Un cuento chino – Capítulo 01

Hay que consultar los libros de historia para encontrar el origen de la actual China, cuya primera dinastía o serie de reyes o emperadores que pertenecen a una misma familia, se remonta a dos mil años antes de Cristo. A últimos del siglo XIX después de Cristo, perdieron la guerra contra los ingleses, que se asentaron allí hasta que en el año 1912 se estableció la República de China, aunque políticamente fragmentada por el control que los señoríos regionales tenían sobre la mayor parte del territorio.

 

 

En 1920 Chiang Kai-Shek o Jiang Jieshi reunificó el país bajo un único control del Partido Nacionalista Chino Kuomintang, del que fue líder máximo, en diversos cargos, de la República de China, hasta la derrota de los nacionalistas frente a los comunistas en 1949, estableciéndose en Taiwán numerosos altos cargos y simpatizantes del régimen republicano, junto a un millón y medio de chinos continentales.

Los enfrentamientos más importantes de la guerra civil china terminaron en 1949, cuando el Partido Comunista de China tomó el control de la parte continental del país y el Kuomintang se retiró a la isla de Taiwán, lo que redujo el territorio de la República de China a solo Taiwán, Hainan y las islas circundantes.

El 1 de marzo de 1950, se proclamó presidente de China. Los sucesivos congresos del Kuomintang (en 1952, 1957 y 1963) siguieron eligiéndolo como presidente del partido.​ Falleció de un infarto el 5 de abril de 1975.

Su modelo social era el patriarcal chino, en el que al padre o caudillo —él mismo— el pueblo debía obedecer con devoción filial.​ El pueblo no debía participar en la toma de decisiones políticas, sino simplemente obedecer a sus dirigentes con disciplina.​ Primaba el orden y la estabilidad política, descartaba la diversidad ideológica y la democracia.​ Hostil a todo movimiento popular de masas, el ideario político era conservador y tradicionalista, y de eliminar el poder extranjero en China, principalmente de Reino Unido y Japón. En el interior, su preferencia por atraerse al enemigo en vez de eliminarlo hizo que algunos caudillos militares conservasen su poder, incluso tras la supuesta unificación del país y eliminación de los caciques militares.

​Mao se-Tung o Mao Zedong, presidente del Partido Comunista, proclamó la República Popular China el 1 de octubre de 1949. Había dos nombres para la República Popular: China comunista y la China Roja. En 1950, el Ejército Popular de Liberación arrebató Hainan a la República de China. También en 1950 invadió el Tíbet, que en 1913 el Dalái Lama había declarado independiente. Durante los años 1950 fuerzas nacionalistas continuaron con la insurgencia en el oeste del territorio chino.

Mao Zedong fomentó el crecimiento demográfico y la población casi se duplicó, pasando de 550 a más de 900 millones durante el período de su liderazgo, que se extendió hasta 1976. ​Sin embargo, el plan económico y social a gran escala, conocido como el Gran Salto Adelante, produjo una hambruna que se cobró la vida de 45 millones de personas. ​En la misma época, entre uno y dos millones de líderes campesinos fueron ejecutados, acusados de estar «en contra de la revolución». ​En 1966, Mao y sus aliados lanzaron la Revolución Cultural, que trajo consigo un periodo de recriminación política que perduró hasta su muerte. La Revolución Cultural, motivada por las luchas de poder dentro del Partido Comunista y el temor a la Unión Soviética, condujo a una gran agitación en la sociedad china. ​En octubre de 1971 la República Popular China reemplazó a la República de China en las Naciones Unidas, y ocupó su lugar como miembro permanente del Consejo de Seguridad. En 1972 establecieron por primera vez relaciones diplomáticas con los Estados Unidos. ​

El investigador británico Michael Wood dice: todo comenzó más de dos décadas antes del fin de la «Revolución China», cuando comenzaron en 1927 los enfrentamientos por el poder entre los comunistas, liderados por Mao, y los nacionalistas del Kuomintang (KMT), los seguidores de Chiang Kai-shek que se harían con las riendas de la República y al final de la contienda terminarían exiliándose en Taiwán.

Según la BBC: «Mao es uno de los personajes más controvertidos de la historia: fue el hombre que puso a su país en el mapa, que lideró una revolución y unos cambios que trascendieron China», dice a BBC Mundo el historiador Alexander Pantsov, autor de la biografía Mao: The Real Story ….. «Pero también uno de los dictadores más descarnados que ha dado la historia, responsable de la muerte de más de 40 millones de personas», agrega el también profesor de la Capital University, de EE.UU.

En la España de los años setenta del siglo pasado, circulaba muy en secreto un librito, impreso en español en la República Popular China, primera edición año 1966, con las Citas del presidente Mao Tse-Tung, conocido como El libro rojo de Mao, recopilación de ideas comunistas. Copio de la pág. 152, de “Sobre el gobierno de coalición”, año 1945: “La educación ideológica es el eslabón clave que debemos empuñar firmemente en nuestro trabajo por unir a todo el Partido para la gran lucha política. De no proceder así, el Partido no podrá cumplir ninguna de sus tareas políticas”.

O esta otra, pág. 174, de “Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el Partido”, de 1929: “Debemos extirpar en el plano teórico las raíces del ultrademocratismo. Es preciso señalar, en primer lugar, que el peligro del ultrademocratismo consiste en que perjudica e incluso desintegra por completo la organización del Partido y debilita e incluso destruye totalmente la capacidad combativa del Partido, imposibilitándolo para cumplir sus tareas de lucha y causando, por consiguiente, la derrota de la revolución. En segundo lugar, hay que señalar que el ultrademocratismo tiene su origen en la aversión individualista de la pequeña burguesía a la disciplina. Una vez introducida en el Partido, esta aversión se traduce en ideas ultrademocratismas en lo político y lo orgánico, ideas absolutamente incompatibles con las tareas de lucha del proletariado”.

Seguimos con la BBC: Tras su muerte en 1976, el nuevo gobierno chino inició un proceso contra un grupo de altos jerarcas maoístas (la llamada Banda de los Cuatro), incluida la última esposa de Mao, a los que acusaron de ser los verdaderos artífices de las penurias de la Revolución Cultural. Pese a que su figura sigue muy presente en el día a día y su popularidad sigue siendo muy alta -las filas para entrar a su mausoleo nunca fallan-, su importancia en la política del PCCh fue menguando.

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