A título de introducción

A solicitud del editor y director de ALCALAHOY, me incorporo como colaborador de este medio digital, en una sección pretendidamente lo más libre y plural posible.

Para quien no me conozca o no me haya leído en otros medios de comunicación, el objetivo final de mis escritos es crear polémica democrática, educada y respetuosa con todo y con todos, desde una posición que mantengo que la división política entre derecha e izquierda corresponde a ideas anquilosadas, propias del siglo XIX y primera mitad del XX, pero no define de forma eficiente la diversidad ideológica de los últimos años del siglo XX y mucho menos los del siglo XXI. Ahora tenemos que conjugar la libertad individual o personal  (el progresismo) con la libertad económica (el conservadurismo), elogiando las ideas y no las ideologías.

El sistema capitalista y el estado del bienestar hunden sus raíces en que las clases altas transfieran parte de su posición y riquezas a las clases bajas. Conformándose con ello y ante el temor a perderlo, no hay revoluciones porque unos viven bien, y otros lo suficientemente bien para sentirse contentos. Ambas se necesitan mutuamente. Si no fuera así, la gente que no tiene nada que perder produciría las revoluciones sociales y políticas, por lo que el empleo y el manejo de las tensiones sociales en los próximos años, será fundamental para solucionar un problema complejo y profundo, a nivel mundial.

¿Por qué “Cardo et Decumano”? Pues porque en las ciudades romanas eran las dos vías principales, el Cardo era la orientación urbanística norte-sur; y el Decumano la orientación este-oeste. En esos ejes se encontraban los edificios principales y el ir y venir del pueblo, en el que proliferaban los ociosos: personas con un trabajo no continuo, que tenían muchas horas de tiempo libre al día, y, que, en muchas ocasiones, se podían alquilar a quien les pagase para realizar los más diversos trabajos, tanto útiles como alborotadores.

 

cardo

Ahí, a pie de calle, es dónde queremos establecer esta colaboración, en los problemas del discurrir diario, en la libertad, cultura y trabajo digno remunerado convenientemente, para que cada uno, con su aptitud y actitud, viva con aquello que es capaz de generar por sí mismo. El resto es consecuencia de las nombradas: Libertad, cultura y trabajo.

Este fin de semana estamos llamados a las urnas para elegir el Congreso de Diputados. Todos los Partidos Políticos quieren un cambio, a su manera, desde leves retoques hasta revolución encubierta. Unos pretenden “el cambio”, lo que quiere decir que no están contentos con lo que hay. Otros dicen que “el cambio” fue cuando tuvieron que poner los medios para que no fuera rescatada financieramente España. Pero lo que el obrero que ha trabajado, y cotizado, toda su vida quiere, es que no se trasvase el resultado de su esfuerzo a quienes no se esfuerzan, que nadie le coarte su libertad de expresión, de hacer, de no hacer, simplemente, de vivir, sin miedo, a nada ni a nadie.

 

Publicado en el periódico digital ALCALAHOY.COM el 24-06-2016

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