Picoletos cabreados

En junio del presente año fue cuando el Gobierno destituyó a altos mandos de la Guardia Civil por no revelarle el informe realizado sobre actuaciones relacionadas con el 8-M, el principal de ellos el coronel Diego Pérez de los Cobos, que dijo a raíz de su cese: “Nos estamos jugando algo más importante que mi destitución: el mantenimiento de la separación de poderes y el Estado de derecho en España’’.

Lo siguiente, escribíamos en un artículo titulado “Divide y vencerás”, será enfrentar entre ellos a los números y suboficiales de la Guardia Civil, por horas de dedicación, ascensos, tipo de servicios, e incluso poniéndolos en contra de la población, endureciendo el trato y las sanciones contra los ciudadanos. Y en una tercera fase, fusionar la Policía Nacional y la Guardia Civil, quitándoles el carácter militar y pasando a depender del subdelegado gubernamental provincial. Yo lo tenía claro desde hace mucho tiempo, pero Pablo Iglesias lo ha manifestado así públicamente en su comparecencia tras un Consejo de Ministros la semana pasada.

Siguiendo con la purga marxista-comunista que sigue el Gobierno con quien no esté de acuerdo con sus actuaciones, ayer mismo, “la situación en las Islas Canarias, tras la llegada incontrolada de inmigrantes en los últimos tiempos, es ya de emergencia total. La crisis humanitaria es brutal, así lo han denunciado las autoridades locales, y el Gobierno de Pedro Sánchez no solo mira para otro lado, sino que castiga a quien pone de manifiesto la delicada situación. Así, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha cesado al general jefe de la Guardia Civil en Canarias, Juan Miguel Arribas Revuelto, cuando este pidió mayores medidas de control de las pateras y mejores mecanismos de salvaguarda frente a los contagios de los agentes de la Benemérita”. Periodistadigital.com

La directora de la Guardia Civil, María Gámez, ha tenido que gestionar algunos asuntos polémicos que han sacudido los cimientos de la institución. El de mayor calado, el antes indicado de la reestructuración de la cúpula del cuerpo, siguiendo las instrucciones del ministro Fernando Grande-Marlaska, que culminó con una batería de ceses y dimisiones de los altos mandos. Ahora es el creciente malestar que hay en sus filas por las prometidas equiparaciones salariales con los cuerpos de policía de las comunidades autónomas y por el aumento de las plantillas, más amplias en jefes y oficiales que en suboficiales, cabos y guardias.

En el proyecto de plantilla con el que se trabaja, se crean 3 nuevas dotaciones del empleo de general, aumenta el número de coroneles (13), de tenientes coroneles (34), de comandantes (148), de capitanes (pasan de 307 a 619), por solo 10 de sargentos mayores y 30 de sargentos primeros.

En términos porcentuales, el número de capitanes sube un 101%, el de comandantes un 48% y los tenientes coroneles suben un 15%, mientras que para la escala de suboficiales los aumentos de efectivos son del 1,5% para sargentos primeros, del 2% para el empleo de brigadas, del 6,7% para el de subteniente y un 16% de aumento para el empleo de suboficial mayor.

Los más perjudicados son los sargentos, pues los tiempos de ascenso en la escala de suboficiales son tan amplios que suponen cumplir 27 años entre los empleos que la integran para poder llegar al último como suboficial mayor, ahogándolos en una lenta y tediosa carrera profesional desde su entrada como guardia civil.

La UAGC – Asociación Unificada de la Guardia Civil – publica las siguientes conclusiones:

Este Real Decreto de Plantillas de la Guardia Civil, vuelve a evidenciar el enorme descuido al derecho a la promoción profesional tanto en Ley de Personal como en toda la normativa que la desarrolla; con un número excesivo de empleos militares, mientras que no se atiende a los exigidos principios de igualdad, capacidad y mérito. Lo que creemos, apunta a la necesidad de su reforma, y un nuevo enfoque del mismo.

Una vez más, debemos criticar la falta de incentivos para el ascenso, no solo de tipo económicos, que nos hace perder profesionales valiosos y cualificados que prefieren acomodarse en empleos inferiores a los que realmente podrían aspirar.

Es evidente que aspectos básicos de la actual Ley de Personal, deben modificarse y desarrollarse atendiendo a parámetros modernos y de verdadera utilidad. Entre ellos está desde luego, la necesidad de aumentar el número cuantitativo de mandos en la Guardia Civil. A diferencia de otras asociaciones, AUGC mira por el interés de todos los integrantes del Cuerpo, y por eso pedimos el incremento de aquellos empleos que verdaderamente se requieren, para ayudar al desarrollo de la promoción profesional de las escalas de suboficiales y de cabos y guardias (las grandes olvidadas en el borrador presentado), lo que además redundaría en reducir las sucesiones de mando inadecuadas. Esperamos que, esta vez, se atiendan las propuestas que se van a presentar por parte de AUGC al borrador presentado, al igual que nos alegra haber escuchado en el grupo de trabajo, como otras asociaciones profesionales, comparten los criterios de AUGC, expresados en el presente comunicado.

Bueno, pues ya está aquí aquello de lo que hablábamos hace unos meses; si tenemos controlados a las 25 personas más importantes de cualquier organización, no se mueve nadie del resto y mucho menos en una escala militar en la que la obediencia al mando es una de las cualidades por las que se distingue. Y es que el Dúo Diabólico, a los únicos que verdaderamente les tienen miedo, es a aquellos que portan armas de forma oficial, cosa que no alcanzo a comprender por qué será.

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