de concursados sin actividad empresarial, es decir, particulares sobreendeudados, en concreto operaciones hipotecarias que, esperemos, no hayan sido movilizadas por los bancos prestamistas y ahora se encuentren dentro de esa burbuja subprime que provocó la crisis económica anterior.

Igualmente, es de destacar que según nota del propio Colegio de Registradores, el índice de morosidad está influenciado por «El Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, en su artículo 43, procedió a suspender temporalmente el deber de solicitar la declaración de concurso por el deudor insolvente (mientras estuviere vigente el estado de alarma), a la vez que, también de forma temporal (durante el estado de alarma, hasta transcurrir dos meses a contar desde la finalización de este), se preveía la inadmisión a trámite de las solicitudes de concurso necesario. La norma fue derogada por otra posterior, Real Decreto-ley 16/2020, de 28 de abril, que extendía sus efectos hasta el 31 de diciembre de 2020. Posteriormente por medio de la Disposición Final Décima (tercer punto) del Real Decreto-Ley 34/2020, de 17 de noviembre, esta extensión se prorrogó hasta el 14 de marzo de 2021. En 2021, el Real Decreto-ley 5/2021, de 12 de marzo, en su apartado cuarto de la Disposición final séptima, habilitó una nueva prórroga hasta el 31 de diciembre de 2021. Y con posterioridad, el Real Decreto-ley 27/2021, de 23 de noviembre, por el que se prorrogan determinadas medidas económicas para apoyar la recuperación, se habilitaba una nueva moratoria hasta el pasado 30 de junio».

Es decir, se han hecho diferentes reformas encaminadas a que las empresas pudieran continuar su actividad pese a su alto grado de apalancamiento y el alto porcentaje de falencia que pueda suponer en un futuro, ante el temor a una avalancha de concursos y quiebras, evitando que crezcan las estadísticas del paro, utilizando un trampantojo gramatical similar al de los «fijos discontinuos»/, y traslada al año 2024, una vez celebradas las próximas elecciones generales, el reflejo público de datos y sus consecuencias de la cada vez peor situación empresarial en un contexto en el que se vislumbra un grave deterioro de las perspectivas económicas.

No existen datos de cuántas de las nuevas empresas constituidas lo han sido por los socios o partícipes de las extinguidas, dejando las deudas anteriores como incobrables y continuando con el mismo proyecto bajo otro nombre, a lo que unos llaman a eso experiencia acumulada y otros, morosidad recalcitrante.

Yolanda Díaz propone una solución política revestida de social, al impacto mediático que todo esto supone: Incentivar la recuperación de empresas a través de cooperativas y sociedades laborales tras el fin de la moratoria concursal, a lo que los empleados dicen que nones, que no quieren complicaciones, y menos en empresas zombiscuya verdadera situación, en todos los aspectos, debería ser el cierre definitivo, asumiendo las responsabilidades correspondientes todos y cada uno de los que, de alguna u otra forma, sobre ella han incidido, incluido el Gobierno-Estado con «parches» que no solucionan nada.

Otro tema para tener en consideración es que una parte importante de estas empresas en crisis aumentaron de forma muy considerable sus ventas en los tres últimos años, incluidos los de la pandemia por Covid, y es que es muy fácil vender a quien no piensa pagar.

A todo ello hay que añadir la inflación, el aumento del euribor y la trascendencia que va a tener en las cuotas de los préstamos hipotecarios, el fin de los fondos que para insolvencias tenían las entidades financieras, a las que se les aplica un nuevo impuesto bajo otra nomenclatura trampantojo, el incremento de la Deuda Pública y la corrección en el mercado bursátil, por lo que el Gobierno haría bien en centrarse en solucionar el tema económico, que es por el que se pierden las elecciones, aún entre los más adictos: Lo primero es comer y lo último, cuando se ponen mal las cosas, es el egocentrismo del supuesto líder, al que se obedece no porque se le quiera sino por el interés bidireccional. Y en España, en estos momentos, día que pasa, día que perdemos en salir de la delicada situación en la que nos encontramos.

Verdaderamente mal tiene que ver las cosas el Gobierno cuando el Congreso aprobó el pasado 22 de diciembre la nueva Ley de Empleo, que dio a la Inspección de Trabajo poder de decisión sobre los ERE. Es decir, para que una empresa lleve a cabo un expediente de regulación va a necesitar el aval de Inspección. Es una clara intervención estatal en la economía, un apunte más de cuál es el punto de destino al que nos dirigimos.

Seguidamente exponemos diferentes datos económicos, sin comentarios por nuestra parte, para que cada uno los interprete como considere conveniente de acuerdo a su preparación cultural o las ideas políticas o económicas que tenga.

El Estado tiene dos fuentes principales de financiación: la Deuda Pública y los Impuestos. La Deuda Pública Española ha aumentado de forma desorbitada en los últimos tiempos, por los gastos derivados de la pandemia por coronavirus, por menores ingresos por aumento del paro y la reducción de beneficios empresariales, y por las subvenciones de todo tipo que se están produciendo para que la ciudadanía sienta que seguimos en una sociedad del bienestar, que no se corresponde con la realidad financiera del país y que si no se pone remedio urgente a la situación, desembocará en «colas del hambre», tanto de autóctonos como de inmigrantes.

* La subyacente del año 2022 es del 7,00% (la que no considera para su cálculo a la energía (electricidad, gasolina, gas…) ni a los alimentos no elaborados (frutas, verduras…), aunque sí todo lo demás: alimentos procesados, ropa, restauración, comunicaciones, etc.

* Los artículos que más han subido han sido los de mayor uso en las familias, los alimento: el azúcar (+50,6%); los aceites y grasas (+38,1%); la leche (+37,2%); los huevos (+29,8%); los productos lácteos (+23,4%); los cereales (+22,7%) y las patatas (+22,6%).

Continuando con la política de cambiar las reglas del juego a mitad del partido y para que el IPC no alcance las cifras de estos dos últimos años, en enero de 2023 el INE modifica el cálculo de la inflación disminuyendo tres puntos el peso del grupo de alimentos y bebidas alcohólicas, y baja un punto y medio el peso de la vivienda (que incluye la electricidad) en la cesta de la compra. Nunca mejor aplicada la frase de Groucho Marx: «Damas y caballeros, estos son mis principios; si no les gustan tengo otros».

La mayor parte de la Deuda Pública Española la tiene el BCE, preocupado seriamente por su creciente volumen porque mantiene en su cartera un importe estimado de 400.000 millones de euros, más del 25% del total, fondos soberanos e inversores extranjeros poseen el 30% y los bancos españoles un total entre el 15 y el 20% que, si estuvieran abocados a fusionarse a corto plazo, tendrían en sus balances una exposición muy elevada al futuro económico de la nación.

Si a los importes citados se suma el endeudamiento de las Comunidades Autónomas, es probable que los pasivos reales de las Administraciones Públicas (AAPP) españolas se aproximen a los dos billones de euros, desde luego en ningún caso inferior a 1,8 billones.

El tema se agrava sobremanera por el aviso del BCE de reducir paulatinamente la compra de deuda soberana española, y el de los bancos españoles que, en disputa jurídica sobre el nuevo impuesto que ha legislado el Gobierno sobre los ingresos que, en realidad, es un doble devengo impositivo para esas entidades, también han manifestado su intención de disminuir su cartera de este producto, habiendo realizado los bancos Santander y BBVA, en los primeros días del año 2023, una emisión de deuda propia a tipos de interés más altos que los obtenidos por compra de la Deuda Pública española.

El último precio al que se colocaron en el mercado los Bancos del Reino de España a diez años durante el mes de agosto de 2023 fue el 3,75%. Calcule el lector por si solo lo que nos cuesta diariamente los intereses de la deuda pública.

Y se complica aún más el tema porque la delegación de los diez europarlamentarios en febrero 2023, conocidos como «los hombres de negro», capitaneados por Monika Hohlmeier, -presidenta de la comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo- han manifestado sus dudas sobre la utilización de los fondos europeos: hay opacidad, sobra burocracia, falta la reforma de las pensiones y hay que mostrar tolerancia cero con la malversación, instando a que se ponga en marcha un sistema público en el que se pueda conocer «quién licita los contratos y quién es el beneficiario final» y que «mejore la transparencia» que le falta al uso de los fondos.

Avanza la deconstrucción de España

La actual situación de España es muy delicada, cuando bajo la rúbrica de un partido socialista que contribuyó de forma absoluta a enterrar odios pasados, la actual franquicia de ese partido, bajo mentiras que ahora se llaman “cambios de opinión”, va a llevar a España a la República del Frente Popular, siguiendo de forma casi textual el Decálogo de Lenin: Separatistas, anti constitucionalistas, terroristas, vagos, comprados todos ellos mediante prebendas, casi cohechos legalizados, subvencionando voluntades de periodistas, medios, jueces, abogados, fiscales, políticos, diputados de la UE, ONG, empresarios, banqueros,  inmigrantes, jubilados, ignorantes, jóvenes, marginados, miembros de las artes y la cultura, socialistas deshonrados, planificando la ocupación de  Instituciones básicas de la judicatura al tiempo que cambiando leyes, otorgando reivindicaciones, perdonando deudas, desfavoreciendo a las regiones históricamente más desfavorecidas, concediendo indultos, favoreciendo a terroristas e incluso tratándoles de soldados de la libertad y volviendo a ser elegido Pedro Sánchez presidente del Gobierno mediante el retorcimiento legal del texto constitucional -no siempre lo legal es justo- a través de una amnistía que negaba, él y sus colaboradores necesarios para llevarla a cabo, tres días antes de celebrarse las elecciones.

Esas elecciones las perdió ante el Partido Popular y el resultado arrojó que los partidos constitucionalistas (PSOE + PP + VOX) tuvieron 18.886.554 votos; Sumar + PNV (que no contemplaban la amnistía en su programa alcanzaron 3.289.788 votos); y únicamente los partidos separatistas partidarios de la independencia (ERC + JUNTS + BILDU) tuvieron 1.188.879 votos; lo que es lo mismo, se acaba con la paz que hemos venido disfrutando en España en los últimos 45 años, favoreciendo al 5,35% de los votantes en detrimento del 94,65% que, de buena fe, no votaron eso que, para el que no sea consciente de lo pactado y firmado con los separatistas, además de la Ley de Amnistía, entre otras muchas cosas, es:

PNV: «Garantizar el autogobierno mediante su actualización y ampliación, y el relativo al reconocimiento nacional de Euskadi». Eso quiere decir reconocer Euskadi como nación y ampliar el autogobierno sin injerencias estatales. Y

«El acuerdo alcanzado deberá responder a las demandas mayoritarias del Parlamento de Euskadi, que, de acuerdo con lo establecido en el Estatuto de Gernika, representa legítimamente al pueblo vasco». Lo que es lo mismo, lo aprobado por el Parlamento de Euskadi es lo que prevalecerá sobre cualquier otro aparato del Estado, como es el Parlamento Español.

JUNTS: «Las aspiraciones de la sociedad catalana y las demandas de sus instituciones, en términos generales se agrupan en dos grandes ámbitos permanentes:

– las de la superación de los déficits y limitaciones del autogobierno, y

– las relativas al reconocimiento nacional de Catalunya».

En función de ello, «Junts considera legítimo el resultado y el mandato del referéndum del 1 de octubre, así como la declaración de independencia del 27 de octubre de 2017», por lo que «propondrá la celebración de un referéndum de autodeterminación sobre el futuro político de Catalunya». Y «propondrá de entrada una modificación de la LOFCA que establezca una cláusula de excepción de Catalunya que reconozca la singularidad en la que se organiza el sistema institucional de la Generalitat y que facilite la cesión del 100% de todos los tributos que se pagan en Catalunya».

         Cuanto antecede, para que el desquiciado egocentrismo de una persona, con un verbo fácil, populista, haga que le sigan y se silencien las masas, igual que hizo en su momento Hitler, que también subió al poder a través de elecciones democráticas, o Hugo Chávez que, tras un golpe militar fallido, fue puesto en libertad por sobreseimiento, y elegido posteriormente presidente, también de forma democrática. Cuidado con las comparaciones.

Espero y confío que no se inicie persecución de ningún tipo contra quién disienta del poder gobernante, y podamos seguir opinando libremente todo el arco ideológico democrático, con libertad y respeto, en defensa de esa España Constitucional que todos nos dimos, en aras a la unidad de la nación y la igualdad de todos los españoles. 

Antonio CAMPOS

El otoño de la democracia

La familia

Entre las leyes aprobadas por este Gobierno, presuntamente feministas, pero realmente feminoides o feminazis, todas ellas dirigidas a acabar con la sociedad tal como se conoce hasta la fecha, pequeñas modificaciones que en su conjunto es un lavado perfecto de cerebro desde la más tierna infancia, ahora ha tocado poner los cimientos de la descomposición familiar.

La familia se define como grupo de personas, vinculadas generalmente por lazos de parentesco, que hace vida en común, ocupando normalmente la totalidad de una vivienda, y en concreto, grupo formado por una pareja (normalmente unida por lazos legales o religiosos), que convive y tiene un proyecto de vida en común, y sus hijos, cuando los tienen, así como el conjunto de ascendientes, descendientes y demás personas relacionadas entre sí por parentesco de sangre o legal.

Otra definición universalmente aceptada es el grupo constituido por los parientes, es decir, aquellas personas que, por cuestiones de consanguinidad, afinidad, adopción u otras razones diversas, hayan sido acogidas como miembros de esa colectividad. Las familias suelen estar constituidas por unos pocos miembros que suelen compartir la misma residencia.

Aristóteles concibe la familia como la oikía, casa familiar, que los latinos vertían por domus o familia doméstica, porque significa el conjunto de hombres y de bienes que lo integran, no el edificio en que se habita.

Según el Derecho, la familia es un grupo de personas relacionado por el grado de parentesco, que se establece en tres grupos:

  • Parentesco por consanguinidad: personas que descienden del mismo progenitor;
  • Parentesco por afinidad: relación que se da entre el cónyuge y los consanguíneos de su cónyuge; y
  • Parentesco civil: adopción.

Se contemplan los siguientes tipos de familia:

  • Familia nuclear: Es aquella que está formada por padre, madre e hijos, ya sean unidos por matrimonio o unión de hecho.
  • Familia compuesta: Es aquellacompuesta por una familia nuclear más las personas que poseen vínculos sanguíneos con solo uno de los miembros de la pareja. Por ejemplo, hijos de otra pareja que se incorporan el núcleo familiar.
  • Familia extendida: Es aquella que se forma con los demás miembros de la familia como tíos, abuelos y primos.
  • Familia monoparental: Es aquella que está formada por uno de los dos progenitores (padre o madre) y sus hijos, como consecuencia de muerte, divorcio, abandono o por decisión de tener hijo de manera independiente.
  • Familia homoparental: Es aquella en que los padres son una pareja homosexual, bien sea de hombres o de mujeres.
  • Familia poligámica: Característica de la religión musulmana, se personifica por la pluralidad simultánea de esposos o esposas dentro del núcleo familiar. Presenta dos variantes: la del matrimonio basado en la poliginia (unión del hombre con más de una mujer) o poliandria (unión de la mujer con varios hombres).

La familia tiene, al menos, dos funciones: Sobre los hijos, cuidarlos, educarlos, formarlos e impartirles cultura y valores; y sobre los adultos, como actitud de amor, de relación, convivencia, solidaridad y encuentro mutuo. Hay autores que detallan hasta diez funciones (económica, biológica, de cuidado y cooperación, afectiva, recreativa, educativa y social, de identificación y desarrollo de la personalidad, emancipadora, educacional en valores, y función espiritual para aquellos que practiquen cualquier religión). A todas las descritas, puede añadir el lector otras que correspondan a funciones internas o externas como su personalidad considere, pero siempre dentro de la unicidad de criterio de parentesco que, además, es lo que marca la ley.

En esta España en la que se ha cambiado una de las leyes de la democracia, invirtiendo la carga de la prueba en temas relacionados con asuntos feministas -o feminazistas- la Secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, declara que «la familia natural se ha superado» y nos anuncia una Ley de Familias en la que los compañeros de piso serán considerados familia a efectos legales.

Es una nueva visión populista para que esos compañeros de piso, cuidadores de otras personas y resto de público objetivo de su vivero de votos, puedan acogerse a las subvenciones sociales y dinerarias que fueron concebidas en su día con destino a las familias tal como hasta ahora están constituidas en nuestro Derecho.

La nueva ley del ministerio de Ione Belarra contempla los siguientes tipos de familia:

  • Pareja de hecho
  • Personas unidas en matrimonio
  • Familia biparental
  • Familia monomarental
  • Familia monoparental
  • Familia joven
  • Familia LGTBI
  • Familia con mayores necesidades de apoyo de crianza
  • Familia múltiple
  • Familia reconstituida
  • Personas que vivan solas
  • Familia inmigrante
  • Familia intercultural
  • Familia en el exterior
  • Familia retornada
  • Familia en situación de vulnerabilidad
  • Familia transnacional

Y lo más grave es que quien esté en contra de esta aberración gramatical, jurídica y social, más digna de alguien que ha estudiado en un colegio especial que de una licenciada universitaria superior, es considerado homófobo. En Nules, provincia de Castellón, la hoja parroquial de la iglesia de San Bartolomé y San Jaime ha publicado la poesía satírica que sigue a continuación, ante la que el alcalde de la localidad le ha enviado de inmediato un mensaje de reprobación al párroco.

Romance de alumno de escuela moderna y avanzada

«Papá, por favor, escucha:

llévame a un cole normal,

que este colegio de ahora

me está empezando a asustar.

Me dicen que lo moderno,

es ser experimental,

que lo único importante

siempre es la diversidad,

con libertad creativa

y autonomía moral.

(Y si el maestro lo dice,

tendrá que ser la verdad).

De los niños de mi clase

no hay dos que sean igual,

porque aquí los profes quieren

mucha originalidad:

A Juan le gustan las niñas,

igual que a ti mi mamá,

a Curro, niñas y niños,

para mayor variedad;

A Pedro sólo los niños

que al fútbol saben jugar;

Vicente no se decide,

prefiere experimentar;

Mari tiene dos espíritus

en lucha trascendental;

Estela quiere operarse

y ser por fin como Juan;

Santi dice, muy contento,

que él siempre está más allá

de los roles que ha creado

la sociedad patriarcal;

Papá, por favor, escucha:

llévame a un cole normal.

Yago, además de su padre,

tiene también dos mamás;

Y Javi, cada semana,

estrena un nuevo papá;

A Yennifer la ha criado

una comuna ilegal

y no conoce a su padre

ni a su madre, ¡qué más da!

El padre de Alba se llama

’Inseminación Artificial’,

porque su madre pensaba

que así se iba a realizar;

Hay familias numerosas

como la de Maripaz,

porque suman cuatro “hermanos”:

Ella, dos gatos y un can,

y, según dicen sus padres,

quieren a todos igual.

Joaquín es niño probeta

y cuando se va a acostar

le da siempre un par de besos

a su tubo de cristal,

porque sus padres trabajan

día y noche sin parar.

Yo los quiero mucho a todos,

como amigos de verdad,

pero me siento muy raro

por tener mamá y papá.

Los otros niños se ríen

hasta que me hacen llorar,

y dicen que somos pobres

y no podemos pagar

un divorcio en condiciones

como hacen los demás.

Otros piensan que es un virus

que se puede contagiar,

y que los médicos llaman

“Familia tradicional”.

Papá, por favor, escucha:

Llévame a un cole normal.

Es que, en éste, no me dejan

estar ni vivir en paz.

Y en cuanto abro la boca

siempre termino fatal,

pues si le respondo al profe

que algo está bien o está mal,

o defiendo el matrimonio

(Salvo el homosexual),

hablo de amor para siempre,

respeto y fidelidad,

o pienso que mis hermanos

valen más que un animal,

me castiga por listillo

y por ser un radical.

Papá, por favor, escucha:

Llévame a un cole normal,

que aquí lo raro es la norma

y no existe la verdad».

Cuando una ministra de un Gobierno de España dice, y nadie responde, que «mis hijos pasarán a ser propiedad del Estado», está poniendo de manifiesto uno de los principios básicos del comunismo, la potestad del Estado para adoctrinar a los ciudadanos desde la cuna, dirigirlos a los empleos y necesidades que el Estado considere necesarios para el engrandecimiento de su causa, constreñir su pensamiento de forma unidireccional hacia los intereses del poder, alejarlo de la diversidad de criterio y hacerles esclavos sumisos durante toda su vida, subvencionando su forma de existir a cambio de un férreo control sobre lo que hace, cuando lo hace y cómo lo hace. Solo a aquellos que tienen un cociente intelectual reducido puede pasárseles por alto esta situación que, únicamente, necesita dos cosas para que, de forma oficial, quede instaurada una autocracia en nuestra nación: Que se persiga a la Iglesia Católica y que se establezca una carrera universitaria llamada Filosofía Marxista Leninista, como en Cuba. Cada día que pasa nos acercamos más peligrosamente al precipicio.

No somos conscientes que la situación de endeudamiento del Reino de España es, teóricamente, de quiebra técnica, Deuda Pública Perpetua, impagable por medios propios por mucho que alguien quisiera retorcer los números.

Y hay que recordar lo que dijo Carmen Calvo, jurista constitucionalista, profesora universitaria, a la sazón vicepresidenta del Gobierno de España (2018-2021) y titular de varios ministerios: «Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie».

Pues no, señorías, el dinero público es de todos los ciudadanos españoles, de todos los empresarios que dan trabajo, de todos los trabajadores que se levantan muy temprano y llegan a su casa al anochecer cansados y con el deber cumplido, lo mismo me da que sea el barrendero de las calles que el ingeniero de la gran empresa, el pinche de cocina que el profesor universitario, incluso ustedes, señores parlamentarios, son dueños de parte de ese dinero, que aportamos vía impuestos de todo tipo al erario español.

Y les diría más, de nuestros hijos, nietos y alguna generación posterior más, que van a tener que pagar todo el despilfarro que se está produciendo desde el año 2000 hasta hoy, en la que la Deuda Pública se ha multiplicado por cuatro, con un gasto expansivo para capturar el voto de los pensionistas, que van a ser los primeros que vean reducidos sus ingresos cuando la Unión Europea apriete en la contención del gasto y que tratarán de solventarlo subiendo más porcentaje a las pensiones más bajas que, por lo general, corresponden a defraudadores de todos los españoles durante su vida laboral, al no haber cotizado por lo realmente percibido: No son «pobres hombres», son personas que han estado estafando a todos los ciudadanos; el voto joven; el de las familias a cambio de un cheque de 100 € por hijo; el del inmigrante subvencionado con derecho a voto; el derivado de la ley Trans; el voto feminista, que es la verdadera lucha de clases actual; el de los sindicalistas agraciados con 2.100 millones de euros en los PGE del próximo año; el IMV; el de las Rentas de Inserción, bonos gratis de tren, ayuda al alquiler; la paguita a los inmigrantes; las ONG; resto de subvenciones; y para mayor escarnio y vergüenza ajena, el reconocimiento de los etarras como víctimas indemnizables por el Estado «por su lucha por la consolidación de la democracia», todo ello pagado por esos que se levantan muy temprano para ir a trabajar.

No contentos con la ya impagable deuda, vamos a recibir otro préstamo de 70.000 millones de euros de la Unión Europea, a unos tipos que, aun fuera de mercado en comparación a los devengados por las personas privadas, están en evidente tendencia alcista, que van a lastrar los intereses de la deuda, en unos PGE que tanto el Banco de España (2,1%), el FMI (1,2%) y BBVA Research (1,1%) dejan muy lejos el crecimiento previsto por el Gobierno.

Bien, pues ahora va a haber que añadir más gastos derivados de esta nueva boutade del sector Podemos del Gobierno, plato de lentejas que tiene que tragarse Pedro Sánchez para seguir durmiendo en ese colchón nuevo que fue la primera decisión de gobierno que tomó cuando fue elegido presidente.

Todo ello es una bomba financiera que le explotará al próximo Gobierno, sea el que sea su color.

Por favor, no nos constriñan tanto con sus legislaciones, déjennos vivir tranquilos, inviertan en empresas de nuevas tecnologías, de alto valor añadido, den facilidades a los empresarios para que puedan dar trabajo a mucha gente y con ingresos tendentes a los que se cobran en el resto de Europa, porque el trabajo evita tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la pobreza; y porque ese fin de ciclo que parece está cerca si no hay un vuelco en todas las encuestas realizadas, promovido por los mismos ideólogos que llevaron a Zapatero a la Moncloa, confirma las palabras de Cicerón: «Cuanto más cerca está la caída de un imperio, más locas son sus leyes».