Comisión de la verdad
La orden del Ministerio de Presidencia publicada en el BOE del pasado 05 noviembre, nos hace volver la vista atrás a los que ya tenemos cierta edad y vivimos en primera persona la etapa franquista, estableciendo un “Procedimiento de actuación contra la desinformación”, o sea, sin el más mínimo rubor, hasta la han llamado como en Venezuela, “la comisión de la verdad”.
“A fin de incrementar las capacidades de los Estados miembros y con el objetivo de atajar la desinformación y reforzar la resiliencia de las sociedades europeas, ……..
3) abordar la desinformación de manera coherente, considerando la necesidad de examinar los medios que se utilizan para interferir los sistemas democráticos, basándose en las acciones sobre la lucha contra la desinformación relacionada con la COVID-19.
Esta situación sugiere la necesidad de un reajuste de este marco de actuación y, a tal efecto, se desarrolla la actualización de este procedimiento, que ha servido de base para la creación de un Sistema Nacional para la prevención, detección, alerta, seguimiento y respuesta cuyas causas, medio y/o consecuencias están relacionadas con la desinformación”.
Acorde con los órganos y organismos que conforman el Sistema de Seguridad Nacional, se establece una composición específica para la lucha contra la desinformación. La estructura está constituida por los siguientes componentes:
1. El Consejo de Seguridad Nacional.
2. El Comité de Situación.
3. La Secretaría de Estado de Comunicación.
4. La Comisión Permanente contra la desinformación.
5. Las Autoridades públicas competentes.
6. El sector privado y la sociedad civil.
El Gobierno ya no sabe cómo sustraerle independencia al Poder Judicial. En cualquier estado democrático, los únicos que pueden dictar sentencias y hacer cumplir con la ley, son los jueces. Como una parte importante de ellos se les resiste, se modifican las leyes, una vez más de forma legal por su mayoría en el Congreso, pero desafortunada éticamente, ante cualquier crítica a su actuación.
No estaría mal que empezasen por la tesis doctoral del presidente, por la fecha en la que tuvieron el primer conocimiento del tema coronavirus, de los muertos por ello, del inexistente comité de expertos sanitarios, por las mentiras sobre la fecha de disponibilidad de la vacuna, de la dirección de master de su esposa sin tener licenciatura universitaria, de la oposición de la fiscalía en procesar a determinadas personas, del “no pactaremos jamás con Podemos”, y de tantos y tantos otros temas que se nos han presentado como verdades absolutas y los hechos han demostrado que son mentiras.
A destacar que también “se actuará para incrementar la integridad electoral y garantizar unos sistemas electorales libres y justos; y examinar los medios que se emplean para «interferir en sistemas democráticos». Teniendo en cuenta el “pucherazo” electoral que llevó al poder a la II República, las recientes denuncias de antiguos dirigentes de Podemos en cuanto a ciertas consultas vinculantes a sus afiliados, quiénes han sido los observadores españoles en las elecciones en Bolivia, que llegaron a ese país como “turistas”, el resultado de las dos últimas elecciones generales en España en las que los algoritmos de los números 3 y 4, respectivamente, aparecen de forma permanente, y el caos que hay en estos momentos en Estados Unidos en el recuento de votos entre los candidatos republicano y demócrata a ocupar la Casa Blanca, sobre cuyo ganador siempre quedará la duda de 1,8 millones de papeletas electorales no debidamente aclaradas, no estaría de más un escrutinio a doble mano en las próximas que se produzcan en España, porque la informática es una de las materias que más se ha desarrollado en el último decenio.
Inmortal Gila, del que estoy seguro no han oído hablar las jóvenes generaciones, igual que no sabían quien era Franco hasta el año pasado, cuando se trasladaron sus restos mortales de aposento, ¡cómo hemos mejorado nuestra vida desde entonces, dónde va a parar!, volviendo a los años sesenta del siglo pasado, en los que había que recurrir a metáforas y frases de doble sentido para no verse procesado por el dictador de turno.
Quisiera saber dónde está la fuerza ciudadana de la derecha española; pero también dónde están los demócratas socialistas, que los hay y muchos, que han luchado toda su vida contra las leyes dictatoriales, la generación del “prohibido prohibir”, de la libertad real y efectiva, que, definitivamente y bajo el aspecto de protección ante la pandemia del coronavirus, está desapareciendo en España.