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Todo a un euro – 012

012 – El nuevo Bachillerato

En esta España machadiana de “charanga y pandereta”, se  alaba que el nuevo Bachillerato fomenta la capacitación intelectual antes que el saber enciclopédico.

Vamos a instaurar el fracaso personal, el suspenso académico, la ley del más lento (o más tonto o más vago), en una sociedad cada vez más competitiva en la que existen naciones en las que los alumnos de diecisiete años hablan tres o cuatro idiomas, conocen en profundidad otras tantas culturas del mundo, manejan la informática en niveles de máximo rango o solucionan problemas matemáticos que aquí únicamente están al alcance de estudiantes universitarios de los últimos cursos de carrera.

En España la historia va a comenzar con la I República y la Constitución del año 1812, odio a la monarquía, a los Reyes Católicos, al Cid Campeador, al medievo, a los visigodos, a los suevos, a los vándalos, a los alanos, a Numancia, a los romanos y a todo aquel que en el devenir de la nación hayan supuesto la defensa del territorio nacional o de la iglesia católica.

Ya dudo si quienes nos gobiernan han nacido días antes de completarse la gestión materna o si nos quieren hacer idiotas para así tenernos controlados y cautivos de ese nuevo orden mundial en el que no creo, pero que cada vez da más muestras de confabularse en contra de las personas libres.

Todo a Cien – 340 El bachillerato

La LOE, aprobada por el PSOE en su día, expresaba en su artículo 37 que “los alumnos que cursen satisfactoriamente el Bachillerato en cualquiera de sus modalidades recibirán el título de Bachiller, que tendrá efectos laborales y académicos. Para obtener el título será necesaria la evaluación positiva en todas las materias de los dos cursos de Bachillerato”.

La ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros pasado, presentó la propuesta del PSOE al Parlamento para “incorporar a la futura regulación la posibilidad de obtención del título de Bachillerato por compensación en caso de superar todas las materias salvo una”. Lo que es lo mismo, se concederá el título de Bachillerato con una asignatura suspendida.

 

España tiene el Bachillerato más corto y fácil de Europa. En las últimas oposiciones a Profesores, antiguos Maestros Nacionales, quedaron vacantes dos mil plazas, debido a las faltas de ortografía de los aspirantes. Esos malos estudiantes, pagados con becas del erario público, son carne de fracaso universitario y paro permanente. Si no se esfuerzan con esa edad, el «papá estado marxista» de puño alzado, que eso es lo que quieren Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, vivirán de las subvenciones toda su vida, y a la contra votarán a ellos, a quienes estarán eternamente agradecidos por paliar su ignorancia e incompetencia.

 

Publicado en el Blog de Campos el 11-11-2018

 

La guardería, el colegio, el bachiller

Desde la Transición política española, la enseñanza ha sido una confrontación entre los partidos políticos, con diversas leyes y modificaciones que, hasta este momento, ha conseguido unos resultados más bien pobres.

La educación de los hijos empieza en casa, siendo la responsabilidad única y exclusiva de los padres. Decir buenos días, dar las gracias, utilizar correctamente los cubiertos, limpiarse los dientes, lavarse, y otros muchos conceptos básicos de convivencia humana que se hacen cada día, y que no pueden delegarse en nadie.

Como hoy día la madre y el padre trabajan fuera de casa, en periodo prescolar, se traslada una parte importante de la misma a los abuelos jóvenes y a las empleadas de las guarderías, que hacen lo que pueden, con limitaciones: los abuelos le consienten todo, o casi todo, porque ven en ellos la prolongación de sus genes, y las guarderías porque “guardan” durante un tiempo a los niños, se las ven y se las desean para mantenerlos sin llorar y para que coman, y porque no tienen autoridad para imponer una disciplina.

Cuando empiezan a ir al colegio y, sobre todo, cuando ya saben leer y escribir, el tema cambia. Son varios los profesores que tienen cada día, unos profundizan más y otros menos, dan su clase, que se interrumpe a menudo para responder a preguntas de los alumnos, y aunque a esa edad la mayoría tienen suficiente retentiva para que se les queden las cosas sin grandes esfuerzos, ha de haber un conocimiento memorístico elemental para poder desarrollar los conceptos sin decir tonterías.

Comienzan los primeros tropiezos y se pasa de curso con algunas asignaturas suspendidas del curso anterior. No se le concede importancia. Pobrecillos, se les puede crear un problema psicológico.

Es a partir de los once/doce años cuando empiezan los problemas de verdad. Los profesores sueltan su lección, emborronan la pizarra de números, de autores, de escritores, de filósofos, de fórmulas químicas y teoremas físicos. Y con la misma rapidez que la emborronan, la borran y vuelven a llenarla con gráficos, ecuaciones y datos de todo tipo.

Y surge el problema de si los chavales tienen que resolver “los deberes” en clase o en su casa, fuera de horas lectivas. Cuando yo tenía esa edad y estudiaba Bachiller, no había discusión ninguna. La profesora de Literatura nos decía: Para la próxima semana tenéis que leer El Buscón, de Quevedo, y traer una redacción de tres páginas sobre ese libro. El de Matemáticas nos ponía diez problemas de ecuaciones de segundo grado. La profesora de Inglés, traducción directa y traducción inversa de dos páginas del libro de Prácticas. El de ….. y así todos y cada uno de los profesores.

Eso sí, les llamábamos de usted, los respetábamos, no los amenazábamos ni les pegábamos y, como todos éramos pobres, estudiábamos mañana, tarde y noche para aprobar todas las asignaturas en la convocatoria de junio con una nota media mínima de notable para poder seguir disfrutando una beca del PIO – Principio de Igualdad de Oportunidades.

Cuando llegábamos a casa después de salir del Instituto por la tarde, mi padre me ayudaba en aquellas asignaturas en las que sabía más que yo. Y me daba tiempo a salir a jugar con los amigos, a la calle o a la plazuela del barrio, al futbol con dos piedras grandes de portería o al baloncesto con una papelera colgada con un alambre en un árbol, que hacía de canasta. Eso sí, no teníamos clases de natación, ni de kárate, ni de violín, ni sabíamos qué era eso de las excursiones de fin de semana.

 

En la actualidad, el 80% de los padres, considera que los chavales tendrían que hacer los deberes en horario escolar. Respetabilísima opinión. Pero la realidad es tozuda:

  • No se cumplirían nunca los programas lectivos por parte del profesorado
  • Los padres llegan a casa muy cansados, además de por el trabajo, por la comida fuera del hogar y por el mucho tiempo que tardan desde el trabajo a su casa. Y no quieren tener la carga adicional de ayudar a sus hijos en sus deberes escolares
  • El fin de semana es sagrado, no todo va a ser trabajar y estudiar
  • Tampoco es tan importante que el chaval apruebe todo. Como se pasa de curso con cualquier nota y algunas asignaturas suspendidas …
  • Nadie se para a pensar que ese hijo, con problemas en sus estudios, tendrá que competir con otros muchachos, de todo el mundo globalizado, de su misma edad, que hablan fluidamente dos idiomas, además del nativo, que hacen grandes cálculos mentales, que manejan la informática de una forma insospechada y que mantienen una educación exquisita dentro y fuera del colegio, hoy, y mañana en la universidad
  • La diferencia humana. Hay personas que necesitan quince minutos para comprender la Teoría de la Relatividad; hay otros que necesitan cinco horas; y hay otros que no la comprenderán nunca

Pero no se preocupen. La vida sigue. Y hoy el Botones de un banco pretende ganar lo mismo que el Presidente de la entidad. Salud y larga vida.

 

Antonio CAMPOS

http://www.es.ancamfer.wordpress.com

 

Publicado en el Blog de Campos el 28-02-2018

 

 

Evolución del vocabulario

Evolución del vocabulario

Yo no fui al colegio; iba a la escuela, se llamaba “La Cantina” y allí aprendí a leer y escribir. Con siete años me matricularon en la escuela Carlos Eraña, que muchos años más tarde supe se había llamado Pablo Iglesias, y que era en la que hacían prácticas los alumnos de la Escuela de Magisterio preparándose para la oposición a Maestro Nacional.

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